Uno (#1)*

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Cerré la llave del agua para que no se saliera de la tina, agarre mi celular y puse un poco de música mientras me desvestía cantando cada estrofa de uno de mis cantantes favoritos; Ed Sheeran.

Me hice un moño para no mojar mi cabello y me sumergí en la deliciosa agua. Es una de las pocas cosas que me relajan, ya casi nada lo hace. Lo se, suena muy mal, pero es la verdad. En mi vida pasan, pasaron y creo que pasaran muchas desgracias. En mi caso es en todo; el amor, la familia y mis amigos.

En el amor lo digo porque: ¿quién quisiera estar conmigo después de mi última relación? Muchas veces me hago esa pregunta más de una vez pero no encuentro una respuesta. El único que de verdad quería estar conmigo era Aaron.

En la familia lo digo por mi padre, el es y será una gran parte grande de mis desgracias, largas historias que contar e innumerables veces las que me hizo llorar.

Y en mis amigos lo digo porque tengo muy pocos, para ser más específica uno y espero no perderlo.

La canción acabo y dio inicio a otra mientras yo seguía sumergida en mis pensamientos y cantaba sin saber que lo hacía.

Una de las razones por las que amaba a Ed era porque me hacía sentir segura de mi misma, con cada palabra que decía me animaba y era otra de las tantas formas que utilizo para no pensar tanto en mi pasado. Pasaron unos cuantos minutos hasta que decidí salirme porque se me hacia tarde para ir con Jace. El compro unos estúpidos boletos para un parque de diversiones y prácticamente no me invito, solo me exigió que tenía que ir.

Jace era mi mejor amigo desde los 10 años, nos conocimos gracias a nuestros padres, bueno y a la escuela, aunque siempre hacían algo para dejarnos separados. Estúpidos maestros.

Abrí mi closet tratando de buscar un conjunto cómodo para el parque, decidí unos shorts carmesí, con un suéter blanco que parecía una blusa holgada y unos zapatos del mismo color que los shorts.

Solté mi pelo y lo dividí hacia un lado, puse un poco en mis hombros para que cayera hasta mis pechos, tome unas cuantas pulseras y las puse por mis muñecas cubriendo las cicatrices. Me mire al espejo para checar que no me viera mal, no me puse maquillaje porque no lo necesito, casi nunca me pongo solo en ocasiones especiales como en fiestas, cenas importante o cosas así.

Tome la maleta en la que traía un cambio de ropa por si nos mojábamos o pasaba algo y otras cosas más, tome mi teléfono y mi cargador y cheque por última vez a ver si no se me olvidaba algo pero todo estaba en su lugar. Tome las llaves de mi casa y salí de ella cerrándola con seguro.

Empecé a caminar hacia la casa de Jace ya que quedaba a unas 5 o 6 cuadras de la mía y yo no tenía coche porque todavía no sabía conducir, es una locura porque tengo 19 años y no se conducir todavía y todos los adolescentes que están en mi escuela ya traen coche pero yo no pienso que sea la gran cosa.

Jace ha tratado de enseñarme pero yo no quiero así que no le prestó atención mientras me muestra que es lo que hay que hacer. Mire mi teléfono y vi que tenía una llamada perdida de Jace, así que le marque.

-Enana, ¿en dónde estas?- rodé los ojos.

-Jace te he dicho miles de veces que no me digas así- rió- Estoy caminando a tu casa, ya estoy cerca- avise.

-Okey pero apúrate porque si no, no vamos a encontrar lugar en el estacionamiento, así que mueve tu trasero para que encontremos un maldito lugar cerca de la entrada- me apuro.

-Si ya cállate, ya te dije que ya estoy en camino-le conteste y solté un suspiro.

-Creo que alguien amaneció de malas...- se burló.

Just a little bit of your heart [H.S.]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora