Parte 1:
"Mi nombre es Laia William"
(@~@)
Dormir
Esa palabra es una de las mejores, bueno, para mi. Soy una persona muy dormilona, nadie puede levantarme de un sueño, de lo contrario, recibirá un golpe, aunque, creo que eso nunca le asusta a mi despertador.
Este suena constantemente mientras yo mantengo mis manos a los costados de mi cabeza intentando relajarme mientras miro al techo con una mueca. No puedo creer que valla a otro instituto.
Al parecer este despertador se cree mejor que yo...
Me volteo y le doy un golpe a mi despertador logrando que se calle,—Ups...—Digo inocente mientras sonrió.
Me levanto de mi cama y me dirijo al baño mientras bostezo, llego al baño y me doy una ducha. Al salir, me pongo la toalla alrededor de mi cuerpo y me dispongo a buscar ropa para ir al instituto, miro a través de mi ventana y observó el clima, esta soleado así que optó por ponerme una blusa blanca, un short un poco rasgado y unas converse celestes.
Ya cambiada, bajo al comedor donde observó a mi hermano Zack desayunando,—Hola niña fea—dice alzando la mirada para verme y me da una sonrísa burlona.
Volteo los ojos y me siento a su lado para desayunar—Hola feito,—digo causando una sonrisa en el mientras yo doy suspiro pasando un mechón rebelde por detrás de mi oreja—¿listo para el primer día?
—Ay Laia, yo siempre estoy listo,—me mira seguro—esa pregunta debería ir para ti.
Si supieras...
El nota mi incomodidad ya que no dice nada más, yo empiezo a comer mi desayuno. Nunca me ha ido muy bien los primeros días de clase, no cómo a mi hermano. El es un chico de 17 años mujeriego, posesivo y muy lindo para ser honesta.
Lo miro mientras come, su cabello marrón sigue desordenado,—Como quisiera ser como tu,—el vuelve a fijar la atención en mi,—tan seguro de ti mismo, con un gran círculo amistoso.—suspiro,—Nadie creería que somos hermanos—el me brinda una sonrisa triste mientras me ve con sus ojos azules y me abraza.
El se separa de mi y me obliga a mirarlo,—Laia—suspira,—tu siempre seras mi hermanita—dice con una sonrisa honesta, yo se la devuelvo y seguimos desayunando.
Al terminar mi desayuno me dirijo al baño para cepillarme mis dientes y hacerme una coleta alta, no suelo maquillarme mucho.
Salgo del baño con mi celular en mano y me dirijo a la puerta principal donde esta mi hermano con su atención en el celular. El viste unos zapatos negros, unos jeans, un polo blanco y una chaqueta de cuero.
El es... Tan Zack
Llego a el, guarda el celular en su bolsillo, me da una sonrisa de todo saldrá bien y abre la puerta. Al salir nos dirigimos a su preciado Mercedes-Benz y entramos a el, Zack de piloto y yo de copiloto.
Somos una familia con dinero pero no utilizamos ese privilegio para ganar amigos, ya que terminan siendo más falsos que yo haciendo mis tareas un sábado por la mañana.
Al llegar al instituto, Zack y yo bajamos del coche, el me mira y me da un abrazo,—Suerte en tu primer día hermanita, te quiero—dice, se separa de mi para luego desaparecer por la gente. Ahora hay chicas que me están mirando celosas.
La soledad es tan fea, como siempre...
Empiezo a caminar hacia el gran instituto que tengo a mi delante un poco insegura, mientras camino puedo notar los típicos grupos cliché, los chicos mirandome con ¿deseo? A los cuales por supuesto ignoro pero siento mi sangre en mis mejillas.
Wow, esto es demasiado cliché, me siento como la protagonista de las películas estadounidenses.
Hay gente por lo largo del pasillo, mientras camino me dirijo a una chica pelirroja que parece ser amigable, —Hola,—Ella me mira y me dedica una sonrisa,—mi nombre es Laia.
—Hola, un gusto, mi nombre es Claudia, pero me puedes decir Clau—Dice entusiasmada, yo le dedico una sonrisa,—supongo que eres nueva, no te he visto antes por aquí.
Asiento,—Si, de hecho venía a preguntarte donde puedo recoger mi horario—digo algo tímida, no soy muy buena haciendo amigos.
—Si claro, acompañame—Dice sin quitar su sonrisa, empieza a caminar y yo la sigo, pasamos algunos pasillos y llegamos a una oficina bastante grande y bonita, ella voltea hacia mi—Llegamos, allí,—me señala una puerta—podrás obtener tu horario.
Y asiento,—Muchas gracias—digo para que luego toque la campana.
—Bueno, me tengo que ir, espero que nos toque juntas en las clases—dice para luego darse la vuelta y chocar se con un par de personas al voltear, ella se disculpa y se va corriendo.
Que loca, ella si me cae bien
Suelto una risa y vuelvo mi mirada a la puerta que me señaló, decidida llego y toco un par de veces recibiendo un 'pase' como respuesta.
Abro la puerta y me encuentro con una señora de unos 40 años con una sonrisa—Buenos días, vengo por mi horario—digo algo tímida.
—Hola linda, ¿me puedes dar tu nombre, porfavor?—dice la señora con una sonrisa en su rostro.
Yo asiento,—Laia, Laia William
Ella busca algo entre sus papeles y me entrega una hoja—Este es tu horario, ten un bonito día y corre, se te hace tarde.—Yo le brindó una sonrisa de boca cerrada y voy corriendo hacia mi aula.
Salón 561:
Toco la puerta un par de veces recibiendo otra vez como respuesta un 'pase' abro la puerta un poco tímida,—Buenos días, señorita...—dice el maestro alargando la frase para que yo diga mi nombre.
—Laia William—Digo cerrando la puerta detrás de mi sintiendo mi sangre fluir en mis mejillas.
—Señorita William, hermana del joven Zack ¿verdad?—Yo solo asiento— Ese chico me saca canas verdes, puede sentarse.
Miro a mis compañeros, hay algunas chicas riéndose y otros solo ignorando, busco un asiento y veo una mano alzarse, veo que es Claudia muy entusiasmada como siempre y no dudo en sentarme a su lado.
-
Ya paso la clase y me la pase conversando por papelitos con Claudia, parece ser una buena chica.
Al dar por terminada la clase salgo del aula junto a Claudia mientras reímos por tonterías, hasta que siento chocar contra algo duro.
Miro hacia arriba y me doy cuenta que un chico bastante guapo pero con una mirada fría me mira fijamente con esos ojos azules opacos que intimidan a cualquiera.
Siento que Claudia empieza a dar pasos hacia atrás,—Laia, vamonos—dice preocupada, yo la miro y por primera vez no tiene esa sonrisa de siempre.
Vuelvo a enfrentar al chico guapo y me mira con la mandíbula tensa, yo lo miro incrédula y siento que Claudia agarra mi mano haciendome caminar rápido, siento la mirada de ese hombre en mi. Cuando me doy cuenta, hay muchas personas a nuestro alrededor.
Cuando estamos en el siguiente pasillo me digno a preguntar,—¿Que pasa Clau?—Ella sigue mirandome con miedo.
—E-ese es James Brown—dice mirandome fijamente—el más mujeriego, arrogante y guapo de esta escuela—Me dice en tono de advertencia—No te acerques a el, te puede hacer daño.
James Brown...
James Brown...
James Brown...
!¿Ese apellido no es de mis nuevos vecinos?!
Demonios
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Nota de la autora: Wow, eso no me lo esperaba, (bueno si, ya sabía que eso pasaría) xd
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Aléjate de él, Laia.©
Novela Juvenil¿Que se siente ser vecina de James Brown? Puede ser algo admirable para muchas chicas, pero para mi es un simple desastre, no es tan bonito como parece, o al menos para mi, Laia William. No me considero una chica con suerte por vivir alado de un mu...