Capítulo sesenta y seis

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POV Kibum

Como era una fiesta para toda la clase, todos nuestros compañeros habían asistido. Más sabiendo que era una fiesta y que podrían divertirse un poco. Minho estaba allí, Seung, Taeyang, Luna, claro, la dueña de casa, y el resto de chicos y chicas. Jonghyun, el homenajeado del día, apareció un poco más tarde que el resto con su guitarra, le sonreí pero pude notar algo en sus ojos, siempre podía hacerlo. Cuando conoces a alguien, lo mínimo que cambia puedes notarlo.

Habíamos pasado una noche muy animada, por más que todos los que estábamos allí a veces no compartíamos mucho en clase, lo cierto era que todos eran muy amables, pues, después de todo, la mayoría habían sido compañeros años anteriores. Todos habían llevado algo para compartir, por lo que había mucha cerveza y bebidas sin alcohol casi nada de comida. La calidad de las voces, las risas, la bebida y la música hicieron que la noche pasara muy rápidamente.

—Amor, ¿nos vamos?

Hice un poco de presión sobre el brazo de Jjong pues su cabeza se levantaba, bajaba, picaba y volvía hacia arriba. Se estaba durmiendo y, en realidad, todos se estaban retirando, la fiesta en la casa de Luna estaba terminada. Él me observó y asintió. Lo ayudé a pararse, no se había despabilado del todo. Me parecía gracioso y tierno verlo de ese modo.

—Me dijiste amor —apuntó luego de pensarlo un rato.

—Te lo he dicho ya varias veces.

Sonrió.

—Me gusta.

—¡Key!

Volteamos para ver de dónde venía esa voz, era Luna.

—¿No quieren quedarse a dormir? Jjong parece muy cansado.

—Jjong no está cansado —respondió él mismo.

—No me digas que el también habla en tercera persona como tú —sonrió de forma burlona.

—No me molestes, tú también lo haces. Y ya nos estábamos yendo, supongo que iremos caminando.

—Yo puedo llevarlos —Minho se paró y se acercó a nosotros.

—O yo puedo hacerlo —Seung también se había acercado—digo, si no es problema y si a Minho no le molesta.

Minho lo miró y le sonrió.

—No, no hay ningún problema. ¿Verdad, Kibum?

Se me acercó y palmeó mi hombro.

—No hay problema —respondí.

—Genial —sonrió, era una sonrisa sincera—. Jjong, ¿nos vamos?

Se había quedado mirando un punto fijo en el suelo. No sabía por qué la cerveza le había afectado tanto, pero su actitud me preocupaba. En el correr de la noche le había preguntado si algo le sucedía, al parecer su mente se iba en ocasiones y volvía cuando me llenaba el rostro de besos y me decía que no me preocupara, pero era imposible no preocuparme por él.

—¿Qué? —levantó su vista para ver a Seung.

—Ah, ven aquí.

—No, ¿qué haces? Espera.

—Me obligas a hacer esto si no te mueves, zopenco.

Seung se cargó al hombro a Jjong, el pobre no supo ni cómo llegó hasta allí arriba. Contuve la risa porque comenzó a darme un poco de pena la situación. Seung me indicó con la cabeza que lo siguiera, Minho se despidió de nosotros con su mano y nosotros de la misma forma del resto de personas que quedaban allí.

La noche que iluminas [Jongkey]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora