-Al fin compraron yogur de frutilla.
Dijo Emiliano mientras agarraba una taza y la llenaba con su desayuno. Hacía mucho estaba de vacaciones y hoy le tocaba volver a la rutina. Su nuevo colegio en Villa Azul estaba a unas quince cuadras, por lo cual debía salir en breves si no quería llegar tarde. Tenía que afrontar de vuelta ser el "nuevo", entrar al salón y que todos lo miren, las mismas preguntas por parte de todos los profesores. En fin, estaba acostumbrado, ya había tenido que soportarlo un par de veces antes.
- ¿Y Emi? ¿Cómo estás para la escuela nueva? -preguntó Liliana quien se había despertado solo para saludar a su hijo y desearle suerte- Tranquilo que seguro te incluyen y haces amigos. Acordate que le tenés que pedir la tarea a alguno, faltaste tres días ya.
-Sí mamá, ya sé. Ahora me tengo que ir, son las 6:40 y entro en veinte minutos.
- ¿Tan lento caminas? Comé alguna tostadita más, te hace falta para tener más energía.
-No, pasa que tengo que ir a comprar una lapicera a la librería, porque se me quedó sin tinta la mía -se excusó- Bueno, me estoy yendo. Guárdenme comida.
Y saludándola con un beso, Emiliano salió de la casa con sus preciados auriculares y emprendió por primera vez el trayecto hacia su institución.
En realidad, lo que quería el joven era caminar relajado mientras escuchaba música, desperezarse y prepararse psicológicamente para un día largo. En otro momento estaría nervioso, es toda una situación incómoda y embarazosa el entrar a un lugar sin conocer a nadie. Esto aumentado a que ya habían pasado tres días desde el inicio de las clases, a las cuales el adolescente no pudo asistir puesto que su colegio anterior no enviaba un documento necesario para inscribirse definitivamente.La razón por la cual Emiliano no le prestaba la suficiente atención a la escuela (Incluso sin siquiera haberla empezado) era el armario:
Desde aquel primer día en el que vio dos veces un bosque dentro del mueble, pasaron tres semanas. Tres semanas en las cuales Emi estuvo decidido a hacerlo funcionar nuevamente. De vez en cuando escuchaba ruidos en el ático y subía rápidamente ilusionado. Pero todas las veces era igual, al abrir el enorme ropero siempre encontraba el mismo escenario de las blusas, camperas y hojas.
Los intentos de la primera semana fueron pocos y desalentadores. En parte, por haber estado muy ocupado ahuyentando a su familia del segundo piso. Durante "el sueño", José miraba el armario y comentaba que le gustaría llevarlo a su pieza. También decía que el lugar necesitaba una limpieza urgente de la cual el mismo se encargaría. Por lo que Emiliano debía conseguir que la habitación sea revisada lo justo y necesario.
Estuvo tan ocupado limpiando y ordenando, que casi no tuvo tiempo para indagar más profundamente la procedencia de los extraños tallados que poseía el mueble. Esto provocó la intriga de Liliana al ver el gran interés que mostraba su hijo por el tétrico lugar.
- ¿Se puede saber qué andas haciendo allá arriba? -preguntó Lili cuándo encontró al chico bajando bolsas de basura.
-Desde el principio me gustó mucho -contestó muy relajado Emi, quién ya había practicado su respuesta en caso de que a su madre le surgiese esa pregunta- Está muy bueno para estudiar o hacer mis cosas sin que Bauti y Juli entren corriendo a gritar.
-Ajam. Bueno, mientras no hagas mucho ruido supongo que está bien. Lo único después ayúdalo al gordo a bajar el mueble ese. Dice que tiene unas lindas flores talladas en la madera.
El chico sintió una gran presión en el pecho al escuchar esas palabras, pero si el joven tenía algún talento, ese era improvisar.
- ¡No! ¿Cómo que se lo van a llevar? Lo estoy usando -respondió ofuscado- Aparte yo estuve todos estos días limpiándolo y pintando el lugar como para que ustedes entren así por así y se lleven todo. No, no y no.
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Dueños Del Arcoíris
Fantasy¿Qué pasaría si necesitases una flor para viajar a otro mundo, y un libro para conquistarlo? ¿Renunciarías a un mundo de hadas y duendes, para recorrer senderos entre espadas y sangre? Si la tinta de tu destino, estuviese impregnada en hojas, ¿tu li...