STYLE WEEK.

Día uno: Abrazándose.

Stan estaba cansado de tener que visitar aquel hospital que tantos malos momentos le hacía pasar. Pero debía hacerlo, debía visitar a uno de sus amigos ( él cual sabía perfectamente que moriría tarde o temprano ).

Soltó un suspiro para parar su caminata frente a la puerta 34, la cual era respectiva de su amigo de cabellera rubia.

Kenneth McCormick.

Llevó su mano enguantada hasta la puerta y tocó esta con sus nudillos, esperó unos cuantos minutos hasta que su súper mejor amigo le abrió la puerta. Kyle le sonrió con algo de desánimo y dejó entrar al moreno.

El de ojos azules entró haciendo una pequeña mueca que demostraba de lejos que no le agradaba ese lugar. Kyle suspiró y cerró la puerta detrás de sí.

- Hola, Kenny. - Saludó Marsh tratando de forzar una sonrisa, al final se rindió y dejó que su expresión cansada permaneciera en su blanco rostro.

El rubio sonrió y movió una de sus manos en señal de saludo con bastante dificultad. Los cables no lo dejaban moverse muy bien.

- Ho... Ya era hora que llegaras, Stan. - Eric soltó en un tono bastante decaído.

- Tuve unos cuantos problemas con mi hermana. - El azabache se encogió de hombro dirigiéndose a uno de los asientos más cercanos a la camilla del rubio. - ¿Cómo te has sentido, Kenny?

- Peor. - Susurró el de ojos azules. - No he sentido mejora alguna.

Stan mordió sus labios y desvío su mirada, Kenny solamente sonreía con algo de decepción. Decepción hacía su propia persona.

Kyle ( el cual estaba apoyado en la puerta) no pudo evitar sentir una punzada en su pecho al ver como Kenneth trataba de sonreír con alegría, pero sabía que el mayor ya no podía hacerlo.

El pelirrojo se acercó hasta su mejor amigo y picó algunas veces la mejilla de este con su índice. Stan lo miró.

- Tenemos que hablar, Stanley.

- ¿Qué quieres, Kyle?

El mencionado llevaba unos cuantos pasos de adelantado a comparación de su adverso, el cual iba bastante atrás. Kyle simplemente se abrazó a si mismo al escuchar la pregunta de su más alto.

Stanley sabía que algo no iba bien con Broflovski, y eso lo tenía bastante preocupado. El pelirrojo nunca respondió, sólo se mantenía callado mientras sus pasos se volvían más rápidos.

Llegaron hasta el patio de aquel hospital, Kyle seguía dándole la espalda a Stan al estar en ese lugar.

- Joder, Kyle. - Balbuceó. - ¿Qué mierda te pasa? - Se acercó rápidamente hasta su amigo, al tocar su hombro el pelirrojo volteó bruscamente, golpeando así la mano enguantada del más alto. -

Kyle estaba llorando.

- ¡A mí no me pasa nada! ¡Es a Kenny! ¡Kenny está muriendo y tú sólo le das desesperanza! - Kyle cubrió su rostro con sus manos, las cuales no llevaban ningún guante o algo parecido. - Yo... Yo... Yo quiero que Kenny se recupere... Me costó demasiado convencer a mis padres a que pudieran pagarle la hospitalización a Kenny, ya sabes... Él y su familia son pobres y su puto padre es alcohólico. - El tono de voz del ojiesmeralda comenzaba a bajar cada vez más hasta el punto de llegar a un susurro. Sus sollozos y lloriqueos aumentaron. Stan sintió como algo dentro de él se quebraba. - Es como sí a ti te diera completamente igual el hecho de que Kenny vaya a morir tarde o temprano.

Kyle iba a seguir hablando pero Stan lo interrumpió.

- ¡A mí no me da completamente igual es hecho de que Kenny muera! ¡Para mí es demasiado duro esto! ¡Yo quiero que Kenny siga con nosotros! ¡Porqué no somos nada sin Kenny. Sin Kenneth! - Kyle llevó su mirada hasta Stan. Él también lloraba, aquello provocó un llanto bastante infantil en el pelirrojo. - Kenny es mi amigo... Es nuestro amigo... ¿Pero no haz pensado que es muy duro ver a uno de mis amigos en una camilla con bastantes cables a su alrededor? - Preguntó de manera baja, tratando de que su voz no se quebrara.

- ¡Perdón, Stan! - Kyle bajó su mirada mientras volvía a cubrir su rostro con sus manos queriendo ahogar así los sollozos que escapaban de sus labios. - ¡S-Soy un ho-horrible amigo! - Stan mordió sus labios para no sollozar. Le dolía ver a su mejor amigo en ese estado. - E-Estoy tan mal c-con el tema de Kenny q-que ni siquiera t-te he preguntado el cómo e-estás. - El de ojos verdes elevó su mirada.

El pequeño Broflovski iba a modular más palabras pero Marsh lo atrajo hacía él envolviéndolo en un cálido abrazo el cual Kyle correspondió luego de varios segundos.

- Perdón... Stan.

- Cállate, Kyle. - Susurró y el nombrado obedeció.

Estuvieron así por un largo rato, el cual fue bastante lento para ambos chicos. Les gustaba saber que podían contar con la compañía del otro sin importar qué.

Kyle no se sintió lo suficientemente fuerte como para seguir de pie a lo que cayó de rodillas en el césped nevado del lugar. Stan lo imitó sin dejar de abrazarlo comenzando ahora a acariciar su espalda.

- Siempre estaré para ti, Kyle, aún cuando tú ya no quieras saber de mí, siempre te protegeré, a ti, a Kenny, hasta a Cartman. Siempre estaré con ustedes, en especial contigo porqué tú eres mi prioridad.

Broflovski suspiró de manera tambaleante, luego de eso sonrió y se aferró aún más al azabache.

- Gracias dude. Te quiero...

día uno: terminado.