❝EL MOTIVO DE SU FINAL ERA SU NUEVO COMIENZO, SU CORAZÓN SIGUE ARDIENDO❞
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CADA NOCHE TENÍA LA MISMA PESADILLA Y CADA NOCHE DESPERTABA GRITANDO, su mente adoraba recordarle el momento en el que lo perdió para que no olvidara lo sola que estaba y lo miserable que debía sentirse. Observó la mesita de noche frente a ella, estaba llena de polvo y con telarañas en las patas, el desgastado color de la habitación combinaba a la perfección con todo en su interior, descuidado, todo está descuidado. Se levantó del sillón para meterse al baño, estando frente al espejo pudo visualizar unas pronunciadas ojeras -estás afirmaban que en los últimos meses a penas había podido dormir-, su cabello estaba enredado y descuidado, su piel lucía más pálida de lo normal al igual que su cuerpo estaba débil.
Se lavo la cara intentando olvidarse del sueño que tenía, salió del baño y tomó su teléfono para ver la hora, suspiro cansada al notar que era hora de irse. Tomó sus cosas y salió del cuarto, bajo por el ascensor para facilitarle la tarea.
—Señorita Argent, ¿a dónde va a estás horas?
—Señora Tamayo, buenos días —respondió la pelirroja con una gran sonrisa, apretó las correas de su mochila —. Ya he desocupado la habitación así que no se preocupe por mí, tengo que irme de aquí.
—Pero pago por cinco días y solo ha estado dos...
—Me salió un evento que no tenía contemplado, así que debo viajar hoy mismo.
Salió del hotel rápidamente sin esperar respuesta por parte de la señora, el sol a penas comenzaba a salir y la temperatura seguía muy baja -Anyareth se arrepentía de no haber empacado un suéter-, trataba de entrar en calor frotando sus manos contra sus pantalones pero no obtenía resultados. Habían pasado tres semanas desde el día que despertó, para ella fue un abrir y cerrar de ojos desde el momento en que los cazadores la atacaron y el momento en que abrió los ojos, la realidad era que habían pasado dos meses desde aquel ataque y durante las últimas tres semanas se encontraba huyendo.
Cuando se coló a la mansión Argent no esperaba que fueran detrás de ella, Anyareth sólo quería tomar sus cosas para poder irse del país y buscar a Aiden, sin embargo, sus constantes pesadillas le exigían buscar a una tal Lydia y no podía dejar de pensar en su hermana. No sabía que significa, jamás había escuchado ese nombre y tenía bastante tiempo sin saber de Allison por lo que no podía solo aparecerse de la nada, se estaba cansando del estilo de vida que se vio obligada a tomar, detestaba tener que esconderse como si ella fuese una rata de las alcantarillas cuando los cazadores eran los que debían avergonzarse y pagar por sus actos. Sus pensamientos se vieron interrumpidos por su teléfono sonando y vibrando, metió la mano en su bolsillo para ver de quien se trataba.
—¿Bueno?
—Hola, Anyareth. Me tomé el atrevimiento de tomar tu número del teléfono de Argent —la voz calmada de un hombre llamó su atención, se sorprendió al escucharlo decir su nombre y apellido.
—No conozco a ningún Argent ni a ninguna Anyareth, número equivocado.
—Entonces debería sonarte los nombres de Allison Argent y Lydia Martin —volvió a decir aquel hombre, la pelirroja se puso nerviosa al escucharlo iba a colgar cuando él siguió hablando —. Soy Alan Deaton, conozco a tu padre y hermana por eso mismo te pido que viajes a Beacon Hills ya que necesitamos de tu ayuda.
—Temo que no puedo ayudarle, Deaton. Soy solo una cazadora retirada, además...
—No tienes porque mentirme, Anyareth —Deaton la interrumpió, sabía que la chica iba a intentar huir y negar todo —. Sé de la existencia de tus poderes y sé que ni tú misma sabes como surgieron así que ve esto del lado positivo, tú me ayudas a salvarlos de la muerte y yo te ayudo a descubrir la verdad de tu existencia.
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𝕷𝖆 𝖖𝖚𝖎𝖒𝖊𝖗𝖆 𝖔𝖗𝖎𝖌𝖎𝖓𝖆𝖑 ──── 𝐓𝐞𝐞𝐧 𝐖𝐨𝐥𝐟.
Fiksi Penggemar❝𝑬𝒓𝒂𝒔 𝒍𝒂 𝒖́𝒏𝒊𝒄𝒂 𝒑𝒆𝒓𝒔𝒐𝒏𝒂 𝒄𝒐𝒏 𝒍𝒂 𝒒𝒖𝒆 𝒎𝒆 𝒔𝒆𝒏𝒕𝒊́𝒂 𝒄𝒐𝒎𝒑𝒍𝒆𝒕𝒂, 𝒍𝒂 𝒖́𝒏𝒊𝒄𝒂 𝒑𝒆𝒓𝒔𝒐𝒏𝒂 𝒂 𝒍𝒂 𝒒𝒖𝒆 𝒂𝒎𝒂𝒃𝒂, 𝒂𝒉𝒐𝒓𝒂 𝒔𝒐𝒍𝒐 𝒆𝒓𝒆𝒔 𝒂𝒍𝒈𝒖𝒊𝒆𝒏 𝒂 𝒒𝒖𝒊𝒆𝒏 𝒔𝒐𝒍𝒊́𝒂 𝒄𝒐𝒏𝒐𝒄𝒆𝒓❞ 𝗧𝗲𝗲...