despedida

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- Leo hijo tenemos que ir por tu hermano, lo tiene tu abuela.

- Pero que cosas estas diciendo madre, ¿como que abuela? no piede ser tú madre  jamas nos hablaste de ella, explicame por favor madre.

-¡ Hijo ni yo lo se!- digo llena de frustración- lo único que se, que la señora llamada Leona  dice ser mi madre y tiene a tu hermanito  Nao el todo este tiempo estuvo confabulado con ella, no se muy bien sus motivos y como ella lo convencio para traicionarnos, me hablo diciendo que me quiere y si no voy matara a tu hermano, estoy segura que no me quiere para tomar el té, ella me matara Leo y es lo mejor.

- Tú madre eres la fiera nunca nunca, en tu vida vuelvas a decir algo como ello, salvaremos a Nao y mataremos a la perra que se dice llamar mi abuela.

Abrazo a mi hijo y lloro desconsoladamente, presiento algo en mi pecho como si lo que pasara despúes no sera nada bueno, Pelayo todo este tiempo a estado junto a mí, no dice palabra alguna pero con la mirada que me da estoy segura que me apoyara en todo lo que haga.
Limpio mis lagrimas, no llorare mas, matare a esa perra y rescatare a mi hijo.

- vamos no perdamos mas tiempo, pase lo que pase nuestro principal objetivo es rescatar a mi hijo- le doy la orden a mis muchachos y subimos a las camionetas.

- madre no te preocupes todo saldra bien -me alienta Leo.

- claro- respondo con una media sonrisa.

- pelayo - hablo- tu eres muy buenl con la puenteria necesito que dispares a todo aquel que quiera lastimar a mis hijos te doy la orden que son primeros ellos que yo, prometemelo- lo miro al rostro.

- seño....ra...usted sabe de mi lealtad y promesa no me haga romperla.

- Pelayo Vi no esta es hora de dejarla marchaste y que descanse, te doy una orden mis hijos primero- le suplico.

- como usted ordene Fiera.

llegamos a un terreno el cúal es baldío, se ve extraño como si nadien estuviera, la carretera esta horrible es terracería, apagamos los carros sin embargo a la mitad del camino, hay un enorme árbol caído esto es sospechoso no me cuadra nada es una emboscada.

- no me gusta nada esto digo a  pelayo.

Nos bajamos y detras de los arboles salen hombres armados apuntandonos en la cabeza, son alrededor de veinte hombres, de pronto  a mis hombres que lleve, que son alrededor de 30 les disparan sin piedad veo como poco a poco mis hombres caen muertos al suelo uno a uno, no les dieron tiempo de defenderse un disparo certero en la cabeza a quema ropa, yo grite y dije que pararan rogando por ellos que los dejen libres solamente me dejaron a 5 hombres.

-¡dejalos! no los mates ellos no tienen la culpa, yo lo traje cuando se acordo que no, deja que se marchen y llevame con tu jefa.

- las ordenes fueron que solo el muchacho- indica señalando a Leo- pueden ir usted y este maldito sangano- dice empujando  a pelayo golpeandole la cabeza con la culata de la pistola, su cabeza inicia a sangrar.

- ¡estupido!- gruño molesta y le propino un puñetazo en su rostro. ¡No lo toques maldito perro te arrepentiras por lo que hiciste te cortare los huevos cabrón!

- ¡maldita zorra!- grita y me pega un puñetazo en la cara haciendo caer en el suelo- cuando mi jefa te maté te violare tantas veces que gritaras en el infierno mientras te cojó. - escupé sus palabras.

-vamos zorra camina dejare vivos a estos pero apenas lleguemos moriran no importa si es aquí o allá ellos moriran. - me arrastra y agarra de un brazo, yo me levanto y camino. Mi hijo Leo por fortuna no lo tocaron. Estoy segura que tienes ordenes de no tocarlo pues ella me aseguro que tiene planes con Leo.

Matar o morir 2 EL INICIO DE LA FIERADonde viven las historias. Descúbrelo ahora