Capítulo 4: El poder del bosque.

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Apenas decorado en la tapa por una espada, el libro rojo era, sin dudas, el más imponente de todos. Y posiblemente el más genérico también. Por lo que Flor le había anticipado esa tarde, casi el cincuenta y tres por ciento de los iniciados eligen este tomo, aunque posteriormente, un porcentaje significativo de estos, renuncia a sus conocimientos para indagar en otros volúmenes.

En el atardecer de su primer día, Emi había tenido una larga sesión de preguntas y explicaciones por parte de Flor:

- Quizás al principio es el menos llamativo. Los primeros tomos están llenos de entrenamiento físico y mental. Se tocan las artes mágicas, pero muy por encima si lo comparamos con el "Manual de magos" -dijo Flor refiriéndose al libro azul- pero también es mucho más fácil de entender que el manual de magia. Y ni hablar de "Los secretos del brujo", -mirando el libro negro- son textos considerablemente complejos, nada recomendables para un recién iniciado.

- Entonces, ¿"La fe del guerrero" es más simple que el resto? -preguntó Emi.

- Sí, aunque verdaderamente son todos muy complicados de comprender. Pero estos libros poseen algunas propiedades únicas que aún no te comenté. Creo que es buen momento para hacerlo

La joven tomó un poco de aire, se sentó al lado del chico, y abrió el volumen rojo en la segunda página.

- Esto de aquí, es un juramento. Todos los libros vírgenes, como éste, tienen uno. Si el juramento es pronunciado en voz alta, genera un lazo entre el emisor y el volumen al que se le haya rendido lealtad. El lazo es lo que permite al lector comenzar a leerlo, de otra forma, puede leerse, pero no recordarías nada -alzó el tomo grisáceo y sonriendo le preguntó a su amigo- Por ejemplo, ¿Qué habilidad leíste en "La sombra del asesino"?

Curiosamente, Emi no recordaba en absoluto haber leído nada de ese libro. En sus recuerdos, todas las hojas están en blanco. Soltó una risita suave y bajó la mirada.

- Interesante. Por no decir aterrador. No recuerdo haber visto ni una sola letra ahí.

- Leíste "la marca de la muerte". De ahora en más podrás recordar eso ya que lo sabes por una fuente externa al escrito en sí. Los recuerdos se quitan una vez que dejes de leer la página -le comentó al pasar la guerrera- quizás algún día esa información te sea de utilidad.

- Pero entonces -objetó su compañero- hay algo que no me está quedando claro ¿No podría un asesino explicarme lo que dice su clase? Al fin y al cabo, lo estaría aprendiendo por una fuente externa.

- Podría, pero hasta cierto punto, hasta un muy vago punto de hecho. Una vez que el aprendizaje involucre utilizar una técnica tanto mental, mágica, o simplemente para entrenar propia de ese libro, se te olvidaría de manera casi instantánea. Apenas recordarías para que sirve dicha habilidad, pero nada más que eso -contestó Flor levantando sus hombros- lo sé, es frustrante.

- Tampoco esta tan mal, puede llegar incluso a ser más divertido así.

- ¿Divertido? No le veo la gracia a que un ninja asesino se oculte tras una cortina de humo dispuesto a degollarte y tú no tengas idea qué esta haciendo -dijo mirando con cierta indignación a Emi.

- Pero supongo que todas las clases tienen herramientas para atacar y defenderse. Te vi atrayendo flechas con tus manos toda la tarde.

- Sí, bueno, cada clase tiene sus trucos. Pero hay algunas algo más poderosas que otras, aunque también, más difíciles de comprender, y a eso quería llegar: Una vez hecho el juramento, solo será visible para ti la primera hoja de todo el texto, el resto de páginas estarán en blanco. Solo podrás ver la segunda cuando hayas entendido la primera, y así sucesivamente. El escrito mismo juzgará que porcentaje de entendimiento lograste en cada una y dejará ver la siguiente cuando este satisfecho -y rascándose la cabeza entonó tímidamente- espero que me hayas entendido.

Dueños Del ArcoírisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora