CAPÍTULO DOS

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Yo quería ir, pero en vez de eso me quedé sentada en las escaleras de salida intentando asimilar la situación.

Tenía un sueño. Lo cumplí. Conocí a mi ídolo. Se enamoró de mi. Ahora soy el centro de cualquier conversación y la gente espera una respuesta de mi boca.

No sé bien que contestar, pero iré a ver a Justin. Me levanté decidida y en ese momento me di cuenta que no sabía ni donde estaba.

-¿Sabe dónde está el camerino de Justin Bieber? -le pregunté a alguien que estaba por ahí.

El hombre se rió por algo que no entendí y me dijo "Todo el pasillo recto a la derecha".

Me fui sin decirle adiós. Era como si el mundo se riese de mi y yo ni supiese por qué.

"Todo el pasillo recto a la derecha" repetía para no olvidarlo y tener que volver a preguntar.

Llegué y en la puerta estaba Kenny. Me sonrió, me abrazó y me abrió la puerta simpáticamente. Dentro estaba Justin con esa sonrisa que le hace tan especial.

-Me han dicho que estabas buscando mi camerino, ¿no es asi? -me dice riendo.

-Sí, ¿no querías verme?

-Pues si, te he comprado esto. - Se da la vuelta y me posa sobre mis brazos un gran ramo de flores. Es más, creo que es el mismo ramo que le da a la One Less Lonely Girl.

Observo las flores por un momento; son preciosas.

-Gracias Justin -le dije mientras le daba un abrazo.-Tú si que eres especial.

-¿Eso significa que aceptas ser mi "Chica menos sola"? -me dice con una sonrisa.

Lo medité durante un minuto. Nadie más me había tratado así nunca. Mi ex me quería, o eso suponía, porque si me hubiese querido no hubiese cortado conmigo por una tontería.

-Lo acepto. -le dije mirándole a los ojos.

Me besó en la mejilla y me preguntó si quería irme a cenar con él. Por supuesto, le dije que sí.

Me llevó a casa a prepararme, pero al abrir la puerta vi a Josh, mi ex, sentado en el sofá, mirando mi mano junto a la de Justin.

-¿Qué? Se ve que estás comprando a mi chica con tu dinero, gilipollas. -le dijo a Justin

-¡NI ME ESTÁ COMPRANDO NI ES UN GILIPOLLAS, JOSH! ¡EL GILIPOLLAS ERES TÚ, QUE NO SUPISTE COMO TRATARME! -le grité sin pensarlo.

-Tranquilizate, nena. -me dijo Justin al oído.

-¿Ya estais de secretitos, eh, super estrella?-dijo Josh mientras se levantaba del sillón. ¿A quién se le ocurrió la estúpida idea de abrirle la puerta?

-Mira, yo ni te conozco ni tengo la intención de conocerte. Tú fuiste el que cortó con ella esta mañana, ahora está conmigo, ¿entendido? No quiero peleas, pero en el caso de que la tengamos, saldrás tú perdiendo.-le dijo Justin a Josh.

-¿Sí? ¿Eso crees? -Josh se acercó y le empujó a Justin mientras cantaba el estribillo de Baby con una voz chillona.

-Para, Josh. -le dije.

Demasiado tarde, Justin ya le había devuelto el empujón.

Josh empezó a pegarle puñetazos en la cara.

-¿QUÉ? EH, ¿QUÉ? TE CREES TÚ MUY LISTO CUANDO ESTÁS DELANTE DE LAS CÁMARAS, PERO DETRÁS ERES UN MIERDAS. -le gritó a Justin.

-No quería llegar a esto, pero... -empieza a decir Justin mientras se va acercando y a devolverle los puñetazos - Esto por tratar así a Helena, esto por arruinarle la noche... Y esto por molestarme a mi.

Se le cayó el móvil, empecé a llamar a Kenny y salía como que estaba comunicando. Yo ya no sabía ni que hacer, cuando de repente, suena el teléfono. Era él.

-¡KENNY, CORRE, VEN, ES JOSH, LE ESTÁ PEGANDO A JUSTIN, VEN, POR FAVOR, CORRE!-le gritaba mientras lloraba sin saber bien que hacer.

Habían gritos, llantos y puñetazos. Supongo que los vecinos lo oyeron y por eso llamaron al timbre. Les abrí corriendo e intentaron separarlos.

-¡VETE, JOSH, NO VUELVAS POR AQUÍ! ¡GRACIAS POR ARRUINARME LA VIDA! ¡TE ODIO! -le grité, empujó a Justin y salió por la puerta.

De repente, aparece Kenny.

-¿Dónde se supone que estabas? Tu deber es protegerlo y ahora mira como tiene el ojo, el pelo, la nariz. -le espeté.

-No sabía que era tan importante. ¿Cómo estás, Justin?

Justin estaba en el suelo, apoyado contra la pared; la nariz le sangraba, estaba despeinado y tenía el ojo morado. Le miré a los ojos, y le dije:

-Lo siento, fue culpa mia. No debería haber... Ahora tú estás... Y todo por mi culpa, por defenderme.-más lágrimas recorrieron mi cara.

-No fue tu culpa. Nadie te hará daño, nadie. Ahora tú eres mi chica menos sola, y tu chico te defenderá. Y si me tienen que pegar, me pegarán.-me dice - No llores, no es tu culpa.

Le miré a los ojos, toqué su mejilla y junté poco a poco sus labios con los mios. Lo besé. Besé a Justin Bieber y él no hizo nada para detenerme. No sabía a papel ni nada, como yo ya había experimentado antes con mis posters. Son los labios más bonitos que he visto, con su perfecta sonrisa.

Unos treinta segundos después, me sonrió, se levantó y me dijo:

-Ya estoy mejor, ¿no teníamos una cena? ¿Qué haces todavía así vestida?

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