Conociendo a Peter Pan

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Probablemente ese fuese el mejor papel que hubiese podido aceptar.

La historia era más que sorprendente, el guión una obra de arte y el director era uno de esos que no te encuentras dos veces en un mismo siglo. Mundialmente conocido, innovador e impactante, alguien que había puesto de cabeza los estereotipos y hecho más fuerte el movimiento por la igualdad.

Tenía Alfas trabajando a sus órdenes, algo que molestaba a muchos de ellos, razón por la que no había demasiados participantes luchando por el papel principal en la película a pesar de lo buena que era la historia: Un romance en el que el villano se enamora de la heroína y viceversa.

La película se desarrolla sin que alguno supiera la identidad del otro sino hasta el final, en una escena en la que el villano no logra reunir el valor para matar a su amada, demostrando la bondad que había hecho crecer la mujer en su corazón. Sin embargo por sus crímenes el hombre desaparece y no vuelva a ver a la heroína nunca.

Las escenas de acción, las deducciones y el amor imposible eran la idea principal.

Tan solo pensar en interpretar a ese villano tan genial como "Víctor" lo era me hacía sentir mariposas en el estómago. ¡Estaba ansioso por comenzar a grabar!...

O al menos eso pensaba en la comodidad de mi cuarto, porque ahora que me encontraba en el set mis manos no dejaban de sudar y las piernas me temblaban como si acabara de salir del agua helada.

La emoción por interpretar aquel papel me había hecho olvidar la mirada que tan firme y juiciosamente me había observado el día del casting.

Yo nunca he sido uno de esos alfas que se creen superiores a los demás géneros, ni soy muy amigo de los que sí, pero lo cierto es que nunca creí que un omega pudiese mirar de esa forma.

Los profundos, rasgados y extrañamente atractivos ojos cafés de Hiro Hamada lograban poner nervioso a cualquiera, estaba seguro de ello. No se veía ni una pizca de duda en su mirar o del rubor que veía en algunos omegas cuando un alfa se encontraba cerca suyo, nada de eso; es más, por su mentón ligeramente levantado, brazos cruzados, manera de pararse y forma en la que hablaba se podría decir que aquel hombre enfundado en un traje gris con corbata morada y sombrero del mismo color se creía quizá superior a ellos.

— ¿Leíste el guión?

Mi nerviosismo debía ser demasiado notorio como para que el chico de seguridad me preguntase aquello.

— Claro que lo...— Paré cualquier intento de contestación cuando me fijé mejor en él.

Si me dijeran que había tenido un hermano gemelo y que este había sido separado de mí al nacer para crecer y volverse guardia de seguridad, les hubiese creído.

El hombre en frente mío era una versión quizá un poco más adulta y fría de mi mismo, con una mirada igual de potente que la del director de cine, solo que ambarina.

Si el sujeto se sorprendió por nuestro extraño parecido no lo demostró porque su expresión seguía igual de inescrutable esperando... ¿Qué esperaba?

Sentí ganas de golpearme en ese preciso instante.

—Si, por supuesto que leí el guión.

El contrario asintió, se encogió de hombro y desvió la vista.

—Entonces no tienes de que preocuparte.

Seguí su mirada hasta toparme con la cabellera negra del director.

—Él puede ser un maldito y lo que quieras, pero sólo con los huevones.

Por como hablaba parecía conocer bien al hombre y eso fue un aspecto que logró captar mi atención. Estaba a punto de preguntar más sobre Hamada cuando una nueva voz me hizo dar un respingo y girarme hacia donde ésta provenía.

Tendencia al aburrimiento [Higuel🌼Markyle]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora