Ambos jóvenes subieron hasta el departamento de Stephen. El más alto aún llevaba el equipaje de Tony puesto a que se había negado rotundamente a que su invitado lo hiciera. Introdujo la llave en la puerta y la abrió dejando que el castaño entrará primero.
-Entonces... este es tú *santuario*-. Observo la cantidad de libros que habían por todos lados con una pequeña sonrisa.
-Se que no es mucho pero es mío-. Se alzó de hombros viendo como el *niño* se adueñaba de su sofá.
-Me gusta, tal vez algún día visites mi taller-.
- ¿Algún día?-.
-Tendrás mucha suerte si eso sucede-. Stephen giró los ojos y se acercó a él.
-Fuera de mi sofá, lo vas a contaminar de gérmenes de niño rico-.
-Entonces será afortunado-. Dijo negándose a dejarle espacio al más alto.
Strange fingió seriedad unos segundos antes de que ambos comenzarán a reír. Aquello era raro; apenas se conocían pero se sentía como si fuesen amigos de toda la vida y la sensación era agradable para ambos. Al final Tony se sentó dejando a Stephen espacio suficiente para sentarse también.
-¿Estas seguro de que esto no te incomoda?-. Preguntó el de ojos heterocromaticos.
-Para nada-. Negó mirando alrededor. -Este lugar me da calma-. Se levantó y camino hasta una de las ventanas, removió un poco la cortina y se asomó al exterior, viendo como el cielo de Londres se volvía un poco grisáceo.
El corazón de Stephen se aceleró por completo. ¿Para qué fingir? ¿Para qué molestarse en negar la creciente atracción hacia el heredero de industrias Stark? Tomo valor y se levantó para plantarse a su lado y mirar al otro lado del cristal y sin esperarlo se topó con los orbes castaños en el reflejo del vidrio, era un reflejo débil pero bastaba para ver sus profundos ojos marrones. Los ojos que lo mataban.
Sólo quería tomar su pequeño rostro y llenarlo de besos, decirle lo que sentía... Pero tenía miedo, miedo de que Tony lo creyera un loco. Tony tiro de su mano trayendolo de regreso a la realidad.
Los ojos de Tony ahora se cubrían de una delgada capa de lágrimas, no lo dudo un segundo más y abrazó al *niño* con fuerza, sabía que Tony tenía que estar sintiéndose horrible con la situación de sus padres, pero el se juró que iba a cuidarlo en cuanto pusiera un pie dentro del Londres.
- ¿Por qué tiene que pasarme esto?-. Preguntó soltando lágrimas sobre el hombro del más alto.
-Shh... ya, ya-. Su nariz se hundió en los cabello castaños y aspiro su olor. -Estas conmigo ahora y todo va a estar bien-.
(...)
Ambos jóvenes se encontraban en una cafetería de la ciudad, Tony amaba el aspecto rústico que esta tenía y se dedicaba a disfrutar de un café en compañía de Stephen, quien obviamente había preferido el té.
-Ustedes los ingleses son tan predecibles-. Dijo cuando el pelinegro pidió té a la jovencita que atendía el local.
-Lo dice el norteamericano que ordena café-.
-Hey, no hace falta que seas tan agresivo-. Suspiró con una ligera sonrisa. -Crees que pueda ver a Su Majestad?-.
-Dudo mucho que este dispuesta a recibir a un enano caprichoso-. Tony entrecerro sus ojos.
-Jirafa-. Le insultó infantilmente, cosa que desato una pequeña guerra de insultos entre ambos jóvenes, que en realidad, resultó divertida para ambos.
-Puedo llevarte a dar un paseó por la Abadía de Westminster, el Big Ben, si quieres podemos visitar el Palacio del Parlamento...-. Justo cuando estaba por mencionar el icónico London Eye se vio interrumpido por el norteamericano.
-Nada de eso. No quiero ser un turista, quiero...-.
-Quieres sentir como en casa-. Completo Stephen con una calida sonrisa. -Comprendo, aún así; si deseas vistar alguna atracción turística solo tienes que pedirlo-. El castaño asintió devolviendole la sonrisa.
-Bien, lo tomaré en cuenta-. Dió otro sorbo a su café y observó como el sol comenzaba a secar las calles de la capital inglesa.
(...)
Después de andar por las calles de Londres por fin volvieron al piso que a partir de ese día compartirían, compartieron más horas juntos, hablando de sus intereses hasta que Tony se acurruco contra el inglés y soltó un bostezo.
-Bien, es hora de que vayas a dormir-. Susurro ayudándole a pararse y lo dirigió a su habitación.
-Eres todo un caballero-. El de ojos chocolate ni siquiera abrió los ojos y se dejo guiar por el mayor hasta la cama. -Tan educado y... dulce-. Eso hizo reír a Stephen.
-Vaya que el sueño te afecta, Stark-.
-¿Por qué me llamas "Stark"? Somos amigos-. Hizo un pequeño puchero.
-Bien, Tony-. Acaricio su mejillas y en cuestión de segundos ambos se miraban a los ojos en completo silencio. -D-debes descansar-. Tony negó y rodeó su cuello apretandolo contra él.
-Quiero que te quedes-.
-Pero...-.
-Pero nada, eres un caballero ingles y ustedes son sumamente honrados así que confió en ti para que me hagas compañía-.
-Eso es un estereotipo-. Susurro con diversión y escuchó un bufido por parte del contrario. -Ya, me quedó-. Accedió por fin.
Y así lo noche concluyó con ambos tendidos sobre la misma cama, descansando y soñando, soñando con que sus problemas desaparecieran y soñando con esperanzas de que el amor fuera mutuo.
Les dejo esta belleza :3 (la hizo mi hermana, amenla :v)
ESTÁS LEYENDO
Amor en línea | Ironstrange
FanfictionUn mensaje. Una amistad. Un viaje. Un enamoramiento. Una vida juntos. Siempre vale la pena intentarlo. Créditos de portada a @MissPanditory ADVERTENCIA: Pareja Tony×Peter Q (es temporal). 10/12/18: #68 Internet 1/1/19: #6 youth