Seguía corriendo mientras que las lagrimas caían por mis mejillas, ya no me importaba llorar, solo quería correr, quería alejarme de ellos. Mire hacia atrás para ver si alguien me seguía, pero no había nadie. Pare para descansar un poco, había corrido varias cuadras sin parar. Me puse a pensar y me di cuenta que no podía ir a casa, seguramente el consejo aun estaba ahí y no quería causar escándalo, aun no.
No tenia otro lugar a donde ir así que por varias horas hasta calmarme estuve caminando por los alrededores. Cuando me sentí lo suficiente segura comencé a caminar hacia casa, seguramente papá ya este durmiendo y no tendría que responder ningún interrogatorio. Al menos no hoy.
Al llegar a casa abrí la puerta con cuidado de no causar ningún ruido. Al entrar escuche algunas voces que provenían de la cocina, me pareció muy extraño por la hora que era, agarre lo primero que encontré por si tenia que usarlo de arma, un desodorante de ambiente, creo que de algo serviría, me dirigí a la cocina con cuidado pero me sorprendí al ver a mi papá hablando con un hombre, supuse que alguien del consejo, a su lado estaba…Gian?
- Hola… -dije adentrándome a la cocina, dejando el desodorante de ambiente a un lado
- Hola hija –dijo mi padre saludándome- ella es mi hija, Kayla, Kayla el es John
- Hola Kayla, es un placer conocerte, tu padre ha estado hablando mucho de ti –habló John, parecía un buen hombre
- El placer es mío –sonreí
- Y el es mi hijo Gian –volvió a hablar el hombre
- Si, ya nos conocemos –dijimos ambos a la vez lo cual me hizo reír
- Vamos a la escuela juntos –dijo Gian sonriendo
- Tu no estabas en la casa de la pelirroja en la fiesta? –me dirigí a él
- Si –sonrió- pero cuando todos se fueron, justo cuando tu fuiste a buscar a Mike, quise ir a casa pero olvide las llaves así que tuve que venir aquí
- Eres un despistado –sonreí
- Bien, creo que ya es hora de irnos, es muy tarde –dijo John
- Seguros? –dijo mi padre- si quieres pueden quedarse, mañana es domingo así que no tienen que ir a la escuela
- Gracias pero no –John sonrió- mi esposa debe de estar esperándonos aun
- Aun? –mi padre se sorprendió un poco- tan tarde?
- Ella es así –él rió- buenos, hasta el lunes Hank, hasta pronto Kayla
- Hasta pronto –le respondí y luego me dirigí a Gian- hasta el lunes, si es que nos vemos
- Hasta el lunes –sonrió él
- Bueno, los acompaño a la puerta –dijo mi padre
Estaba acostada leyendo, hace varios minutos que Gian y su padre se había ido, y yo me había acostado, no tenia tanto sueño así que me puse a leer, también tratando de olvidar lo de esa noche.
Sonó el despertador y me levante rápidamente, a pesar de haber dormido pocas horas me sentia con bastante energía. Me di una ducha rápida y baje a desayunar, mi padre no estaba pero había dejado una nota.
“Hija tuve que salir por una emergencia,
supongo que sabes de que trata, quizá no
vuelva hasta en la noche, desayuna bien,
hay comida congelada en la nevera, o
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Red Moon
VampireToda mi vida no creí en esa estúpida leyenda mientras que todos lo hacían, toda mi vida creí que ellos no existían hasta que pude comprobarlo con mis propios ojos y...mi propio corazón...