I. Sentencia

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Min Yoongi siempre se consideró a sí mismo como una persona normal, con 20 años estaba estudiando su carrera, Relaciones Internacionales. Iba a la escuela, llegaba a su casa, hacía su tarea, se bañaba y a dormir. Y lo mismo el siguiente día. Ocasionalmente salía con sus amigos a divertirse, jugar videojuegos, ir al cine, o, como ahora, ir a una fiesta.

- ¡Oye! Ya me voy. Se está haciendo tarde -le dijo Yoongi a uno de sus amigos, el cual estaba muy entretenido con una chica en su regazo. Yoongi chasqueo la lengua cuando su amigo sólo le hizo un gesto de aceptación, y salió de la casa a pasos largos.

Caminó unas cuantas cuadras mientras murmuraba maldiciones a sus amigos que lo habían dejado botado en cuanto encontraron culitos para divertirse por ahí.

De repente tuvo que detenerse un momento y apoyarse en la pared más cercana, se dio cuenta de que había bebido más de lo acostumbrado. No se sentía del todo borracho, pero sí estaba un poco mareado.

-Sera mejor que llame a un taxi, no puedo llegar a la casa sólo así -sacó el teléfono del bolsillo trasero de su pantalón y marco el número de un taxista de confianza al que ocasionalmente llamaba para más seguridad. Se llevó el teléfono a la oreja y, cuando contestaron al otro lado de la línea, le dio al taxista la dirección en la que estaba y en donde estaría exactamente para que lo ubicara más rápido. Colgó y empezó a caminar para llegara al lugar donde le dijo al taxista que estaría esperandolo.

De la nada volvió a quedarse parado después de escuchar un golpe sordo, como algo pesado cayendo al suelo - ¿Qué fue eso?

No tuvo tiempo de pensar algo más cuando sintió algo impactando contra sí. Su teléfono cayo al piso y brevemente esperó que no se hubiera estrellado la pantalla. Lo tomó apresurado y se lo metió en el pantalón de nuevo.

Soltó un quejido y se masajeo el brazo, enojado después de haber recibido tal golpe, levantó los ojos, buscando al responsable. Pero, en cuanto su vista dio de lleno con el barril de una pistola que apuntaba directamente a su cara, sólo pudo quedarse paralizado.

Frente a él, un hombre completamente vestido de negro lo apuntaba con un arma.

-O-oye, creo que podemos hablar de ésto, lo siento, ¿sí? - trató Yoongo de razonar con el hombre, levantando las manos a la altura de su cabeza, y tratando de parecer calmado - ¿Puedes bajar el arma?

- ¿Por qué debería hacerlo? -susurró el hombre con calma, su voz ligeramente gruesa y rasposa sólo hacía su apariencia aún más intimidante.

Yoongi miro detrás del hombre y lo que vio ahí casi hizo que se le aflojaran las rodillas. Había un cuerpo tirado a unos pocos metros de ellos, con un traje de policía. Un cadáver bañado en sangre, y tenía a su asesino a unos centímetros. A segundos de ser su proxima víctima.

- Escucha, realmente tengo que irme. No me importa lo que estás haciendo aquí, seguro era uno de esos policías corruptos -trató de parecer desinteresado, bajó las manos y las metió dentro de su sudadera. Yoongi realmente no sabía lo que estaba haciendo, sólo estaba tratando de simpatizar con el hombre y ver si así logra convencerlo de que no lo mate.

Y parece que lo estaba logrando.

El hombre soltó una risita entre dientes, ladeó la cabeza y aun sin bajar el arma respondió- Nunca me había topado con alguien que reaccionara así. Qué interesante -susurró al final.

Mientras él hablaba, Yoongi pudo observar rápidamente la apariencia de del otro. Botas, chamarra, guantes, capucha y tapabocas. Todo en negro. Sus ojos eran cubiertos por su flequillo, lo único que podía ver con claridad era una marca en su pómulo, a un lado de su ojo izquierdo. Una X.

De la nada, el hombre miró por sobre el hombro de Yoongi y soltó una maldición. Yoongi escuchó entonces el sonido de las sirenas. Él ni siquiera tuvo la oportunidad de relajar su cuerpo cuando sintió al asesino a centímetros de su cara, con el barril de la pistola acariciando con suavidad su mejilla izquierda.

- Debería matarte, pero me agradas -las sirenas se escuchaban cada vez más cerca- nos volveremos a ver, niño -prometió con voz oscura.

Como una sentencia.

Entonces se fue. Yoongi ni siquiera vio hacia donde. Todo a su alrededor estaba borroso. No vio las luces de las sirenas, ni escuchó a los policías que le preguntaban si estaba bien o si había visto algo. Sólo podía pensar en una cosa.

No debió salir esa noche. Ahora, su familia estaba condenada.

Continuará...

Espero que les haya llamado la atención esta pequeña introducción. ❤️

Esta historia será para +18. Así que advertidas están. Aunque sé que les gusta eso y no harán caso de las advertencias, claro. 😂

Nos vemos en el proximo capítulo. 😘

Debajo De Una Falda ☽ YOONMIN [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora