Capítulo treinta y ocho

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Nota: lo siento, estaba en una falta de inspiración que no me permitía avanzar, lo peor es que tengo todas las ideas para los capítulos escritas pero no sabía cómo conectarlas. En fin... lo siento, siento que no voy a poder con esto y que los voy a decepcionar... en fin, no me hagan caso.

Desafío: si llegamos a las 15 estrellitas antes del 4/09 subo capítulo ese día. ¿Empezamos?

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Pasmado quedé en el pasillo, estorbando el paso. Algunos alumnos golpearon mi hombro y se disculparon al momento pero yo apenas los oí. No había entendido lo sucedido y tampoco sabía si quería hacerlo. La nota era clara: el profesor iba a consultar a un especialista en cáncer. ¿Sería para él o para otra persona? La pregunta flotaba por mi mente y me había arrastrado hacia una especie de trance.

Alguien chasqueó sus dedos delante de mí.

-Tierra llamando al señor Kim -dijo Kibum.

-¿Viste un fantasma o algo? -preguntó Onew- ¿Qué te sucede? Estás... raro.

-¿Eh? No, nada, no me pasa nada -dije mientras miraba a los cuatro chicos que me habían rodeado.

-Bien, vámonos -emitió Minho, más que como sugerencia, como orden.

Nos dirigimos a la salida todos juntos, Onew iba para nuestro lado, ya que hoy debía ir más temprano a trabajar porque su madre se lo había pedido. Minho también fue con nosotros, por lo que nos despedimos de Taemin y emprendimos el retorno a casa.

-¿Tu madre te castigó por algo que te manda a trabajar temprano? -preguntó Kibum.

-En realidad va a acompañar a mi padre al médico y bueno... alguien tiene que cuidar el local.

-¿Cómo está él? -pregunté.

-Mejor, mejor...

-Pero... -dijo Kibum.

Onew suspiró.

-Que no va a volver a trabajar y mi madre quiere que yo me haga cargo de todo cuando termine la secundaria.

Lo soltó tan de repente que los tres frenamos a mirarlo, él se había quedado algunos pasos atrás en algún momento sin darnos cuenta.

-Pero tú no quieres eso... -expresó Minho.

-No, no quiero. Pero ya no importa, alguien debe hacerlo.

-Claro que no -soltó Kibum- ¿qué quieres tú?

-Eso ya no importa.

-Claro que importa -dijo Minho un poco molesto- No seas tonto. Debes hablar con ellos.

-Es un poco más complicado, me han dado todo lo que he necesitado y más y ahora que me necesitan...

-Tú también los has ayudado estos años con el café, ¿o no? Sé que son tus padres y que necesitan tu ayuda pero seguro que encontrarán a otra persona -dije intentando animarlo.

-Chicos, aprecio sus palabras, pero por ahora esa es la opción que queda.

-¿Al menos intentarás hablar con ellos? -preguntó Minho.

-Lo intentaré -dijo aunque sospeché que ninguno de los que estábamos presente le había creído, incluído él mismo.

Cuando Onew se separó de nosotros la tensión se apoderó del ambiente. Con Kibum al medio, caminamos en completo silencio, hasta que alguien habló:

La noche que iluminas [Jongkey]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora