Recuerdos.

304 57 11
                                    


Podría decirse que el encuentro fue un fiasco y claro, todo por mi culpa. Me rindo con todo. Él era lo único que me quedaba y lo arruiné.

Había regresado a mi casa, sin ganas de ni siquiera soltar el llanto que provocaba un nudo en mi garganta. 

En mi mente abarcaban sus cabellos blancos, su nariz, su mentón, sus manos, incontables detalles, como la cicatriz a lado de su ojo, la que parecía un cráter de la luna. Sus ojos profundos pero brillantes, penetrantes y al mismo tiempo tan sinceros. Los adjudiqué a satélites naturales de algún planeta aún no descubierto. 

Mi supuesta obsesión con sus publicaciones ahora se había traducido en un trauma por su belleza y porte. 

Joder, quiero dormir y nunca despertar.

Quisiera curarme del parásito que succiona todo de mí.

"¿Has leído el libro sobre Robinson Crusoe?" Fue lo último que dijo, después de eso un silencio caló entre ambos. Tomamos un café y entre mirada y mirada, dimos por sentado que nada más pasaría.

Le hice perder el tiempo.

Traté de distraerme para dejar de contar todas las cosas que me habían gustado de Taeyong. Tomé mi celular, el que había escondido en una caja debajo de mi cama para que no fuera una distracción al momento de salir. Un factor importante en mi comportamiento eufórico durante el día. Simplemente no tenerlo en mano, me provoca sudor frío. 

En el buscador, puse el título del libro que Taeyong mencionó. 

Leí que se trataba de un naufrago, a la deriva y solo. 

Me sonaba familiar. Tanto que me desesperaba no recordar, porqué me resultaba conocida la historia. Hasta que dí con la memoria adecuada.


En la secundaria, tuve una clase de literatura y tal parece ese libro fue una tarea de verano, claro no lo leí completo y nadie en el salón lo hizo.

No, mentira.

Alguien... Un chico, fue el único tonto que se atrevió a concluir ese enorme libro de más de setecientas páginas. Cuando todos habían disfrutado de su verano de forma frenética, este podría relatarte a la perfección varios pasajes y arcos de la trama. 

Ahora mis recuerdos quisieron desviarse hacia este chico, sin ningún éxito, obra de que en esa época creía que todo giraba entorno a mí y alguien como él, resultaría inútil de tomar en cuenta.

Que estúpido fui. 

Si no me equivoco, entre las pertenencias que escondí bajo llave, habría un anuario. Mi pasado, todo lo que me llevó a ser la persona mas lamentable, fue ocultada. Pensé en quemarla, pero ahora agradezco el no haberlo hecho.

Con desgana me dirigí al armario y en un cajón se encontraba la llave para la puerta indicada. Tragué duro y el temblor se hizo presente. Di dos vueltas a la cerradura y así logré acceder a la caja repleta de cosas: fotos de mis anteriores amigos de la universidad, mis compañeros de equipo, mi ex novia. También había recuerdos de más pequeño, al igual que mi familia... 

Pánico total. Solté todo con miedo, esa parte era la que menos pretendía revelar. El punto débil por excelencia.

La caja se desparramó por el piso haciendo un desastre que solo empeoraba la poca higiene en mi cuarto. Me envolví con los brazos, tratando de aminorar la ansiedad. Aunque tener un panorama de tantas cosas que relatan mi vida me aturdía en mayor medida. Los ojos se me empañaron y caí de rodillas.

Quiero que todo vuelva a la normalidad. En serio lo deseo, que me devuelvan mi vida, mi estabilidad, mi felicidad.

Agaché la cabeza lentamente, abatido por la situación y en el trayecto visual, divisé una pasta color azul: "Secudaria..." es lo único que alcancé a leer. Me froté los ojos para evitar que lágrimas cayeran y me acerqué al susodicho objeto. Se trataba del anuario que estaba buscando y fui directo a las página de mi aula. 

Miré con atención los rostros de adolescentes risueños, las cuales no ubico en lo mínimo, ni siquiera leyendo sus nombres.

Hasta el final de la penúltima página, un chico con lentes y cabello negro revuelto aparece en uno de los recuadros y debajo de la fotografía su nombre: Lee Taeyong. 


Instagram// NCT~ YuTaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora