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El ojiverde rodea con sus manos sudando la agarradera de su maleta; está a ansioso

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El ojiverde rodea con sus manos sudando la agarradera de su maleta; está a ansioso.

Habían pasado casi dos meses desde que estuvo fuera de la ciudad, y ya extrañaba todo.

Para él, sus estudios representan una parte importante en su vida, así que no pudo negarse a los cursos que le ofrecieron.

Su pie golpea contra el pavimento en repetidas ocasiones, segundo síntoma de impaciencia.

Estar fuera, le hizo entender lo importantes que son ciertas personas dentro de su vida.

Extraño a su madre, los chistes de su mejor amigo Christopher.

Pero algo que superaba en cantidad, era su novio, Joel.

Sentir su cuerpo desnudo cada mañana al despertar se había vuelto tan normal, que no podía evitar ponerse triste al no verlo ahí.

La necesidad inmensa de tenerlo encima suyo, lo llevo un par de veces, a tener que usar los dedos. Pero debe admitir, no se compara en nada a sentirlo dentro, a él teniendo el control.

Se remueve con incomodidad sobre su asiento, siente que ya no podrá esperar más.

Debe esperar a que Joel llegue, en la banca fuera del aeropuerto. Pero no se cree capaz.

Se estira para sacar de su bolsillo delantero, el celular.

Busca el contacto 'Amor' y presiona el botón para llamar.

-¿Donde estás?- reclama el menor apenas le contesta.

-Bebe, ¿Estás enfadado?-

-Pues si no respondes mi pregunta inicial si, voy a enfadarme solo contigo-

-Quiero que levantes la vista del suelo-

-¿Cómo sabes que estaba viendo el suelo?- obedece.

-Porque estoy aquí- cuelga la llamada.

Y si, ahí está. Frente a sus ojos, que al parecer habían olvidado lo hermoso que es.

Ese cuerpo tan sexy, que hace tiempo no posee, sus pantalones tan ajustados marcando su entrepierna, lo hace calentarse de inmediato.

-¿No vas a abrazarme bebé?- interroga acercándose un poco más.

-N-No- traga saliva.

-¿No?-

-Digo sí- sacude la cabeza.

Trata de levantarse en un movimiento veloz, pero no puede, tiene una erección en medio de la calle.

-Dame un segundo- se quita la chaqueta.

Trae simplemente una remera entallada, que se amolda a su delgado cuerpo, de una manera, que podría encender a cualquiera.

La atora con un nudo al rededor de su cintura, cubriendo específicamente su pantalón.

-Te extrañé- una vez de pie, se estira para besarlo.

-Yo mucho más bebé, no sabes cuánto- enreda sus brazos en su cadera, pegándolo más a su cuerpo.

Inevitablemente se excita también, al sentir la erección del ojiverde.

-T-Te ayudaré con tu maleta- susurra al separarse.

No puede creer que quiera follarlo ahí mismo. Se considera un jodido enfermo.

 Se considera un jodido enfermo

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Auto hotel ¡! TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora