1. COUNT ON ME

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Las vacaciones habían terminado, era el momento de retomar las actividades escolares y laborales en la ciudad del amor.

Todos estaban realmente entusiasmados por volver a ver a sus amigos y compañeros, todos, excepto cierta joven de cabellera azabache.

—Bien, solo irás, actuarás normal y listo, nadie se dará cuenta de que subiste de peso.— murmuró nerviosa mientras miraba su reflejo en el espejo.

Le estaba costando volver a retomar la confianza en si misma, tanto que ya no salía de su casa, no se vestía como siempre lo hacía, mucho menos iba a practicar algún deporte, por miedo a que su familia se burlara de ella al intentar retomar condición física.

Realmente ya no se veía de la misma forma.

—¿Marinette?

La de ojos azules se sobresalto al ver que su progenitora entraba en su habitación y la observaba detenidamente de arriba a abajo.

Que hiciera eso comenzaba a incomodarla.

—¿Vas a ir vestida así a la escuela?— preguntó, a lo que ella se atrevió a asentir. —Pero, hija...

—Ya se me hace tarde.— le interrumpió con una sonrisa. —Nos vemos en un rato mamá.— se apresuró a decir, depositandole un beso en la mejilla para después salir casi corriendo del lugar.

También hacía tiempo que ya no desayunaba y de vez en cuando se saltaba la comida.

Pero claramente, nadie se estaba dando cuenta de ese cambio.

Conforme iba caminando, se sentía cada vez más temerosa, sentía que todas las miradas se posaban en ella, pensaba que todos la veían con asco, con burla, definitivamente no se sentía cómoda al sair después de tanto tiempo.

—¡Mari!

La mencionada, volteó asustada, respirando más tranquila al toparse con la mirada de su mejor amiga, quién ya estando cerca de ella, se sorprendió al notarla tan cambiada.

Podría decir que casi no la reconocía.

—Hola, Alya.— saludó la joven rompiendo aquel silencio. —Que gusto volver a verte...— murmuró, y sin pensarlo, se abrazó a la de lentes.

Por otro lado, la joven, luego de unos segundos, se atrevió a corresponder aquel gesto, no entendiendo el porque de su comportamiento.

—¿Estás bien?— preguntó después de unos minutos.

Por su parte, la joven asintió rápidamente, separándose de su amiga en el acto.

—Solo te extrañe... Es todo.— murmuró sonriendo falsamente, tenía vergüenza de contarle todo lo acontecido durante sus vacaciones, no quería que ella, su mejor amiga, terminara alejándose de su lado. —Vayamos a clase o se nos hará tarde.— sin darle tiempo a replicar, la tomó de la mano y se la llevó corrindo.

Definitivamente sería un día largo.

Las clases se le hacían verdaderamente eternas, por más que miraba el reloj, parecía que el tiempo avanzaba más y más lento.

Ya no quería estar ahí.

El timbre que anunciaba la hora del almuerzo sonó, provocando que un pesado suspiro brotara de sus labios.

«Cuatro horas más, Marinette, aguanta.»

—¿Vamos a comer algo? ¡Muero de hambre!— exclamó la de morena, tomando del brazo a la de coletas, con tal de guiarla a la cafetería, sin permitir siquiera que le respondiera si quería acompañarla o no.

[αυ] [α∂яιηєттє]                                                ▪ Feel Special ▪Donde viven las historias. Descúbrelo ahora