Final de la primera parte

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«¡Oh, por Dios!»

Nadia pensó viendo varias siluetas bajar de los árboles.

Incluso el teléfono se le cayó y la llamada se perdió.

Había por lo menos unas treinta y todas estaban rodeándola.

—No contesta —Anker aceleró el coche.

Algo andaba mal y todos lo sabían.

—Ella debe estar aterrorizada, desde pequeños siempre hemos pasado todo el tiempo juntos, no nos acostumbramos a estar solos por mucho tiempo y en cada misión siempre hemos estado los dos. Ella nunca ha estado sola en el bosque de noche, la oscuridad le da miedo —Aiden dijo atropelladamente.

—Ustedes son cazadores, ¿No se supone que estar en medio de la noche es su fuerte?

—¡No sé si lo notaste idiota, pero siempre hay un grupo de cazadores! ¡Además mi hermana y yo somos un equipo! ¡Eso quiere decir que nunca estamos solos en el bosque de noche!

—No grites niño —Jackson hizo énfasis en la última palabra sabiendo que era una ofensa para Aiden.

—¿Quieren callarse? —Anker aceleró el vehículo—. No tenemos tiempo para pleitos infantiles. 
  

Nadia suspiró de alivio poniendo su palma derecha en su pecho para regular su respiración. Un grupo de niños salieron de entre los árboles.

—¿Vienes a rescatarnos? —Una niña de unos diez años elevó su mirada hacia ella cargada de esperanza.

—¿De qué? —Inquirió viendo entre los árboles a personas empezar a salir. La mayoría eran mujeres, niños y ancianos.

—Un hombre malo se llevó al Alpha y dijo que nos mataran.

—¿Dónde están los guerreros?

Nadia buscó con la mirada alrededor del bosque. Habían cuerpos despedazados en medio de los árboles. El olor de la sangre era algo realmente abrumador en medio de la densa oscuridad. Se sentía muy tonta por olvidar usar su super sentido de la audición y con el super olfato. Decir olfato la hacía sentirse como una mascota, por eso siempre ignoraba cuando su hermano usaba ese término tan feo.

Una mujer embarazada salió detrás de un árbol sudando y tocando su vientre con evidente dolor. No era una loba, era una humana. Sudaba y jadeaba con fuerza mientras intentaba arrastar sus pies. Nadia corrió para sostenerla cuando perdió el equilibrio en una raíz. Apesar de ser bastante pequeña en comparación de una mujer lobo, era tan fuerte como su padre. La tomó entrea sus brazos para llevarla con el grupo de niños en las afueras del bosque en un pequeño claro.

—¿Cuántos meses tienes? —interrogó poniéndola en el suelo.

—Ocho meses y medio.

—¡Niños salgan del bosque y manténgase cerca de ella!

Recogió su teléfono y empezó a marcar con desesperación. Tres tonos después una vos conocida le dio tranquilidad.

—¡¿Dónde estás?! ¡¿Estás bien?!

Tomó el puente de su nariz con dos dedos antes de hablar.

—Sí, hermano. Necesito que le digas al viejo que llame a los líderes y mande a todos los soldados que pueda. Dile que también preparen los hospitales y porque hay muchos heridos y también tengo a una mujer que dará a luz en las próximas horas.

—Te están escuchando y el Anciano de Jackson le está llamando al médico y para que dé un informe al resto de los líderes.

—Nuestro padre y nosotros vamos en camino.

Caza (Saga Mellizos)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora