Soy Kayla Hemmings y tengo 16 años, mi vida es básicamente normal, ecepto por el hecho de donde vivo, y con quienes vivo, me explico mejor: Bueno mi pueblito es muy pequeño, población 2000 personas, aquí prácticamente nos conocemos entre todos. Hay una vieja leyenda que a pasado de generación en generación, para mi es bastante absurda, la leyenda dice que este pueblo hace siglos atrás perteneció a vampiros muy poderosos y bla bla bla, nunca eh creído en eso y tampoco la hare, porque? Fácil, los vampiros NO SON REALES, además es tan solo una leyenda, no puedo creer que la mayoría de la gente aquí crea en eso. Lo peor es que hay segunda parte, los vampiros aparecen cuando la luna se torna de una especia de rojo, lo cual pasa cada bastantes años, 250 creo, y ese momento estaba cerca, por lo cual el pueblo se estaba preparando para “su llegada”, para mi son días normales pero a veces es desesperante ver como todos se preocupan por algo que ni siquiera va a pasar.
Era primero de noviembre y faltaban exactamente once días para la “gran llegada”, me levanta a las 6 pm, como normalmente lo hago, me di una ducha rápida y me cambie, seque mi cabello rápidamente y trate de acomodarlo de una manera para que no se vea tan rebelde como siempre, me maquille un poco y baje a la cocina, ya que mi cuarto junto con la oficina de mi padre quedaban arriba, tome una manzana y como no vi a mi padre supuse que estaría en el consejo “caza vampiros”, me parecía muy ridículo eso pero bueno esa era su decisión. Camine a la escuela, a veces agradezco que este pueblo sea tan pequeño porque, literalmente, todo esta a la vuelta de casa. Al llegar tire la manzana ya comida en el cesto de basura y pase la puerta de entrada viendo como algunos me miraban y susurraban, era algo así como “popular” por el hecho de ser la única que no creía en esa estupida leyenda, entré a mi clase y me senté cerca de la ventana como siempre, saque mis cosas y me dispuse a que el profesor de historia comience sus largas charlas sobre el sigo XVII o incluso XVIII
- Bien como todos ya saben –dijo el- faltan tan solo once días para que ellos lleguen espero que todos estén en los últimos preparativos de todo ya que no queremos que nadie muera aquí, somos pocos y debemos cuidarnos entre todos y…. –bla bla bla era lo único que escuchaba-
- Y profesor –escuche que dijo una voz masculina- como esta tan seguro de que todo esto va a pasar, acaso usted estuvo en 1764
- Oh señor Clifford –sonrío el profesor- otro no mas creyente?
- Claro que no –sonrío el chico- solo quería saber su teoría de cómo va a pasar todo esto –lo mire de reojo, sinceramente nunca le había prestado atención estaba bastante…bueno para así decirlo
-Bueno no se como explicarlo en realidad… –el chico sonriendo viendo como el profesor trataba de explicarse
- Exacto –me atreví a decir sonriendo- si no sabe que pasara, porque esta tan seguro de que vendrán?
- Señorita Hemmings que atrevimiento el suyo, aun que es muy irónico que usted diga eso ya que…
- Mi padre pertenece al consejo caza vampiros –dije cansada de escuchar lo mismo una y otra vez- lose
- Bueno… –el profesor siguió con la clase evadiendo el tema
Cuando toco el timbre no me moleste en guardar mis cosas rápidamente, miraba por la ventana mientras guardaba tranquilamente hasta que sentí que alguien se paraba detrás de mi
- Que atrevimiento Hemmings –sonreí levemente al escuchar esa voz, que aunque la alla escuchado por primera vez hoy, me atraía
- Siempre soy así –me voltee sonriendo para poder verlo mejor
- A si? –el sonrió cruzándose de brazos- Nunca te había visto sabes?
- A no? –dije- seguro? Aun que yo tampoco que había visto a ti
- Es que yo soy nuevo, entre hoy
- Entonces porque dijiste que nunca me habías visto?
- Solo quería impresionar –ambos reímos-
- Oh eres un idiota –dije sin dejar de sonreír- bueno debo irme a mi próxima clase, nos vemos –y me fui sin decir nada mas, por eso no lo había visto es que hoy había entrado, pero, me parecía extraño no haberme enterado…mi padre me lo hubiera dicho…siempre lo hace….
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Red Moon
VampireToda mi vida no creí en esa estúpida leyenda mientras que todos lo hacían, toda mi vida creí que ellos no existían hasta que pude comprobarlo con mis propios ojos y...mi propio corazón...