Y ahí estábamos, Adeline ya nos había dejado pasar, la música sonaba de tal manera que hacía retumbar la casa, muchos amigos, conocidos y un que otro perrito estaba en aquella fiesta, la verdad yo no soy mucho de fiestas, pero era una ocasión especial, había mucho alcohol, drogas y cosas que a mi no me llaman la atención, pero ahí estaba yo, con mi postura en alto diciendo que no a toda tentación, pero bueno.
Rick, Adeline y yo estabamos casi siempre juntos, a veces nos separabamos por un corto tiempo, pero nos encontrabamos nuevamente, al pasar del tiempo la fiesta llego a su punto "clímax", se podia perder la mente de uno ahí, Rick comenzó a tomar como loco y Adeline.. Ella sólo estaba conmigo, al parecer se abstenia a beber.
- Que pasa chamaca? No planeas tomar? -
Pregunte mirandole de reojo, miraba mucho a Rick, ya que era un poco muy mala copa.
- Nah, en estos momentos no necesito.. Estas aquí, no? -
- Si.. como perderme esta fiesta -
Le digo con una leve sonrisa en mi rostro, mas Adeline tenía una mirada que no había visto antes, su piel blanca era roja, sus ojos perdidos en los míos, y cada momento se acercaba mas a mi.
- Adeline? -
Al mirar bien los ojos de Adeline los noto con sus pupilas dilatadas a mas no poder con una tonalidad rojiza, y su boca estaba semi abierta
- Estas drogada, no? -
Pregunto confiado
- Nooo, para nada, nel, jamás.... Bueno si, un poquito -
Al escuchar eso abro levemente los ojos, viendo a Adeline de forma detallada, se veia que había ingerido mucho.
- Ven, acompañame a tu sala, vamos a recostarte un rato -
Tomo a Adeline de la mano, pasando entre tantas personas las cuales estaban muy, pero muuuuy viajadas, la droga era tanta que se veía en el aire, sin exagerar había lugares donde se veía blanco de tanta coca que había, pero evitando eso llegue a la sala, donde adivinen quien estaba botado en el sofá... Si pensaron que Rick están en lo cierto, estaba dormido y su ropa que parecia de buena marca estaba mojada por el alcohol que tomó.
- Acuestate aqui, estaras bien. -
Le digo con una sonrisa.
- No dejaré que te pase nada -
Adeline toma asiento en un sofá el cual estaba bastante largo, después sube su el resto de su cuerpo a este, recostandose de forma cómoda.
- Gracias Maxi, eres alguien muy bueno... Y de buen corazón... -
Dice antes de quedar dormida igual que Rick, yo me senté en medio de ambos, recostando mi cabeza en el sofá que habia en medio de Adeline y Rick, cerrando poco a poco los ojos, quedando dormido ya que habían pasado varias horas de diversión y perreo intenso.
Pasaban las horas, mas parecían que no lo fueran, en un momento me encuentro en un lugar el cual me lleno de paz, parecía un mar, en el cual se podia caminar, habia un cielo, no se veía ningún tipo de personas ni nada, sólo yo, el agua era tan, pero tan clara que se reflejaba el cielo en esta, pareciendo así un gran espejo, comencé a caminar lentamente, mis ropas eran las mismas que la que llevaba a la fiesta, veía todo con asombro, de repente un resplandor aparece frente mío, iluminando así todo el lugar, de repente una espada cae frente mio, pero no era una espada cualquiera, era una la cual era oscura y desprendía un aura azul marino, era gruesa y turca, parecia que los ataques de esta podrían dañar la cosa mas dura; detras mío aparece una clavandose en el suelo igual que la otra a la vez, pero esta era blanca, larga y se veía que era veloz, se veía que era de doble filo.
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EL GRAN TORNEO
AdventureEsta historia comienza con la vida de nuestro protagonista, un joven de 17 años, cuya vida se es normal y tranquila, con un estudio y calificaciones promedio, no es muy inteligente, pero tampoco un bobo, un dia su vida y la de sus amigos se ve amena...