III. Una Lección Bien Aprendida

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Hoy era un día como cualquier otro, Yoongi estaba en su salón de clases junto a su amigo Jin mientras esperaban al profesor de Inglés, el cual ya llevaba 15 minutos de retraso. Extraño, porque ese hombre era extremadamente puntual. Ya era la última clase del día.

Estaba charlando muy tranquilo con Jin sobre trivialidades cuando sintió que algo lo golpeaba en la cabeza. Era una bola de papel mojada.

Yoongi ya estaba hasta la madre de Park Jimin.

Yoongi estaba a punto de levantarse de su silla y partirle la cara a ese imbecil, cuando llegó otro profesor, que no les tocaba en ese momento, cabe recalcar, y les ordenó a todos que se sentarán.

—Alumnos, tengo una mala noticia. El profesor Lee no podrá venir a darles clases. Tuvo un accidente, lo atropellaron y ahora está internado. Por lo que sabemos está estable, pero vamos esperar y tener esperanza para que el señor Lee pueda estár con nosotros sano y salvo muy pronto —dijo con un rostro solemne.

Todos en el salón estaban mirándose entre sí con ojos muy grandes, preocupados porque el Señor Lee era uno de los profesores mas queridos. Yoongi también se sintió mal, su coraje olvidado después de escuchar la mala noticia.

El maestro se fue después de decirles que ya podían irse a sus casas.

Yoongi se tomó su tiempo para guardar sus cosas. Jin se fue con el resto de los alumnos después de despedirse de Yoongi. Cuando terminó tomó su mochila y se dispuso a dirigirse a la puerta, pero en ella, tapandole el paso con toda su diminuta gloria, se encontraba Park Jimin, de brazos cruzados y mirándole con superioridad.

— Quítate —dijo Yoongi, sin paciencia para más tonterías.

— Mmm, no quiero. Mejor dame un besito y me lo pensaré —se acercó mucho a Yoongi, invadiendo su espacio personal.

— Si no te quitas te va a ir muy mal...

— Uy, qué miedo. ¿Qué me vas a hacer, rasguñarme? Jajaja —se burló y soltó una carcajada. Terminó de acercarse y, antes de que Yoongi pudiera decir algo, colocó su mano en su pecho plano, estrujando el poco bulto que había ahí.

— Jajaja, mira ésto. No tienes nada, qué patética!

— Está bien, tú lo pediste.

— Jajaja ¿Qué va-

Jimin no supo lo que pasó o cómo, pero cuando se dio cuenta ya se encontraba de cara a la pared, con el brazo derecho doblado detrás de su espalda y la mano de Yoongi en su nuca.

— ¡Ya estoy hasta la madre de ti, hijo de puta! —exclamó Yoongi viendo rojo por la rabia, ya no podía pensar. Todo el coraje que se había acumulado dentro de sí, gracias a todos esos días soportando a ese imbecil, había explotado. No podía, ni quería, razonar en las consecuencias de lo que haría en ese momento.

Yoongi tomó las dos manos de Jimin, mientras este forcejeaba, las llevó tras su espalda y lo movió hacia el escritorio del profesor.

— ¡Sueltame, perra! —gritó Jimin mientras trataba de liberarse, sólo logrando rozar su cara contra la mesa.

— No lo creo, aquí la única perra vas a ser tú —Yoongi desabrochó el pantalón de Jimin y metió su mano dentro del boxer llevándose una sorpresa—. Pero mira lo que tenemos aquí, ya estás duro. Y tanto que te niegas, pero en realidad eres un completo pervertido.

Jimin no dijo nada, sólo comenzó comenzó a jader y selló sus labios en cuanto se dio cuenta de ello.

Yoongi sacó entonces el pene de Jimin y comenzó a masturbarlo de forma rápida y contundente. Jimin gritó de placer culpable, su boca se abrió en forma de O y ya no pudo cerrarla. Empezó a gemir con abandono y a mover sus caderas al ritmo de las sacudidas de Yoongi.

Debajo De Una Falda ☽ YOONMIN [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora