Un hogar (BL - SP)

Extra

Advertencias:

+ Contenido adulto.

+ Sexo/apareamiento interespecíficas.

+ ¿Se podría considerar BL y mención de GL?

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En el bosque South Park, se podía ver a una chica de entre dieciocho y veinte años de cabellera azul con ojos marrones normales. Su piel era bronceada con un lunar debajo de su orbe derecha. Vestía una camisa a cuadros de tonos rojos y blancos, con un pantalón de caminata, unas botas de montaña y una gorra verde oscura. Tenía en su espalda un mochila mediana.

Se le escucha suspirar cansada, pero se le nota satisfecha - Que bueno que pude venir por la tía. Además, pronto trabajaré aquí también - piensa feliz y ansiosa.

Caminaba con tranquilidad observando el paisaje más privado del país, cuando escuchó un tipo de cacareo que le pareció conocido. Así que fue despacio al lugar del sonido y se escondió detrás de unos arbustos.

Vio un conejo amarillento y ojos azules (hasta donde pudo ver) comer unas flores con tranquilidad a los pies de un árbol, lo que explicaba el sonido que producía.

- Ah, que lindo conejito - volvió a pensar enternecida, con ojos entrecerrados por la lindura - Se nota que le gusta su comida.

Se quedó mirándolo por un tiempo con ternura. Sus ojos se abrieron de sorpresa al ver un zorro colorado que salía de la nada, de ojos ¿violetas?, quizás fue por la luz del sol, pero no importaba eso ahora. Sino que ¡el zorro estaba arriba del conejito! Seguramente lo escuchó por el ruido que hacía, algo no propio de un conejo salvaje.

- ¡No! Tengo que hacer algo - piensa desesperada, a punto de pararse, cuando se detiene de repente - Pero la tía Liane dijo que no tengo que interrumpir en el ciclo natural de la naturaleza sin importar qué - recuerda con una mueca. Luego mira con tristeza la escena frente suyo - Lo siento, conejito, pero no puedo desobedecer a la tía - se disculpa honestamente con la ahora presa con pena y algo de culpa.

El animalito amarillo hace unos chillidos, pero bajos, como si estuviera hablando y al zorro da una especie de lloriqueo burlón ligeramente fino, propio de su propia especie. La muchacha ve que el cánido parece oler el ambiente cuando estaba por morder el cuello del conejito y se queda mirando a su presa. El anaranjado hace también el sonido de su especie en un tipo de tono serio y el conejo también, como si le respondiera.

El zorro comenzó a lamer cuello inmediatamente después, y de paso hacia sonido de su especie, cuando pasó a lamer su ¿pecho? La muchacha quedó muy confundida. No ayudaba que la presa comenzara a hacer chillidos raros mezclados con los que ya conocía cuando un conejo tenía miedo.

Unos momentos después, el de cola larga fue bajando con lamidas leves a la cadera del albino. Hizo un movimiento raro con su pata delantera y comenzó a lamer algo, que gracias desde la perspectiva de la peliazul no veía.

Por curiosidad, dio un suave paso a su izquierda, y vio un pequeño punto rosado. Lo hubiera visto mejor, sino fuera que el carnívoro se lo metió al hocico.

El orejudo tapó su pequeña boquita con sus patitas delanteras. El anaranjado se saco lo que fuera lo que tenía en la boca, para dar un pequeño gruñido grave a la presa, como si estuviera molesto por algo. Luego volvió a meter esa cosa rosa en su hocico, con su cola moviéndose feliz.

Muchos minutos después de eso, el conejo pudo una de sus patitas delanteras entre las orejas del más grande, y dio unos sonidos de su especie. Luego de eso, segundos pasaron para que diera otros de sus chillidos extraños. No era como si tuviera miedo y sintiera mucho dolor, era... simplemente lo opuesto.