STYLE WEEK.

Día siete: Tensión sexual.

Siempre que Kyle le preguntaba a Stanley un simple "¿Cuál es tu genero musical favorito?" Stan mayormente le respondía con un genero cualquiera, cambiándolo siempre; aquello no era un problema, sino el problema era que el 20% de las veces el azabache respondía con un "tus gemidos". Siempre recibía un buen puñetazo luego de eso dejando alguna parte de su rostro o brazos con un pequeño moretón. Y allí estaban otra vez, ambos adolescentes sentados sin hacer absolutamente nada sobre la cama del pelirrojo, el cual se encontraba apoyando su cabeza sobre el hombro de su más alto que solo se deleitaba con el adictivo olor a coco que desprendía de los cabellos pelirrojos del mayor por unos cuentos meses.

— Dude. — Llamó Kyle.

— ¿Sí?

— ¿Cuál es tu genero musical favorito?

Ahí vamos otra vez.

Stan sonrió con algo de picardía mientras se acercaba al oído del mayor, lamiendo este.

— Tus gemidos, mi Kyle~

El nombrado se sonrojó bastante, ante aquello cubrió su rostro con sus manos. Y como sí aquello era una provocación para el más alto, Stan se levantó solamente para empujarlo a la cama, haciendo que Kyle quedara recostado con Stanley sobre él.

Kyle quitó sus manos de su rostro dejándose ver lo avergonzado que estaba. Aquello era normal entre ambos pero ¿Por qué aún no se acostumbraba a aquello?

Stan comenzó a dejar besos por el cuello del más bajo, el cual cada vez estaba más rojo. Kyle parecía un tomate andante por culpa de Marsh.

Una de las manos del azabache bajó hasta la parte baja del pelirrojo, apretó sin previo aviso la zona de su entrepiernas sacándole un gemido. Sonrió.

— ¿Ves, Kyle? ¿Ese es mi genero musical favorito~? Es tan placentero de oír, ¿Verdad~?

El de mirada esmeralda mordió sus labios mientras trataba de ocultar su rostro con su bufanda anaranjada, antes de que pudiera lograrlo Stan agarró aquella prenda y se la quitó. Poco a poco fue bajando sus besos mientras despojaba al más bajito de sus prendas, dejándolo expuesto a él.

Un suspiro de deseo escapó de los rosáceos labios del pelirrojo, aquello solamente incitó a Stanley a seguir "complaciendo" al mayor.

Kyle no se dio cuenta cuando ya solo yacía en prendas menores, al igual que su acompañante.

Stan se abrió paso en las piernas del pelirrojo posicionándose en ese lugar, una sonrisa traviesa y pícara invadía su rostro.

Poco a poco Kyle vio como su contrario iba acercándose a su cara, al ya tenerlo bastante cerca...

Despertó con la cara bastante roja, tanto que se podía decir que lo era más que su cabello. Pero... Eso no le importaba, sino era el pequeño gran problema que aquel sueño húmedo con su mejor amigo le había provocado.

Se despojó rápidamente de las mantas que cubrían su cuerpo, hacía frío, pero eso no le importaba. Su rostro se tornó aún más rojo al ver el bulto entre sus piernas, dolía bastante, eso no podía negarlo.

Se levantó como pudo de su cama y caminó rápidamente fuera de su habitación solamente para dirigirse al baño. Estaba en plena adolescencia y esa clase de actos y sueños ya era común en su día a día. Agradecía bastante que sus padres no estuvieran en casa a esas horas de la noche, pero debía tener cuidado de que su pequeño hermano Ike no despertara.

Al estar ya en el baño cerró la puerta con seguro. Comenzó a despojarse de su pijama con audacia, aunque luego de quitarse el pantalón quedó dudando sí bañarse a esas horas o no. Gruñó ante el dolor que aquella erección le provocaba.

Antes de quitar su prenda menor comenzó a regular el agua para poder relajarse y liberarse de ese problema... y mientras rezaba para no tener que ocupar su mano nuevamente se quitó la última prenda solamente para entrar a la ducha.

El agua comenzó a resbalar por todo su cuerpo, aunque algunos que otros jadeos escapaban de sus labios cuando el agua llegaba hasta su intimidad. Comenzó a balbucear atrocidades al ver como la erección no bajaba. Sonrojado llevó su mano hasta aquella zona comenzando a estimularla.

Al cabo de unos buenos minutos terminó corriéndose en su mano. El único que apoderaba sus pensamientos en esos momentos era su mejor amigo, Stan.

Ya terminando de ducharse salió rápidamente para secarse con la toalla que siempre estaba en el baño, volviendo a vestirse con las mismas prendas con las que había entrado al cuarto de baño.

Salió de aquella habitación para dirigirse rápidamente hasta su cuarto, ya estando allí soltó un suspiro y se recostó, cubriéndose con las mantas hasta la mitad de su rostro.

— Te odio, Stan. — Y dicho eso cerró sus ojos quedando completamente dormido.

Día siete: terminado.

Semana terminada.

Fin del libro; 24 | O2 | 19.

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