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-¿Qué tal el viaje, bebé?- interroga el rizado, antes de adentrarse en la carretera

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-¿Qué tal el viaje, bebé?- interroga el rizado, antes de adentrarse en la carretera.

-Un señor, que no dejaba de roncar se sentó junto a mí- suspira -No pude ni siquiera abrir el libro que me mandaste por paquetería, ¿De qué trata?-

-No tiene ningún caso, explicarte lo que bien tu puedes leer cuando estés aburrido, pierde la emoción- justifica sin quitar la mirada de enfrente.

Él guarda silencio, no puede argumentar nada ante esa lógica.

Su mirada recorre una vez más los perfectos brazos que tiene, y como se sienten cuando lo aprisiona contra su pecho cuando le hace el amor.

Pasea la vista en las facciones de su rostro, parece una estatua de algún dios griego perfectamente bien esculpido; tan lindo cómo siempre.

La saliva abandona su boca, cuanto llega a la que definiría como la mejor parte de su cuerpo, su zona favorita: su grueso y largo miembro.

Podría pasar horas excitado con esa imagen, de su enorme pene, y si tan siquiera tocarse, eyacularía pensando en cada vez que lo ha sentido deslizarse dentro de él.

-¿Erick...?- interrumpe sus eróticos pensamientos.

-No era mi intención, es que eres tan caliente, que joder, no pude evitarlo- se remueve en su lugar con molestia; una parte muy específica de su cuerpo necesita atención.

El rizado lo imita, él también requiere atención y volverlo a poseer, como desde tiempo atrás no lo hace.

-Bebé, en casa hay gente, tu mamá y también la mía, prácticamente toda la familia está ahí para darte la bienvenida- cuenta tratando de no hacerlo sonar como rechazo, él también lo necesita.

Erick da unas cuantas maromas para que logre quedar recargando sus rodillas sobre el asiento del copiloto. Su mano es ágil, cuando se trata de Joel.

Su brazo derecho se estira hasta tocar su pantalón.

Acaricia con descaro el bulto bien marcado, por encima de la tela. Está muy duro.

Joel se mantiene callado. Quiere que siga tocándolo, es tan caliente qué, posiblemente puede correrse solo con eso.

 Quiere que siga tocándolo, es tan caliente qué, posiblemente puede correrse solo con eso

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Auto hotel ¡! TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora