Capítulo 2 Privacidad

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Jimin se había perdido mirando los tatuajes, nunca había visto a una persona con tantos — ¿Te vas a quedar allí mirándome toda la noche? — Damn lo hizo reaccionar.

—Cla... claro— Seguía distraído, por lo que no pensó en lo que decía y cuando se dio cuenta lo corrigió de inmediato — ¡Claro que no! — Dijo mientras desviaba la mirada a otro lado.

Damn intentó moverse —Si me ayudas a poner de pie sería un placer— Dijo él con todo el sarcasmo que podía mientras estiraba su mano izquierda. Este chico era muy desagradable.

Jimin en modo automático observó su mano —Tienes otro tatuaje— Hablando sin pensar, era una cruz inclinada, estaba dibujada en el dorso de su mano lo que le llamaba la atención —Pero no concuerda contigo— Eso último lo decía en un susurro.

Damn retiró su mano con brusquedad —Eso no te importa— Dijo él enfadado — ¿Vas a ayudarme o no? — Preguntó con más rudeza.

El castaño se encogió de hombros — ¿A dónde quieres ir? — Preguntó con cierta timidez.

—Al baño ¿Tienes baño cierto? — Dijo mientras miraba alrededor con desprecio, como si fuera demasiado poco para él —Quiero quitarme toda esta suciedad— Damn señalaba su cuerpo lleno de tierra y sangre.

Jimin tomó su mano, pasó su brazo izquierdo por sobre sus hombros mientras lo tomaba de la cintura tratando de evitar rozar sus heridas. Lo cargó hasta el baño, abrió la puerta y lo sentó sobre el inodoro mientras corría la cortina de la ducha.

—Todo tuyo— Dijo Jimin cuando salía del baño con burla.

El rubio bufó — ¿No me quitaras los pantalones? — Alzando los pies a la espera de una respuesta.

Jimin no podía creerlo. Suspiró, se acercó y le quitó los dichosos pantalones. Nunca había hecho esto por nadie y ahora lo estaba haciendo por el imbécil más grande del mundo. No entendía por qué le obedecía al instante, él no era así.

—Los calcetines también— Ordeno él con desdén.

—Mira i....— Suspiró, cerró los ojos y contó hasta diez. —Escucha Damn— Dijo mientras le quitaba los calcetines —No soy tu sirviente ni tu esclavo, no puedes hablarme como se te dé la gana— Lanzó ambos calcetines al suelo y se puso de pie.

El rubio lo observo sin expresión alguna. —Esta es la última vez que me das una orden, que te quede claro...— Jimin cerró la puerta del baño mientras salía sin dejarlo terminar.

Caminó hasta la cocina, se limpió las manos y lavó la cara, estaba agotado. Volvió a mirar la hora y eran las 2:30, pasó ambas manos por su rostro, esto no podía estar sucediendo. Decidió irse a dormir, mañana tenía clases a primera hora y tenía que entregar el trabajo. Bendito trabajo que lo había metido en este problema. Entonces él gritó desde el baño.

— ¡Necesito una toalla! — Damn gritaba desesperado, hacía mucho frío esa noche.

Jimin buscó una en su cuarto y se la llevó. Golpeó la puerta del baño, la abrió solo un poco y metió su mano para entregársela. Sintió unas gotas mientras él la cogía, pero no te atrevió a mirar.

—Pásame algo de ropa, hace frío y la mía está sucia— Al escucharlo, Jimin apretó los puños ¿Acaso él no conocía las palabras "por favor" y "gracias"? todo esto se lo había buscado él, debió hacer lo correcto y llamar a la policía cuando lo vio en la calle, ni si quiera debería haberse acercado... solo quería que esto acabara.

Cogió un pantalón y una polera desde su closet, tenía algunas prendas de Taemin, las cuales eran lo suficientemente grandes y sobrias para él, a veces se las robaba si le gustaban. Digamos que para Jimin no importaba si eran usadas, lo importante era la comodidad.

Disruptor - YoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora