Recordaba que grité, también las bebidas y obviamente el dolor que fue combinado con pequeñas risitas. No sabía cómo tres chicas totalmente borrachas llegaron a un local de tatuajes, tan ebria como estaba tampoco me preocupé porque el lugar cumpliera con la normativa de higiene, aplasté mi cansado trasero en un taburete de piel roída y ordené un ave en mi cuello. En ese entonces el significado fue simple, yo solo quería ser libre.
Kagome
Se rió de mí.
Cada centímetro de mi cuerpo aún pulsaba por ese alucinante polvo mientras su estúpida risa se envolvía alrededor de nosotros. Luego con la desfachatez que lo caracterizaba, se quitó el condón y se subió los pantalones cortos, luciendo más presentable que yo. Sus ojos azules me miraron con burla. No iba a mentir acerca de que estaba nerviosa, pero había juntado el coraje suficiente y fui hacia él. Me aproveché de su furia, pero no lo lamentaba, porque él era caliente cuando empujaba dentro sin pensamientos; había odiado su palma contra mi trasero, pero amaba este tipo de dominación en mi cuerpo. Todo sabía mejor cuando su mano se envolvía en mi cuello y él gemía corriéndose dentro.
Ingenuamente creí que aceptaría cualquier cosa mientras jadeaba contra mi oído. No fue así.
—¿Tu qué? — pidió mirándome como si de pronto no tuviera cabeza.
Suspiré llena de frustración. Ahí, con su rostro altivo, el azul lleno de arrogancia y su torso desnudo, casi desee golpearlo. Se rascó la punta de su nariz, como si con ello la comprensión llegara a su mente.
Solté un bufido como la primera muestra de mi fastidio. Había un sentimiento hirviendo debajo de mi piel, tan ardiente como la lava, y no sabría si era deseo o furia.
—¿Sexo, aventura, amigos con derecho a roce? — él arqueó una ceja —O como carajos se llame al sexo casual— expliqué.
—No estoy interesado— dijo, se agachó en busca de su camiseta, flexionando aquellos músculos. —No voy a ser tu novio.
—Yo no te ofrecí ese puesto.
—Oh perdón— dijo ya vestido, levantando ambas manos —Las palabras correctas entonces serían, no voy a ser tu mascota. Además, se llama 'sexo casual' porque no va a volver a suceder.
Me lanzó aquella maldita sonrisa de nuevo. Mi temperamento y vergüenza haciendo ebullición.
—Y esto no va a ser casual si planeas hacerlo siempre conmigo.
—¿Alguien alguna vez te dijo que eres un total idiota?
Volví a ser premiada con su risa.
—Okay chica bonita— se acercó a mí y yo elevé la mirada más allá de su hombro, evitando el contacto visual con él. Desde un principio esto pareció una mala idea. —No entiendo que sucede a esa cabecita tuya, pero no planeó ser parte de tu perfecto plan. Yo no hago tratos para follar a una sola mujer.
Luego regresó la distancia entre ambos.
—Pero es conveniente.
Si alguien giraba en esta dirección, pensé, encontrarían a Bankotsu vestido y sudado; pero a mí con solo el conjunto de lencería blanca y el cabello desarreglado. Toda yo gritaba recién follada.
—¿Ah sí? — interrogó mientras se colgaba la maleta al hombro —¿Para quién?
—Para ambos— busqué entonces el resto de mi ropa —Algo así como un escape— continúe, odiando como mi voz perdía fuerza —Cada que la necesidad surja buscamos un polvo fácil en el otro. Sin citas o coqueteo previo.
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Blue Bird
FanfictionNo esperes un final feliz. No existe. Yo no haré lo correcto. No sigo un orden. La dañaré muy profundo. Tanto como ella lo hizo. Ella no volverá a amar. Mi amor es su veneno. Llorará. Yo lo hice antes de poseerla. Seré su perdición. Ella ya es la mí...