Te llevare con tus padres

Un dia en el paraiso

El niño me mira y nos sentamos en el césped cerca hay un rio por lo que luego podremos asearnos un poco. Ahora solo quiero procesar todo tranquilo. Supongo que como el niño, mi ropa también debe haber cambiado. El niño tiene el cabello algo más largo y ondulado, viste una túnica blanca y dos impolutas alas salen de sus omoplatos.

-Con cada mundo que pasamos tendremos que quedarnos más- Me explica y noto que su voz es algo más cantarina, solo asiento mirando mis manos, las Cuale parecen más perfectas y lisas que lo que recordaba. A lo lejos una voz canta cerca del rio. Supongo yo al igual que el niño poseeré una alas.

-No te preocupes lo importante es que logremos no meternos en muchos problemas en el transcurso.

Nos tiramos como media hora simplemente tomando el sol, habríamos continuado pero algo o alguien tapo la luz. Al alzar la vista un enorme hocico o más bien debería decir hocicos pues tenía tres me lamian la cara juguetona. Parecía ser que me conocían, acaricie bajo sus mandíbulas y el enorme canino se tiro para recibir más mimos. No me importaba pero el silbido le llamo y salió corriendo. Nosotros solo nos encaminamos al rio para tener una mejor imagen de como soy. Casi me caigo de culo cuando veo mi imagen en el agua. Dorados y sedosos cabellos trenzados en una cola de caballo, mi nívea y impoluta piel sin ninguna imperfección . Una túnica de seda blanca sujeta a un medallón con un rayo cubre mi piel y sandalias doradas impiden a mis pies rozar el suelo.

-Somos ángeles - le susurro al niño que asiente tomando mi mano mientras caminamos por el verde pasto lleno de vegetación y flores perfectas. En el agua la que reconozco como Tshuyu pese a estar cambiada, con las imponentes alas saliendo de su desnuda espalda vigila que nadie mire antes de acercarse a una cueva donde un hombre todo vestido de negro y aspecto de cuervo, este detalle me da a entender que es Tokoyami. Se funden en un fogoso beso adentrándose en la oscuridad de la cueva. Poco tiempo después Ida con otro tipo de túnica y alas más grandes llega buscándola pero pasa de mí dirigiéndose directamente al niño.

-Sora viste a Tshuyu- el me mira esperando le de la respuesta pero yo le indico que no diga nada ya que podemos meternos en algún problema o a otra persona.

-Lo siento pero no la vi- pronuncia despacio apartando uno de sus rojos cabellos tras su oreja. El ángel se marcha no sin antes darme una mirada del más profundo odio a mí. Puede que este Kaminari también fuera un metepatas como yo lo podía ser, lo que conlleva a ser odiado por ese ángel.

-Sigue sin perdonarte por que prefirieras a ese ser antes que a un imponente arcángel como el-habla desde la rama de un árbol cercano uraraka sonriendo mientras juega con la manga de su fina túnica blanca con sus brillantes alas de plumas carmín perlado replegadas sobre sus hombros como si fueran una capa alrededor de sus brazos.-Mas el que el señorito Sora te aprecie tanto -añade bajando para luego hacerle una referencia al niño que solo la mira extrañado fingiendo claramente entender todo lo que esta dice.

-Perdonadme pero creo algo me sentó mal y estoy confuso -me invento esperando el que cuele y me cuente más sobre el tema.

-Se atrevieron a dártela -se escandaliza llamando a otros ángeles cerca que reconozco como Ibara, jirou y ojiro.

-Es normal que estés confuso amigo mío -se me acerco jirou que lleva una sencilla toga corta blanca sobre su pequeña figura y una decoración de hojas doradas que caen a los laterales de su rostro donde antes estaban sus audífonos, propios de su particularidad. Sus brillantes alas con reflejos lila en las plumas se yerguen amenazantes cuando habla mostrando su cabreo. Al igual que en mi mundo somos buenos amigos y por ello estoy muy agradecido, pues puedo contar con su ayuda. -Solo procura que tu lindo amorcito no se entere que perdiste la memoria rayito -le aconseja golpeando mi brazo , solo asiento- Claro no sabes de lo que te hablo- se auto golpea al percatarse recibiendo las risas del resto.