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Era el siglo 17 y Kim TaeHyung de tan solo 8 años de edad se encontraba ayudando a su padre, el señor Kim.

Su madre había fallecido cuando TaeHyung tenía 3 años y él no había tenido hermanos así que su padre era el único familiar que tenía.

- Tae, ¿me puedes traer esas piezas que están allá?- Dijo el señor Kim concentrado en su trabajo.

El padre de TaeHyung era herrero pero no un herrero cualquiera sino el herrero designado para proveer armas al ejército del rey.

El señor Kim últimamente estaba muy ocupado por la guerra que se aproximaba ya que tenía que hacer el doble de armas y a la mitad de tiempo.

- Esto está muy pesado. - Se quejó TaeHyung tratando de levantar las piezas que le pidió su padre. - ¿Me puedes venir a ayudar, papi?

- Está bien. - El señor Kim dejó las espadas que estaba haciendo a un lado y se paró a ayudar a su pequeño hijo.

- ¡¿Dónde están las armas?! - Gritaron unos hombres azotando la puerta fuertemente.

- Quédate aquí TaeHyung. - Le susurró el señor Kim a TaeHyung. TaeHyung se quedó escondido en la parte trasera del taller escuchando como unos hombres le gritaban a su padre.

- E-estás son t-todas las armas. - Dijo el señor Kim asustado sorprendiendo a TaeHyung, él nunca había escuchado o visto a su padre de tal forma.

- ¿De verdad, bastardo?

- S-sí, se los juro.

- ¿Y qué es eso que veo por allá? - Dijo uno de los hombres enojado.

- P-perdón, esa espada no es mía es de un amigo, no se las puedo dar. - Dijo el padre de TaeHyung aún más asustado.

- No, nos las tiene que dar, y te tenemos que enseñar a no mentir ¿verdad? - TaeHyung empezó a escuchar algunos gritos de dolor provenir de su padre y no aguantándolo más, salió corriendo a ver qué estaba pasando.

- ¡Dejen a mí papi tranquilo! - Gritó TaeHyung valientemente.

- ¡T-TaeHyung, corre! - Gritó su padre quien estaba tirado en el piso revolcándose del dolor.

TaeHyung no entendía que era lo que estaba pasando así que hizo lo que la gran mayoría de nosotros hacemos cuando estábamos envueltos en algún problema, huyó.

사랑

Habían pasado tres días desde que TaeHyung había huido y al comienzo pensó que las personas iban a ser generosas con él por el simple echo de ser un niño pequeño pero no, todos pasaban y veían como el pequeño que tan solo tenía 8 años se quejaba por no haber comido en días y les daba igual, bueno, casi todos, un día el rey quién andaba en busca de un nuevo herrero pasó por donde se encontraba TaeHyung y le partió el alma ver a un pequeño sufrir de tal forma así que se lo llevó consigo.

- Aquí estarás mejor. Te prometo que te cuidaré y te daré el amor que el mundo te ha negado. - Dijo el rey con dulzura. TaeHyung estaba realmente impresionado, él pensaba que todos los reyes eran hombres malvados y segados por el poder a los cuales le daba igual el bienestar de los demás pero aquel hombre no era así.

사랑

Ya habían pasado catorce años desde aquel día y TaeHyung era un hombre adulto y el futuro rey.

- ¡TaeTae, el rey Yun está aquí, baja un momento! - Gritó el rey quién se había vuelto su padre y TaeHyung rodó los ojos con gracia por el apodo que había utilizado.

La décima cita (VKook, Omegaverse) | Wattys 2019.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora