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Se remueve entre las sábanas, lleva casi una hora intentando cobrar el sueño, pero le es imposible. Aunque todo ha sucedido, su mente y alma divagan por lugares de París que seguramente desconoce. No está ella ahí. No puede dejar de pensarlo, dejar de pensar en Adrien.

El pasado la buscaba con continuidad, hay cosas que no comprende y el presente no le ayuda para nada. Le dolía el estómago de pensar que Lila podría estar a un par de habitaciones con él, y le hacía rabiar si seguía pensando en cómo él podría haber aceptado estar con alguien como ella. En cómo acepta estar con las demás y nunca haber dado una oportunidad al verdadero amor.

Volvió a moverse para chocar con aquel que la acompañaba. Luka dormía plácidamente a su costado mientras los cabellos oscuros cubrían la mayor parte de su frente y mirada. Es totalmente ajeno a los pensamientos de Marinette y a sus deseos de marcharse antes de que él abriera los ojos.

La mujer se levantó con lentitud con intenciones de buscar su ropa para vestirse. Se coloca las prendas interiores cuando escucha voces por el pasillo y camina hacia la puerta para asomarse por mirilla.

Era Lila, discutiendo con otra persona que no alcanzaba a distinguir, pero esa voz no la reconoce, ni tampoco las respuestas. No podría ser Adrien. No puede despegarse ni un momento de su lugar, una extraña sensación le recorre el cuerpo con tan solo pensar que Lila estuvo con alguien más. Era una mezcla de emoción, enojo y arrepentimiento.

—¿Está todo bien?

Ha pegado un brinco del susto. Luka había despertado y estuvo tan sumergida en la situación que no se percató de ella. Se volteó rápidamente para observarle detrás de ella, con la mirada confundida y solamente con su ropa interior puesta.

—Sí, todo está muy bien —respondió Marinette con una pequeña sonrisa, él debía creerle— Me levanté porque escuché ruidos por el pasillo, creo que alguien estaba discutiendo, no entendí muy bien qué pasaba.

El muchacho ofreció una sonrisa amplia, él también había escuchado algo entre sueños, así que asintió creyéndole totalmente y acercándose a depositar un beso en su frente.

Luego de haber decidido que era tiempo de irse, Luka llevó a Marinette en casa, quien, por cierto, permaneció callada gran parte del camino y era algo que, aunque no le preocupaba extremadamente al muchacho, le causaba un poco de conflicto, pues no sabía si era común que una mujer permaneciera en silencio después de tener relaciones sexuales, comúnmente, son mucho más platicadoras y confiadas, pero con Marinette no estaba muy seguro de sus posibles reacciones.

—¿Tienes planes para el resto del día? —preguntó Luka con tal de romper el silencio mientras el conducía el vehículo en el que se transportaban

—Quiero llamar a Alya —le contó Marinette sin ningún problema, observando el camino de regreso e intentando sujetarse aquel casco que le quedaba grande y que sentía que se le caería en cualquier momento. — Pensábamos en que podríamos ir a Sixties.

—¿Sixties? ¡Es un lugar fenomenal! —habló el muchacho más contento.

—¿Has ido ya? —preguntó con cierta incredulidad Marinette, pues, Sixties, era ese típico establecimiento de comida americano abierto casi las 24 horas del día y con una temática de los sesenta. Ofrecían hamburguesas, malteadas, desayunos caseros como omelettes, croissants de jamón y pai de limón. No hubiera creído que fuera del estilo del guitarrista.

—Sí, aunque parezca poco creíble, a mis amigos y a mí nos encanta ir a comer hamburguesas a ese lugar, de hecho, pensábamos ir en esta semana —comentó con una amplia sonrisa, aclarando su garganta después, recordando que no se lo había comentado antes— si eso a ti no te molesta.

BABE [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora