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Di unas cuatro vueltas en la cama tratando de recuperar el sueño pero que se me estaba haciendo casi imposible.

Maldita sea.

Tomé asiento en la orilla de la cama desordenándome el cabello en un momento lleno de frustración, di una mirada a la brillante luz de la luna que se filtraba por la transparente y fina tela de la cortina. Necesito aire.

Cerré bien la puerta trasera y en silencio terminé una de mis nocturnas escapadas.
Solía salirme siempre que me quedaba sin sueño en la madrugada, mayormente los fines de semanas. Me iba a un parque cercano que me refrescaba la vista y me despejaba la mente, sólo me gustaba cuando estaba deshabitado, podía centrarme más en el puro aire nocturno y en la belleza del frío.

La diferencia de esta vez es que no estaba complemente sólo.

Detuve mi andar al ver esa figura de espalda. Me estremecí al pensar que puede ser un espíritu o alguien peligroso y estuve a punto de voltearme para emprender la silenciosa huida pero la figura se dió la vuelta dejándome rígido sin poder moverme.

Al subir la mirada me dejó ver su rostro lo que fue menos de un minuto y por lo que pude deducir gracias a la pequeña luz de la luna era una chica. Me dió una mirada rápida y por lo visto se asustó igual que yo al verla ahí de pie, estamos a mano.

Iba a hacerle un pequeño comentario pero rápidamente bajo la mirada y salió casi corriendo por el otro lado del camino.

Tomé asiento en nuestro banco y dándole una leve mirada a la lejana luna llena le sonreí.

— ¿Viste? Al fin me he encontrado a alguien mas en este parque. —baje la mirada viendo a mi izquierda, sintiéndome un poco melancólico al recordarlo sentado a mi lado—. Jimin-ah, no voy a dejar que nadie más ocupe tu lugar en la banca, ¿de acuerdo? Puedes estar tranquilo.



🏳️🏳️🏳️



— Si, está bien mamá. ¡Yeontan deja eso! —pero a pesar de reprender su comportamiento con los zapatos de papá no los hizo a un lado—. ¿Qué, a qué hora es eso? —hice un ademán de pegarle y se sentó tranquilamente con la lengua fuera—. No, digo si. Trataré de ir, creo que no tengo nada que hacer. Si, esta... ¡Yeontan! —esta vez salió corriendo—. Lo siento mamá, okay. Hasta luego.

Colgué y casi tiro el grito al cielo viendo cómo los zapatos de vestir de papá se encontraban decorados con los colmillos del salvaje sabueso, espero que papá no se enoje mucho.

Sin tener tiempo de saber si se va a enojar o no tomé la correa de Tannie y le llamé, vino corriendo cuando vio que le iba a dar un pedazo de fruta. Le puse el collar y le dije que daríamos una vuelta para ver a uno de sus adorados amigos caninos.

— Te has portado mal pero eso no quita que te prometí llevarte con Monie, ¿recuerdas? —agitó la cola soltándome un ladrido en respuesta.

Salí casi corriendo y cuando iba a mitad de camino recordé que había olvidado despedirme de papá. Más tarde me disculpo.
Camino a la casa de Namjoon Hyung recordé lo de hace unas horas y me reí estruendosamente haciendo memoria de lo asustado que me puse en esos minutos, realmente creí que sería un espíritu. Jiminie se hubiese reído por mis estupidez, como siempre lo hacía. Lo extraño.

Yeontan soltó un ladrido mientras me miraba y corría de repente para que avanzara el paso sacándome una risa.

— ¿También lo extrañas Yeontan? —éste sin embargo seguía corriendo y tirando de la correa para que avanzara.

Yeontan tenía tres años y hace dos Jimin ya no estaba, tuvo que partir a Estados Unidos por su padre quien le obligó a ir. Él y yo fuimos en busca de Yeontan hacen tres años, me ayudó mucho a cuidarlo y muchas cosas más. A parte de mi mejor amigo era como mi hermano, incluso lo sentía más cercano que mi verdadero hermano.

— Yeont... ¡NO!

Sin querer solté la correa y esté siguió su carrera hasta la calle, es peligroso. Casi me caigo tratando de correr y agacharme para tomar la correa.

— ¡Detente ahí Yeontan! ¡No cruces, Tannie!

Casi dejo de respirar viendo cómo se alejaba y cruzaba la calle a toda velocidad, la correa quedó en la calle siendo aplastada por los carros que anteriormente tocaban bocina. Él por una extraña razón se detuvo frente a un grupo de perritos que iban de paseo, la chica que los paseaba se agachó a su altura y le dió algo de comer aprovechando para tomar su correa, es extraño, a Yeontan no le suelen gustar los desconocidos.

Crucé la calle lo más rápido que pude con el corazón en la mano, casi me da un infarto.

— ¡Dios! ¿Yeontan, estás loco? —se sentó en la acera mientras masticaba y subía la mirada a verme mientras le reprendía con el ceño fruncido—. Muchísimas gracias y disculpa las molestias. —le hice una reverencia y la chica me tendió con una leve sonrisa la correa.

— No hay de qué, gracias que no le pasó nada. Para la próxima ten más cuidado, un descuido así te puede costar mucho. —la miré y noté algo extraño en sus ojos, sentí un extraño y leve déjà vu—. Bueno, fue un gusto pero me faltan unas vueltas más. —señaló al grupito de perritos que llevaba de correa, uno se le enredó en una pierna y ella lo sacó de allí—. Vamos chicos, hasta luego. —me hizo una reverencia y yo sin poder decir algo más le respondí a esta.

Un rato más tarde fuera de mi shock me agaché y miré mal a Yeontan.

— Te has portado mal Tan. No más galletitas dulces por dos semanas, casi me matas del susto. —me amarre bien la correa del brazo y le tomé en brazos para privarlo de el caminar—. No, no caminarás, deja de mirarme. —me comenzó a lamer la cara mientras me apartaba—. Te dije que no, aléjate. Y no verás a ninguno de los chicos por una semana, estás de castigo. —dije tratando de sonar firme a lo que este bajo la mirada y se recostó de mi pecho haciéndome sentir un poco culpable por alzarle la voz tantas veces en el día.



🏳️🏳️🏳️


— Hay una chica nueva no tan nueva en mi edificio, es muy bonita pero me da mala espina. —Hoseok soltó una carcajada bebiendo de su Sprite.

— Menciona a alguien que a primera vista no te de mala espina Hyung. —éste hizo una mueca e ignoró el comentario del susodicho.

— Hope es en serio. —me miró y yo alcé las cejas en respuesta—. De veras, vive solo paseando perros, no tiene nada de malo pero no tiene uno y lleva toda la semana haciéndolos ladrar en el apartamento. No puedo estar en el balcón porque parece que al lado hay una perrera. —Namjoon soltó una carcajada y yo me reí pero luego analicé lo que dijo.

— ¿Pasea perros? —éste extrañado me asintió—. Hace unos días cuando llevaba a Yeontan con Monie se me soltó la correa y ella estaba del otro lado de la calle paseando perros, se detuvo a ayudarme. Claro, si es la misma chica.

— Creo que es la única chica que pasea perros en todo Daegu, ¿no ves los miles de perros que lleva de correa? Son todos los perros de Daegu juntos. —ahora reímos todos—. Bueno, dejando los chistes de perros a un lado, no es por eso que me da mala espina.

— ¿Entonces? —Hoseok lo miró interesado.

— Hace unos días salí del apartamento y eran eso de las cuatro de la mañana, iba a bajar por algo a la tienda de conveniencia en la esquina pero me la encontré de pie apoyada en la puerta de su apartamento, estaba recostada y tenía los ojos rojos. —Namjoon abrió los ojos al mismo tiempo que Hoseok y yo dejé de masticar—. Le había preguntado qué le ocurría pero sólo me evadió la pregunta, me sonrió y entró dándome los buenos días.

— Wow.

— Lo peor de todo es que ocurrió hace unas noches igual, pero esta vez fue más extraño. Estaba en el ascensor tirada en una esquina, me alarmé porque pensé que le sucedía algo malo y la saqué al pasillo pero cuando la saqué me comenzó a patalear, se exaltó mal. Me asusté y le dejé ir, salió literalmente corriendo a su apartamento. Se veía muy asustada pero no creo que lo esté más de lo que ahora estoy yo de ella. —el silencio seguía presente, los cuatro parecíamos analizar la situación—. No sé pero de veras no me da buena espina.

— Tal vez, ya sabes. —Hoseok hizo una señal de fumar con sus dedos—. Drogas hermano. —Yoongi negó lentamente.

— Sé reconocer inmediatamente a un drogadicto, recuerda que vivía con uno. Ella no parece abusar de las sustancias.

4 o'clockDonde viven las historias. Descúbrelo ahora