Si alguien le hubiera dicho a Yoongi hace dos meses que un día iba a tener que cambiarse de escuela y vestirse de chica para asistir a ella, definitivamente, le habría soltado un puñetazo.
—No puedo creer que esto está pasando - murmuraba y maldecía entre dientes mientras se miraba en el espejo de cuerpo entero. Vestía el uniforme de la nueva escuela donde terminaría su carrera. El uniforme era azul oscuro, con las orillas blancas. La falda era corta y dejaba ver sus blancas y delgadas piernas.
—Estupida falda, y estupidas piernitas de pollo - hizo un puchero.
—Ay, mira, ya deja de murmurar y apurate, ya vamos tarde a la nueva escuela - su mamá ya llevaba rato esperando a que saliera de la habitación, así que decidió ir a por él. Se acercó y se puso detrás de Yoongi, con las manos en sus hombros - Sé que esto será difícil, mi amor. Pero sé que podrás afrontarlo. Sólo tenemos que ser pacientes y esperar a que la policía encuentre a ese delincuente - dijo con suavidad mientras peinaba con sus dedos peluca negra que Yoongi traía.
Hace dos meses tuvo la desafortunada suerte de presenciar un asesinato. La policía lo había encontrado parado en medio de la acera mirando a la nada. Alguien los había llamado después de escuchar una serie de gritos aterrorizados y cuando llegaron encontraron el cuerpo con un impacto de bala en la frente y con signos de tortura. Se llevaron a Yoongi de ahí a la estación de policía y lo interrogaron. Una vez salió de su aturdimiento les contó todo lo que pasó, con todos los detalles, incluyendo la marca que vio en la cara del asesino. Ellos no le dijeron nada relevante, pero sí le dijeron que ese hombre era peligroso, y que llevaban mucho tiempo buscándolo.
Lo pusieron en un programa de protección para testigos. Cambió de casa, de escuela, de amigos, y de género. Ahora se llama Kim HyunMin, tiene 20 años y estudia Relaciones Internacionales.
—Está bien, vamos - dijo con resignación y tomó su nueva mochila, una negra sin ningún otro adorno. Ambos, Yoongi y su madre salieron de la nueva casa, en cuál todavía había cajas sin desempacar, y se dirigieron al carro donde su papá ya los estaba esperando.
En el trayecto Yoongi no podía dejar de sentirse nervioso, hasta tenía el estómago revuelto. A nadie le gustaba ser el "chico nuevo" entre comillas.
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Y ahora aquí se encontraba, frente a un montón de semi adultos que parecía que aún necesitaban que sus mamis les cambiaran los pañales. Todos estaban hablando, gritando, lanzándose cosas, sentados en las mesas y/o con los pies encima de ellas. Yoongi ya sentía que los odiaba.
—Uy, qué rico, carne fresca - exclamó uno de los chicos que estaba en medio de una bolita de otros chicos con pinta de delincuentes.
—Señor Park, le recomiendo que guarde silencio si no quiere que lo mande a la dirección - dijo el profesor que acompañaba a Yoongi.
El chico se rió burlonomante y empezó a hablar en voz baja con sus amigos sin dejar de mirar a Yoongi
—Bueno chicos - continuó el profesor, aplaudiendo para llamar la atención de todos - les presento a su nueva compañera, se llama Kim HyunMin. Espero que la hagan sentir como en casa, ¿de acuerdo? - la mayoría dijo que sí, otros pusieron los ojos en blanco, y los demás ni siquiera estaban prestando atención.
Sí, Yoongi los odiaba.
El maestro le dijo que tomara asiento donde más le gustara, ya que había varios lugares vacíos. Se sentó en la segunda fila, a lado de la ventana. A Yoongi nunca le gustó sentarse en medio, jamás. Prefería mil veces sentarse en la primera fila, justo frente al profesor, que sentarse en el centro. Él lo denominaba como un tipo de claustrofobia.
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Debajo De Una Falda ☽ YOONMIN [+18]
Mystery / ThrillerMin Yoongi era un chico con una vida común y corriente. Todo era normal en su vida. Pero una noche, mientras salía de una fiesta, tuvo la mala suerte de presenciar un asesinato. Debido a eso ahora está en un programa de protección para testigos. Y...