El Mejor Error de la Vida, Boruto y Sarada

Si es Contigo.

La joven Uchica abrió la puerta, quedándose sorprendida de que Boruto apareciera primero. Ella quería ir a buscarlo, pero esperando a que fuera más tarde.

-Hola, Sarada. ¿Puedo pasar? -preguntó poniéndose rojo-. Quería hablar contigo de lo que ocurrió hoy. Es que te he visto muy distante con nosotros.

-Sí, no te preocupes por eso -respondió ella rápidamente. Boruto entrecerró sus muy azules ojos y empezó a darse vuelta-. Pero pasa, por favor. En realidad si quería hablar contigo.

Sarada cerró la puerta apenas Boruto entró.

-Lo siento, no era mi intención verte así. No tenía idea de que tu ropa se había roto. Todo se puso algo incómodo después de eso -explicó Boruto sentándose en la silla.

-Sí, sé que fue un accidente. En realidad te agradezco por haber corrido hacia mí para ver si estaba bien. En ese momento hubieras podido ganarle a ese sujeto sin problemas -respondió Sarada, sentándose en su cama y entornando los ojos en el rubio-. ¿Pero por qué dices que se puso incomodo? ¿Qué es lo que piensas?

El corazón de Boruto comenzó a latir con rapidez otra vez, y dijo:

-Es que nunca había visto un seno -admitió-. Solo de Himawari cuando éramos muy pequeños y nos bañábamos juntos, pero es mi hermana, eso no cuenta. Tú fuiste la primera chica a quien veo. Y la verdad no puedo quitarme esa imagen de la cabeza; por eso me siento culpable. Seguro debes estar muy apenada.

-Sí, aun me da pena pensar que lo viste -respondió Sarada, pero entonces puso una pequeña sonrisa pícara-. Pero enserio no te preocupes por eso. En realidad, yo alcancé a ver que lo tenías... ya sabes, erecto.

-¿En serio? -exclamó-. Creí que no te habías dado cuenta.

-Si lo vi -rio Sarada, poniéndose de pie y caminando hacia el rubio-. ¿Entonces sigues pensando en eso que viste? -vio como Boruto se sonrojaba-. La verdad yo también.

Al oírlo, a Boruto casi le da un infarto. Sintió como su miembro comenzaba a despertarse, dando pequeños brincos dentro de su pantalón. En esos momentos el rubio solo quería levantarse e irse por la pena de que lo vieran erecto otra vez, pero entonces vio los ojos negros de Sarada a través de sus lentes. Lo único que podía pensar, era en volver a ver el pequeño y hermoso pecho de su amiga. Su pene se endureció mas en solo recordar el rosado pezón.

-¿Entonces tu estuviste pensando en... en mi erección? -inquirió Boruto.

Sarada solo afirmó con un movimiento de cabeza.

Boruto se puso de pie, quedando frente a frente con la Uchiha. Hubo un silencio que duro un par de segundos pero se sintió como si fueran horas. Boruto no pudo ocultar que sus pantalones parecían una casa de acampar. Aun así, ambos se acercaron entre sí. Entonces, ambos se besaron.

-Vaya -dijo Sarada, con una sonrisa por los nervios.

-Vaya -repitió Boruto, acercándose más y sujetando los brazos de la Uchiha. Ambos quedaron muy juntos, pegando sus cuerpos-. No sé por qué hago esto -rio.

-Ni yo -respondió, sintiendo la erección del rubio haciendo presión contra su cuerpo-. Pero me gusta. Quizá podríamos intentarlo.

La cabeza de Boruto se llenó de todas las imágenes que ideó cuando se estaba masturbando en las aguas termales. Sin duda el solo pensar en el cuerpo de Sarada le excitaba, pero jamás imaginó que pudiera llegar a más. El chico volvió a besarla, mientras en su cabeza imaginaba el cuerpo desnudo de Sarada, el cual estaba a punto de ver.

-Intentémoslo... Si es contigo, en verdad me gustaría.

-Solo contigo.

Los besos siguieron, volviéndose más y más largos. Entonces Boruto metió su lengua en la boca de Sarada. Ambos se acariciaban mientras tanto. Se mordían de vez en cuando, sus lenguas jugueteaban y sus manos exploraban el cuerpo del otro. Ella comenzó a gemir cuando escuchó que la mano de Boruto estaba bajando el cierre de su traje carmesí.