V. Castigo

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Advertencia: Contenido explícito.

Yoongi estaba sentado en la cafetería con Jin y Namjoon hablando de cualquier cosa, o, mejor dicho, ellos hablaban y hablaban. Sólo estaban perdiendo el tiempo, el día escolar ya había terminado así que ya no quedaban muchos alumnos.

Yoongi estaba perdido en su mundo, mirando a la nada.

No podía creer lo idiota que fue al ir a la casa de Jimin, fue estúpido, fue un impulso, no debió haber ido. No sabía como pudo haber pensado que Jimin sería por lo menos algo decente. El tipo era un idiota, un idiota muy guapo y con culo jodidamente apachurrable, pero un idiota al fin y al cabo.

Y el maldito idiota no había dejado de verlo todo el mendigo día. A donde quiera que Yoongi vaya sentía esos ojos siguiendolo, repasandolo de arriba a abajo. No podía negar que eso lo calentaba, porque lo que sentía en esa mirada era nada más y nada menos que pura lujuria.

Y no podía sacárselo de la cabeza, lo único que quería hacer era levantarse de esa mesa, ir a la mesa de Jimin y estamparle un beso en esa boquita hinchada.

Pero no, no estaba dispuesto a perdonarlo tan rápido. Es más, estaba seguro de que el tipo ni siquiera tenía la intención de disculparse y seguro que mucho menos se sentía culpable.

Lo único que Yoongi agradecía era que, al parecer, Jimin no había comentado nada a nadie de su secreto. Todo seguía tranquilo, al principio entró con miedo a la escuela pensando que todos iban a voltear a mirarlo, señalarlo y burlarse de él, o algo así. Pero no, nada había sucedido, y estaba feliz con eso.

— Oye, Hyun —dijo de pronto Jin, sacando a Yoongi de sus pensamientos—. ¿Por qué no te juntas con las otras chicas del salón? Digo, no me molesta que te lleves con nosotros, pero eso me da curiosidad.

— No lo sé... Eh, siempre me he llevado mejor con los hombres, creo —respondió Yoongi retorciendo los dedos como un gesto nervioso—. Siento que no encajo muy bien con ellas.

— Hola, qué bueno que los encuentro, pensé que ya se habían ido.

Los tres chicos pegaron un pequeño salto del susto cuando escucharon esa voz salir casi de la nada.

— Dios, profe. Nos dio un buen susto —dijo Namjoon con mano en su corazón, los otros dos imitando el mismo gesto—. No lo escuchamos llegar.

EunHyuk rió — Jajaja, lo siento, chicos. No pensé que los asustaría —estaba parando frente a su mesa con un mano en la cadera y la otra detrás de la espalda.

— Bueno, para qué nos buscaba, profesor —preguntó Yoongi.

— Ah sí, casi se me olvida —sacó su mano de detrás su espalda y en ella traía un cuaderno de color verde muy familiar—. Se te olvidó esto en el salón, HyunMin.

— Dios, no me había dado cuenta —Yoongi tomó la libreta y la metió dentro de su mochila de manera apresurada—. Muchas gracias —le dedicó una pequeña sonrisa en agradecimiento.

— De nada, lo bueno que la vi antes de que alguno de los otros alumnos lo hiciera. Quien sabe qué podrían haber hecho con ella. Ya no se puede confiar en nadie —comentó EunHyuk de forma distraída—. Pero bueno, me tengo que ir. Nos vemos mañana, chicos. Hagan su tarea, y ten más cuidado la próximo vez, HyunMin.

— Sí, profe —respondieron a la vez Yoongi y Namjoon.

EunHyuk se fue con una sonrisa grande y despidiéndose con ambas manos.

Una vez que ya no estaba a la vista Yoongi habló—. Realmente no me di cuenta de que la deje allá. Yo estaba casi segura de que la había echado a mi mochila. Aunque, bueno, he andado muy distraid-da —comentó, un poco confundido.

Debajo De Una Falda ☽ YOONMIN [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora