Con ayuda del médico Anker tenía una habitación lista y sin nada que Alaia usara como arma.
Ella estaba profundamente dormida, su expresión era tranquila y no parecía que horas antes casi asesinó a su hijos. Acarició su rostro con suavidad como si ella fuera a desaparecer en cualquier momento. Su belleza y salvajismo fue lo primero que lo había atraído, la primera vez que la vio en el bosque, dejando a un lado el hecho de que ella era su pareja destinada. Ella era su mundo cuando la conoció y todavía lo era, pero no podía evitar la culpa de su última conversación hace diecisiete años y medio. "Si sales por esa puerta, me habrás perdido para siempre" Él nunca le mintió cuando le dijo que Tania era una prima para él. Nunca hizo algo para engañar a su mujer, ni con el Hechizo de amor que Tania había usado con él. Usar la magia para manipular los sentimientos de un lobo emparejado era una de las peores condenas en su mundo. Tania fue quien destrozó su matrimonio y obligó a su mujer a abandonarlo. Obviamente ella no imaginó que los lobos tan poderosos como el resto de los Alphas bendecidos, empezarían a oler la magia en él. Ellos empezaron a detectar ciertas características de la magia oscura, como la qué la bruja a la que Tania había contratado uso en él. Ambas pagaron caro por su ambición. Tania fue desterrada y obligada a cargar con la cicatriz que Alaia le dejó en el rostro. A pesar de la capacidad de sanación de los lobos ella no pudo curarse en tu totalidad por eso. Mientras tanto la bruja perdió su derecho a usar cualquier tipo de magia, por rebajarse a hacer algo tan vil. Los dos hijos de Tania vivían en la manada con el resto de sus lobos, Tabatha y Bruce Ashton. Bruce era muy tranquilo y noble, mientras Tabatha no estaba lejos de seguir el mismo camino de su madre.
*
Cálidos besos despertaron a Jackson. Sus ojos permanecieron cerrados dejando que ella siguiera jugando un poco. Aunque por la manera en que se estaba comportando podría asegurar que quería marcarlo. Unas pequeñas manos estaban manoseando su torso, mientras seguía besando su cuello. Ella estaba comportándose de una manera posesiva, podía sentir sus colmillos con el fuerte deseo de marcarlo.—¿Te sientes bien? —inquirió.
Ella se sentó a horcajadas en su torso, sosteniendo sus brazos arriba de su cabeza con sus pequeñas manos. Intentando mantenerlo en una posición sumisa. Sin una respuesta o algo que le indicase a Jackson lo que iba a hacer, ella lo marcó en la unión de su hombro y el cuello. Durante un eterno minuto ella permaneció sin moverse.
—¿Qué pasó? —ella le preguntó un poco aturdida.
Jackson hizo lo mismo con ella. La giró y la apariciono debajo de él.
—Acabas de aceptar nuestra unión, ahora ya no hay vuelta atrás.
Ella abrió los ojos desmesuradamente viendo toda la habitación como si fuera una especie de broma.
—¡Yo no hice nada!
Jackson movió el cuello mostrando la sangre fresca en esa zona.
—Tú ya me has reclamado. Oficialmente estamos casados según las leyes de los licántropos.
—¿Qué quieres decir con casados? —lo miró con atención.
—Según nuestra ley más sagrada para las parejas destinadas, si ambos son licántropos deben marcarse mutuamente por voluntad propia, para completar la unión. Y si solo una de las partes es licántropo esté tiene que marcar a su pareja y si ella lo acepta completarán la unión mediante el pacto de sangre. Eso sería igual a una boda humana con invitados y testigos del suceso.
—Ustedes son realmente extraños —ella habló sin apartar la mirada de los ojos azules de Jackson.
—Somos, lindura... —él susurró acercando sus labios para besarla—. Somos...
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Caza (Saga Mellizos)
LobisomemLos mellizos Nadia y Aiden eran los mejores cazadores su vida no era tranquila, pero no escogerían otra. Su madre y su tío les dieron la mejor educación. No en una escuela. Les enseñaron respeto por la vida y cuidar de todos aquéllos que eran débile...