Capítulo 10 - Alterum

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Incluso después de pasar una mala noche debido a unas pocas pesadillas, todavía me despertaba antes que Jungkook. Mi mente no era capaz de comprender cómo era posible que le costara tanto levantarse de la cama, era como un oso perezoso agarrado a las sábanas. Me tocaba despertarle de nuevo, pero esta vez ya iba precavido por su mal hábito de dormir medio desnudo y directamente entré a su habitación con los ojos tapados.

"Jungkook despierta, es hora de irse". Nada, ninguna respuesta. Pero me negaba esta vez a acercarme a él por evitar el bochorno, así que mi mejor opción era alzar la voz. "¡Jungkook!", finalmente abrió los ojos de par en par y pegó un salto. "¡Estoy despierto! Estoy... despierto...", bostezó y finalmente se levantó de la cama. Salí de allí y me dirigí al comedor a esperarle.

Por la ventana que daba vistas al exterior pude observar como una niebla cubría todo el campus. Ya era octubre, así que era normal que comenzara a haber temperaturas más bajas de un momento a otro, pero la niebla impediría que entrenásemos como era debido. Conociendo a Namjoon, alguna idea se le habría ocurrido para resolverlo.

"Ya estoy listo ¿vamos?" Jungkook había salido de su cuarto ya vestido y arreglado, así que asentí y ambos nos dirigimos al vestíbulo de la academia. La bajada fue bastante silenciosa, de buena mañana no solía ser muy hablador y parecía que él tampoco lo era. Sin embargo, me preocupaban sus brazos... "¿Cómo has dormido? ¿Te han dolido los brazos?". Su mirada se encontró con la mía y sonrió ligeramente, "He dormido mejor otras veces, pero no me puedo quejar. La pomada alivia bastante el dolor, así que todo está bien".

Asentí y cuando llegamos al vestíbulo nos encontramos con el resto esperando. "¡Ya era hora! Siempre pensé que Jade te cambiaria Jungkook... y no al revés" Tae parecía muy motivado de buena mañana, al contrario que nosotros. Por ello, la respuesta de Jungkook fue solo un gesto con la cabeza cómo saludo y un simple "buenos días a ti también".

"¿Dónde está Jin?" El Emes era uno de los que nos iban a entrenar hoy y aún no había llegado, eso era demasiado raro para él. "Está con Namjoon mirando cómo solucionar el tema de la niebla", Hobi estaba apoyado en la pared algo inquieto, ¿estaría preocupado por algo?... mientras que Tae no paraba de mirarle.

"¡Ya estamos! Perdonad la tardanza" Jin se acercaba junto con Namjoon y otra chica y parecía bastante contento. "Veo que os habéis decidido... si no, ella no estaría aquí". Hobi volvía a estar tenso y los otros dos asintieron. "Chicos, ella es Natalia... y es otra Mentis. En concreto, su poder le permite crear ilusiones con la mente". El resto nos miramos sorprendidos mientras la chica sonreía.

"Encantada de conoceros chicos... pero podéis llamarme Nata para abreviar. Estoy aquí porque voy a ayudar a Jin y a Hoseok a entrenaros, así que si me seguís... mejor os voy explicando por el camino". Hizo un gesto con la mano y comenzó a andar yendo nosotros detrás, en dirección a una puerta por uno de los pasillos del vestíbulo. La puerta estaba muy al fondo, como si estuviera apartada u oculta del resto. Cuando Nata la abrió, unas escaleras hacia abajo indicaban que nos dirigíamos a algún tipo de sótano.

"Os estaréis preguntando por qué voy a ayudar a entrenaros, así que no me voy a andar con rodeos. La razón principal que esté aquí es porque necesitáis seguir entrenando urgentemente y sin embargo, no podéis salir de la academia por vuestra seguridad. Así que Namjoon se puso en contacto conmigo para hacer uso de mis habilidades y así podáis entrenar en el sótano. ¿Por qué el sótano? Porque está reforzado como un búnker por seguridad en caso de algún ataque o de fuerzas naturales meteorológicas".

A estas alturas, que la academia tuviera un búnker no me sorprendía lo más mínimo. Cuando llegamos al sótano vimos una enorme puerta de metal con un panel digital al lado. Nata se acercó y colocó su huella e inmediatamente la puerta se abrió poco a poco. Nos dio permiso para que fuéramos pasando y el resto le hicimos caso entrando maravillados por el colosal tamaño de lo que parecían ser unas cuantas salas. Era como una enorme nave pensada para salvaguardar a un montón de gente, por eso estaba completamente vacía a excepción de dos salas cerradas que, según dijo Nata, una era la cámara de la comida y la otra era una enorme habitación con cientos de literas. Mientras que el suelo era arenoso, el techo estaba reforzado y a pesar de tener una altura normal, la amplitud del lugar lo compensaba con creces.

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