Capítulo único

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Advertencias y aclaraciones:

+ Contenido BL (Boys Love) y mención de GL (Girls Love).

+ Algo de lenguaje vulgar.

+ Contenido adulto con consentimiento dudoso.

+ Universo alterno de la serie (¿supongo?).

+ Los animales se ve entre sí como humanos para mejor compresión de la historia y comodidad para el lector/a.

+ Algunas palabras serán cambiadas. Un año es un ciclo, un mes es una luna y para simplificar un día un sol.

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Narra Normal.

En Estados Unidos, California, hace algunos años abrieron un basto bosque de varias hectáreas de protección animal llamado South Park. Muy pocas personas pueden entrar por la protección de los animales en dicha zona.

En este bosque hay todo tipo de animales: mamíferos, anfibios, aves, reptiles y peces. En diferentes zonas había montañas, ríos, cascadas, prados, entre otras cosas. Todo un conjunto de ecosistemas de lo que los humanos estaban orgullosos.

Pero no importa lo que piensen los humanos, sino los mismos animales.

Nos ubicamos en una parte del bosque en sí, cuando empieza la colina para subir la montaña.

En ese lugar hay una comunidad de conejos. A las afueras del "pueblo", había una madriguera debajo de un árbol. De ella sale un joven conejo de pelaje amarillento claro y ojos celestes, con uno más grisáceo que otro.

Narra Butters.

Mi nombre Leopold, pero mamá muchas veces me llamaba Butters, ella dijo que era una comida que comía los humanos de mi mismo color. Aunque no sé que es un humano ni una mantequilla más que solo es comida, pero confío en ella.

Soy un conejo macho adolescente de piel blanca, pelaje amarillo claro en todo el cuerpo con mis largas orejas y peluda colita; ojos celeste, aunque el del lado derecho es más claro, casi llegando a ser blanco y tiene una cicatriz vertical. Soy pequeño, mido casi lo mismo que una hembra de mi especie.

Como es la segunda luna primavera, el sol de hoy está algo frío, pero mi pelaje todavía no es completamente de verano, especialmente mi espalda, pecho, brazos y piernas; así que no estoy preocupado.

Salí de la madriguera dónde duermo y sí, solo eso. No tengo algo para llamarlo hogar desde que mamá murió.

Con un suspiro por el recuerdo, fui a pasear, entrando a la comunidad; no tenía nada que hacer, y tampoco tenía hambre ni sed por ahora. Al llegar, apenas pise el territorio comunitario, todas las miradas vinieron hacia mí con rapidez.

Caminé abrazándome a mí mismo y mirando abajo. Podía sentir las miradas de odio, desprecio y desconfianza de los demás hacia mí.

- Solo a mí se me ocurre venir aquí sabiendo que no me quieren - con ese pensamiento, me choqué con alguien.

Levante mi mirada para ver a las criaturas que más me odian.

- ¿Qué haces aquí? - preguntó el macho adulto, Stephen, mirándome con sus ojos celestes molestos. Su pelaje castaño, a pesar de no estar erizado, le daba una apariencia más grande de lo que ya era.

Al igual que su pareja y acompañante, Linda, quién me veía igual con sus ojos marrones claros. Sus orejas de pelaje rubio y blanco estaban bajas, pero se veía igual de amenazante.

Un hogar (BL - SP)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora