La Noche.

6.9K 191 12
                                    


Después de las aguas termales los tres chicos se reunieron para comer. Encontraron un restaurante donde vendían unas muy picantes hamburguesas donde Boruto no pudo evitar entrar. Mitsuki lo siguió como siempre, pero Sarada seguía callada.

«¿En verdad Sarada sigue así por haberla visto? Creo que lo mejor sería hablar con ella -pensó Boruto al ver a su amiga quien no hizo ningún comentario por ser llevada a comer hamburguesas otra vez-. Hoy vamos a dormir en un hotel, ella tendrá su propio cuarto, mejor hablo con ella allí. Supongo que le daría mucha más pena que Mitsuki nos escuchara»

Después de comer, los tres ninja se reencontraron con Konohamaru en el pequeño hotel Yaburu. El maestro del nuevo equipo 7 estaba hablando con una viejecilla encorvada pero de amplia sonrisa.

-Hola chicos, lamento no haberlos podido ver en todo el día. Sabía que no debí pagar por adelantado mi lugar en las aguas termales.

-No se preocupe maestro -replicó Boruto, recordando todo lo que ocurrió con Mitsuki en aquel lugar-. Además el dueño del local no podría haber estado más agradecido de que pagara por adelantado. No había nadie más que nosotros.

-Dijo que era por la época -agregó Sarada.

-Bueno, al menos ayudé a alguien -ironizó Konohamaru algo apenado-. Estaba hablando con la señora Yasashi sobre nuestro alojamiento. La verdad me da algo de pena que no nos cobre, serian tres habitaciones, es mucho.

-No, no, no. Es lo mínimo que una agradecida anciana como yo puede hacer por el grupo de ninjas de la Hoja que detuvieron a Maneru. Ese hombre no tenía el honor para ser llamado ninja, me alegra tanto que lo detuvieran -sonrió la viejecilla con amabilidad.

-¡Asombroso! -exclamó Boruto agradecido-. Se lo agradecemos mucho abuel... señora Yasashi.

-Boruto -espetó Konohamaru con la mano sobre la frente.

La amable señora los condujo por el pequeño hotel hasta las habitaciones del tercer piso; las cuales resultaban ser las más grandes y lujosas.

-En verdad se lo agradecemos, señora Yasashi -repitió Konohamaru.

-Muchísimas gracias -dijeron los tres chicos al unísono.

-No se preocupen por nada -replicó la señora-. Que pasen buena noche. -La amable señora se dio media vuelta y caminó de vuelta a las escaleras.

-Bien equipo 7, descansen. Mañana tendremos que volver a Konoha y tendremos que presentar nuestro reporte a la oficina del Hokage.

Boruto bufó con solo pensar que tendrían que ir a ver al descuidado de su padre.

-Buenas noches -pronunció Sarada y entró en su habitación.

-¿Saben si Sarada está bien?

-Quizá solo está cansada por pelear contra el ninja renegado -respondió Mitsuki.

Los dos chicos entraron a su respectiva habitación. Era bastante amplia, con una gran ventana, una mesa pequeña, un baño espacioso y una cama muy grande.

-Parece que tendremos que compartir cama -dijo Mitsuki, yendo a sentarse sobre la blanda cama. Entonces vio como Boruto seguía junto a la puerta-. ¿Pasa algo, Boruto?

-Me preocupa Sarada.

-Entonces parece que tendré la cama para mí solo -rio Mitsuki.

-¿Qué cosa?

-Supongo que vas a ir a ver a Sarada para asegurarte de que está bien -respondió Mitsuki sin cuidado-. Por lo general cuando hay problemas, la compañía es bastante útil. Entonces supongo que pasaras la noche con ella para ver que este bien.

-No lo sé -tartamudeó Boruto-. No creo que me quede toda la noche, pero sin duda iré a ver que ella este bien. Cúbreme por si viene Konohamaru.

-Seguro.

Boruto salió con sigilo de su habitación y se acercó a la puerta de alado. Tardó un poco en tocar a la puerta, se sentía bastante nervioso.

«Pero que pena me da esto»

Golpeó la madera de la puerta con los nudillos. Su corazón latía muy rápido, y se aceleró aún más cuando escuchó como alguien giraba la perilla. Sin darse cuenta, Boruto estaba cumpliendo el sueño de Sarada.


El Mejor Error de la Vida, Boruto y SaradaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora