I DON'T LIKE YOU ー NOMIN

II

Era un viernes por la noche y Lee JeNo estaba preparando sus cosas para irse a casa por el fin de semana. Acababa de terminar su detención de ese día y además, aparentemente su familia —o más bien su hermana— habían preparado una cena con la familia del novio de esta misma.

Terminó de hacer su maleta y salió por la entrada de la escuela, para caminar por la calle, comprarse una bebida en una tienda de conveniencia y esperar el taxi que había pedido con su teléfono, que llegó después de unos minutos.

Subió junto a su maleta, y tras darle las indicaciones de su casa, se dispuso a jugar un poco con su teléfono hasta que estuvieron en su destino. Le pagó al taxista, bajó su maleta y caminó una calle hacia su residencia.

Ahí dentro fue recibido con un cálido abrazo por parte de sus padre, que le preguntaron sobre su semana.

—Lee JeNo —cambió su semblante de pronto ChaeWon—, nos comunicaron por parte de tu escuela que tuviste un accidente mientras jugabas al fútbol con otros chicos. ¡Solo mira tu hermosa cara, hijo! Quedaste como un pedazo de carne molida.

MinSung, su padre, solo lo miraba con una sonrisa de burla ante las palabras de su madre.

—De verdad que no cuidas nada tu rostro, JeNo —dijo este jugando un poco con el cabello de su hijo—. Sé que un padre normal y muy masculinamente tóxico diría lo contrario, pero, evita meterte en problemas con otras personas. Y solo usa la fuerza en caso de que alguien te ataque primero, tampoco debes dejarte.

Después, sin esperar a que el menor de sus hijos respondiera, se fue hacia la cocina.

—Tu padre me ha quitado la palabra de la boca. Pero, hazle caso —su madre lo miró con ternura—. Ahora ve a alistarte para la cena que tendremos. La familia de JiSook llegará en una hora.

JeNo subió sus cosas a su habitación para proceder a darse una ducha. Cuando salió, eligió una camisa manga larga blanca, acompañándola con con un blazer, unos zapatos formales y un pantalón de vestir negros.

Se hubiera visto impecable si no fuera porque tenía la ceja rota, un labio partido, un moretón en la mejilla y un parche en la barbilla.

Divisó a su madre parada cerca de la puerta esperando a los invitados de honor. En cuanto lo vio bajar por las escaleras, sonrió y se acercó a él.

—Te ves muy guapo, JeNo —le dijo, arreglando el cuello de la camisa—. Me alegra que por fin hayas hecho caso a nuestros consejos de moda. Tu hermano y yo sabemos perfectamente qué estilo te combina mejor. Que, por cierto, TaeYongie ya llegó, ve a saludarlo a la cocina.

Tras asentir, el menor fue hacia el lugar indicado, donde su mayor, que vestía un largo abrigo azul marino que llegaba hasta sus zapatillas blancas, estaba dándole la espalda.

—¡Hyung! —exclamó, haciendo que el chico volteara y abrazándolo—. Te extrañé mucho. ¿Que haces?

—Nos vimos la semana pasada, JeNo-ssi —dijo este, examinándole el rostro una vez que se separaron—. Pico nueces para un postre —explicó y cambió su semblante a uno más triste—. Es una lástima que no pueda quedarme a dormir hoy ni hasta muy tarde.

—¿Por qué? —preguntó el menor mientras hacía un puchero y cruzaba los brazos, cosa que hizo reír al mayor.

—Tengo un trabajo que terminar con los integrantes de mi equipo y lo tenemos que entregar mañana temprano.

—¿Y te vas a ir solo a altas horas de la noche? No, no, no.

TaeYong río al ver a su menor fruncir el ceño como un niño. Siempre se comportaba muy infantil con su familia.