Capítulo 4

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Um, disculpa, ¿Quién es esta persona?” le preguntó Mahiru a Lily una vez se encontraron con un hombre de mediana edad con el cabello rojo más brillante que alguna vez había visto en su vida. El hombre apago el cigarrillo cuando se encontró con los más jóvenes para que no inhalen el humo accidentalmente

“Este viejo hombre es el sirviente personal de Tsubaki. Me llamo Hidan. Es un gusto conocerte” se presento dejándose caer en la silla restante de su mesa en el café en el cual quedaron para reunirse una vez que fuera el receso en las clases de Mahiru y Lily ya que según Lily era importante llevar este plan a cabo hoy. Kuro se negó a moverse de su asiento por lo que fue dejado atrás sin piedad junto a Sakuya, quien era demasiado entrometido para su propio bien.

“Yo soy Shirota Mahiru, el placer es mío” respondió el castaño estrechando su mano cordialmente. Como mirando las preguntas dentro de sus ojos ámbar, Lily comenzó a explicar la situación mas a fondo.

“Tsubaki y yo hicimos una apuesta porque Tsubaki está convencido de que para Lawless es imposible permanecer fiel a una pareja más de un año” dijo el rubio “Como parte de los términos y condiciones, puedo pedir ayuda a quien yo quiera, pero con quien este Lawless no puede estar al tanto de la situación ni ser sobornado de ningún modo. Lo mismo con el propio Lawless” agregó tardíamente, como si creyera que la ultima parte fuera tan imposible que se volvía innecesaria, pero Mahiru sabía el tipo de persona que era por lo que Kuro le contaba de él, así que no estaba sorprendido.

 
Después de todo, la gente cuerda no obliga a dos personas ya en una relación a quedarse juntos en un salón cerrado en medio de verano para tomar fotos comprometedoras desde la azotea del edificio cercano para después sobornar a esas personas para hacer archivos con cosas comprometedoras de quienes le pida. La parte más inquietante era que Lawless tenía contactos con el club de periodismo por lo que no sería difícil hacer famoso un chisme, por falso que sea.

Y pese a que Kuro se lo dijo al castaño con esas palabras, todavía insistió en seguir. Es por esta clase de cosas problemáticas que prefiere quedarse a dormir un rato en el salón a escuchar lo que sea que intente su loco mejor amigo.

“Por supuesto, ya que puedo pedir la ayuda de quienes yo quiera, pedí la ayuda del mismo Tsubaki” declaro Lily sin preocuparse. Mahiru lo miró con una expresión extrañada, “¿Y Tsubaki acepto?” quería preguntar sarcásticamente, pero al ver a Hidan ahí, pudo ver que si, de hecho acepto. Quizás sea algo entre hermanos porque Mahiru no logra entender del todo su lógica.

 
“Entiendo, ¿Cuál es tu plan?” preguntó Mahiru sin saber que decir. La expresión siempre parsimoniosa de Lily no ayudaba al castaño.

Mientras disfrutaba de la melodía de Licht, Hyde leía el libreto de su próxima obra, pero no perdía oportunidad para echar un vistazo al pianista por el rabillo del ojo de vez en cuanto. Parecía estar tan concentrado que no prestaba atención a cualquier cosa que no fueran largas teclas bajo sus dedos.

 
Esta vez presentaría una obra con el libreto de Hamlet, y aunque seria dentro de un mes y las líneas ya estaban más que memorizadas, le dio una excusa para ocupar su mirada cuando Licht acababa de tocar, fingiendo que no estuvo dándole miradas furtivas todo el tiempo.

 
Tocando la última nota, Licht le dio una mirada curiosa. “¿Sigues en las misma página desde que comenzamos?” preguntó perspicazmente. El corazón de Hyde saltó asustado, casi saliéndose de su pecho, o al menos así se sintió para él. Se había olvidado cambiar de página en su momento de debilidad, y ahora tenía que pensar en algo rápido.

Cita a ciegas (LichtLaw)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora