Adoraba el bosque, la naturaleza en sí. Apreciada cada momento de tranquilidad algo que no podía tener siempre y algunas veces pensaba que era un lujo tenerlo.
Ah, bendita tranquilidad tras varios años juntos había desaparecido y como siempre estaban peleando otra vez.
—¡¿Por qué no te largas?!— la voz de la pelirroja llegaba hasta el lugar más remoto del piso de arriba.
—¡¿Por qué no vuelves con tus padres?! ¡¿No será que te abandonaron por ser una carga innecesaria?!— algunas ocasiones las palabras pueden llegar a ser un arma mortífera, y ésta era una de esas ocasiones.
El grito de la joven se escuchó hasta en lo más remoto del bosque, y luego de un portazo se escuchó un suave llanto, últimamente siempre la atacaba con lo mismo.
—Len— el mencionado miró a la joven rubia.
—¿Qué pasa?— preguntó con total normalidad.
—Te has pasado con Hope— el joven zorro río.—¿Eso es pasarse? Por favor Rin, sólo he dicho la verdad— se acercó hasta quedar a centímetros de la cara de la joven maga.
—Sí, te has pasado— el joven zorro volvió a reír —Estrella astral que iluminar el mundo, préstame tu calidez, déjame castigar a este familiar— tras esas palabras el dorado zorro lanzó un alarido, le dolía, le quemaba su piel.
—¡Está bien! ¡Le pediré perdón a la estúpida esa! ¡Perdón Rin! ¡Por favor para!—recitaba súplicas de piedad ante la sensación de ser quemado, era imposible el soportarlo a pesar de acostumbrarse a la sensación del agua hirviente no se acostumbra a la sensación de ser quemado por el Sol.
—Astro Satelital que controlas las mareas, préstame tu frialdad, déjame castigar a este familiar— tras decir eso el joven zorro pasó de soltar esos alaridos de dolor a temblar de frío.
—Rin, iré a pedirle perdón...— dijo entre tartamudeos por el frío.
La joven maga, con un simple movimiento de sus manos paró el conjuro, y aquel zorro suspirando fue a disculparse de mala gana con la pelirroja.
Tocó repetidas veces la puerta de la habitación de la pelirroja, más sólo unos sollozos se escuchaban al otro lado, suspiró.
—Hope, perdón. Siento haberte dicho esas cosas— tras esas palabras el silencio reinó, oh adorado silencio, más en esta ocasión no era bien recibido —.Hope...
—Largo de aquí— se escuchó en medio del silencio.
—Yo en verdad lo lamento— decía entre hipocresías.
—¡Qué te largues!— un fuerte golpe en la puerta hace que de media vuelta y refunfuñando palabras inaudibles se fue con la joven Maga de Luz.
La joven pelirroja salió de la habitación, bajando las escaleras para encontrarse que el familiar no estaba rodeando con sus brazos a la Maga de Luz dormida.
Con cautela y curiosidad le vio ahí afuera hablando con un chico albino de ojos bicolor. Oh dulce viento que susurras, gracias a ti la joven de fuego pudo oír algo.
—Len, ¿Al final que vas a hacer con la manga del que eres familiar?
—Yo la quiero cuidar y proteger hasta el momento indicado.
—Vamos, ¿Qué te has enamorado?— preguntó.
—Quizás— dijole al joven albino con un tono burlón.
—Vaya el zorro de 6 colas se ha enamorado~. Bueno, Kagamine nos vemos— el chico albino se despidió del zorro.
Al darse media vuelta y caminar a la casa se encontró con la pelirroja recargada en una pared. El zorro dorado no sabía que los había escuchado.
—¿Quién era ese chico?— preguntó curiosa.—Alguien que no te interesa, abandonada— respondió chocando sus hombros al pasar.
—No me fío de ti— pensó entrando a la casa.
Estaban en mitad del bosque, leyendo algo al menos ambas chicas lo hacían. El joven rubio apoyaba la cabeza en el hombro de la rubia.
—Nee Rin, ¿Te he dicho ya lo hermosa qué eres?— decía moviendo su cabeza en busca de cariño.
—¿Qué quieres, Len?— preguntó la maga de luz.
—Siempre me dices lo mismo y yo te respondo lo mismo, ¿Me das un beso en los labios?— sonrió inocente.
—¿Si te lo doy te callas y me dejas?— el joven de ojos verdes asintió.
La joven maga de luz dejó su libro a un lado, sin antes haber marcado la página con una flor prensada, y lo besó.
No era un beso dulce ni salvaje, simplemente era un beso sin sentimientos ni emociones.
Pero la joven rubia no se iba a dejar dominar por un estúpido zorro dorado, así que se tumbó encima de él. Importando poco si él acababa aplastado y junto con unos movimientos extraños dirigidos a la parte baja del joven logró tenerlo bajo su poder.
—Ejem, sigo aquí ¿Recordáis?— habló la joven de fuego. Rin se separó de su familiar quien la miraba lujurioso, quería más y lo quería ahora.
La besó de forma salvaje sentándola entre sus piernas y para él era el gozo puro, eintentó quitarle la rebeca. Entonces la joven rubia se separó de él.
—Rin...— habló en un suspiro necesitado. Ella le hizo un ademán a la pelirroja y el joven zorro se empezó a asfixiar e incluso este comportamiento no le hacía bajar su deseo sexual. Al contrario quería dominarla con más fuerza.
Esta vez había un silencio en la sala, que era llenado de gritos de dolor del joven y las risas de la pelirroja, cabe a decir que era la Anderson quien castigaba al zorro por romper sus ropas con lujuria.
—¿Te vas a estar quieto?— preguntó indiferente la joven de luz.
—P-pero Rin yo...— fue interrumpido por un alarido proveniente de si mismo al recibir varias punzadas de agujas de cristal.
—Nada de peros— la pelirroja miraba con una sonrisa la escena. Llamadla sádica pero disfrutaba en demasía el verlo sufrir.
Llamadme ciega o loca, más me pareció ver a una joven mirando la escena desde lejos con una sonrisa.
Más en un parpadeo la joven desapareció.
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El extraño familiar de una joven maga (RiLen)
FanfictionEl bosque era un lugar sagrado, se decía que allí habitaban seres mitológicos. Es un lugar tranquilo donde poder estudiar o leer o pasar el rato en tranquilidad. Esos días de tranquilidad se esfumaron cuando conoció a Len, su familiar. Un extraño zo...