Día dos: Durmiendo.

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- ¿Por qué tienes esa cara, Stan? - Wendy apoyó sus codos en la blanca mesa de la cafetería mientras tomaba asiento junto a su "enamorado"

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- ¿Por qué tienes esa cara, Stan? - Wendy apoyó sus codos en la blanca mesa de la cafetería mientras tomaba asiento junto a su "enamorado". Marsh la miró con algo de desgano.

- Kyle no vino a la escuela. - Susurró comenzando a jugar con sus enguantados dedos. - Su madre en la mañana llamó a la mía, Kyle quiere que vaya a su casa esta tarde.

- Kyle es un caso perdido, Stan. Ya ha faltado casi una semana, ¿Por qué recién ahora te vienes preocupando? - Stan no supo de que manera había mirado a la azabache pero esta se puso más pálida de lo que normalmente era. - Digo que apenas se termine la jornada escolar vayas directo a la casa de Kyle. Sí, eso. - Asintió un tanto nerviosa con su cabeza. Stan suspiró. - Por cierto...

- ¿Qué. ? - Aquello lo preguntó con bastante desinterés. Vaya falta que le hacía el pelirrojo.

- ¿Y Cartman y Kenny?

- Cartman está de viaje con la puta de su madre... y Kenny debe andar con Butters.

- Oh, entiendo. - La chica llevó su mano hasta la del azabache, haciendo que sus dedos se entrelazaran, el joven Marsh la miró con algo de extrañeza. - ¡Hoy pasarás el día conmigo y Bebe! ¿Qué te parece?

- Me parece que me da completamente igual, Wendy. - Se encogió de hombros. La chica apretó la mano de él. - Es decir... Está bien, no me molesta para nada. - Fingió una sonrisa. -

- Genial, entonces ven. - luego de decir eso Wendy se levantó jalando a Stan hacía quién sabe donde. -

- ¡Ha-Hasta mañana, S-Stan! - Butters movía su mano de lado a lado mientras mantenía una sonrisa en su rostro

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- ¡Ha-Hasta mañana, S-Stan! - Butters movía su mano de lado a lado mientras mantenía una sonrisa en su rostro. Stan se despidió de la misma forma.

- Mándale saludos a Kyle de mi... - Kenny se calló por unos segundos para mirar al otro rubio del grupo. - De nuestra parte.

- Eso haré. Hasta mañana chicos.

Luego de decir aquello cada chico emprendió su propio camino, Butters y Kenny hasta sus hogares, y Stan hacía el hogar de su súper mejor amigo, Kyle.

Hacía bastante frío, y Stan no llevaba las prendas suficientes como para dejar de tiritar gracias al frío viento del lugar. Lo único bueno en esos momentos era que el hogar de su mejor amigo no estaba muy lejos de la escuela, así que no tardó más de media hora en llegar. Ya estando frente a la puerta tocó esta con sus nudillos cubiertos por el rojizo guante que él mayormente portaba consigo.

Al cabo de unos segundos el señor Broflovski abrió la puerta y al ver que trataba del ojizafiro sonrió.

- Stan, gracias por venir. Adelante, pasa. - El hombre se movió a un lado para dejarle la pasada libre al joven. - Kyle está en su habitación. Está bastante enfermo, lo único que quería era verte.

- Gracias, señor. - Stan entró a la casa esbozando una sonrisa. - Está bien, iré a verlo. Permiso.

Stanley se dirigió a pasos rápidos hasta la habitación de su más bajo, al estar frente a la puerta la tocó, ya al haber escuchado la señal de que podía entrar abrió esta adentrándose a la habitación.

Cerró la puerta detrás de si acercándose a su amigo, el cual estaba hasta el último cabello cubierto con la manta, aquello le pareció bastante tierno al azabache el cual se acercó a pasos lentos para sentarse en la orilla de la cama de su mayor.

Kyle bajó de manera leve la manta dejando ver sus grandes ojitos esmeralda y sus alborotados cabellos, Stan retuvo las ganas de chillar ante la vulnerabilidad y ternura que esos redondos luceros verdes desbordaban. El pelirrojo al ver que se trataba de su mejor amigo descubrió por completo su rostro dejando ver sus mejillas sonrojadas gracias a la fiebre que este tenía.

- Dude... viniste.

- claro que vine, Kyle. No te dejaría solo nunca. - Kyle sonrió mientras se sentaba en su cama.

- Perdón por haber faltado, dude. - Se disculpó bajando su mirada.

Stan colocó su dedo índice sobre los labios del más bajo queriendo que dejara de hablar. Kyle lo miró a los ojos.

- No tienes porqué disculparte, estás enfermo y tu salud es lo primero. - Sonrió. - Además hoy pasé el día con Wendy y Bebe. - se calló por unos segundos retirando su dedo de los labios del mayor. - Bebe, Butters y Kenny te mandan saludos.

- ¿Y el culón qué? - Quiso saber Kyle.

- Cartman no ha ido porqué está de viaje.

- ¿Osea que estuviste solo?

- ¡Exacto! Qué listo eres, amigo. - Stan desordenó los cabellos del más bajo. Kyle bufó.

- Ya para, Stan. - Su tono de voz sonó bastante somnoliento. - Quitaré los zapatos, el gorro, los guantes y la chaqueta. - Marsh se sonrojó. - Idiota, es para que te acuestes conmigo.

- ¿Sabes qué eso sigue sonando mal, verdad?

- Sí. Y ya apurate que tengo sueño.

El azabache simplemente rió, comenzó a despojarse de las ropas que el pelirrojo le había dicho, luego se recostó junto a este sin dejar de borrar la sonrisa en su rostro. Kyle se acomodó quedando cara a cara con el más alto.

- Gracias por venir, dude. - Susurró Kyle dando una sonrisa un tanto somnolienta. Stan abrió sus brazos dando a entender que el pelirrojo se acurrucara a su lado. Lo envolvió en un abrazo. -

- Eres mi súper mejor amigo, siempre voy a hacer lo que me pidas.

- Quédate a dormir conmigo hoy.

- Pero - Kyle lo interrumpió.

- Qué te quedes, Stan.

El nombrado soltó unas cuantas risas, sus manos comenzaron a acariciar la cabellera rojiza del más bajo haciendo que este se quedara dormido en sus brazos. Stan besó su frente.

- Descansa, Kyle.

Y dicho eso él también cayó en un profundo sueño, sin dejar de abrazar con protección al mayor.

Y dicho eso él también cayó en un profundo sueño, sin dejar de abrazar con protección al mayor

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día dos: terminado.

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