Dayfly

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En el desierto, un oasis.

En el infinito hielo, un estanque.

En un incendio, el primer brote de una flor.

En la tristeza, tu. 


—¿Está bien si te toco?— preguntó con timidez. ¿A caso este era el mismo chico que demostraba suma presencia y seguridad en sus vídeos?

Una faceta, pero no una mentira, solo algo escondido.

Sin darle permiso, en realidad, tomó mi mano y tocó mis dedos con los suyos, simulando las teclas de un piano, obviamente no expresaba ninguna melodía pero sí iba al compás de mis palpitaciones. Después de varios toques corteses, entrelazó nuestras manos.

—Mírame, Yuta— pidió, ahora con un tono más directo.

Tardé mas de la cuenta para hacerle caso y muy probablemente, el contrario hubiera esperado toda una eternidad hasta que me uniera a su universo, el contacto de vistas, el escudriño de pupilas, el conteo de los pestañeos y los suspiros. 

Los nervios pretenden perturbarme, me imploran que abandone pero el calor proveniente de Taeyong es más que efectivo para curar los males.

No lo dijo en voz alta, pero descifré con éxito las palabras que articuló apenas tuvo la oportunidad, "eres hermoso", bajé la mirada y negué con la cabeza desesperadamente.

Me negué a mi mismo y a todo. No soy suficiente, soy mala persona, no tengo más que dolor.

"NO. NO. NO", era lo único que pasaba por mi mente.

Estuvieron a nada de aparecer esos malditos demonios que me han atormentado todo este tiempo. Mis parpados se unieron fuertemente, como si el no ver me permitiera salvarme, de alguna manera. 

¿Cuáles son sus intenciones conmigo? Incluso si todo esto resulta ser una coincidencia beneficiaria, al final, solo me lastimará. Nos diremos adiós...

Soy demasiado débil para enfrentarme a la realidad, así que trato de alejarme, sin embargo Taeyong, sigue estrechando mi mano y eso evita dos cosas: que huya y que me hunda. Si resulta ser mi claridad, ¿porque parece ser tragedia?

Estos días sin fin, que se repiten en constante monotonía, de la cual mi única salida es la muerte y de la cual, cada vez, estoy más cerca: quiero que se acaben.

Creí poder vivir a base de mentiras, que son el velo que tocan suavemente la piel de todo ser humano, tan dulces que no quieres despojarte de ellas, te arropan tan cariñosamente que nadie con sentido común, las apartaría, ¿cierto? Creí poder vivir un día más mientras me encerraba en la noche sin nombre. 

Hasta que le di uno: Taeyong.

Abro naturalmente mis ojos y lo veo. No puedo creer que alguien como él esté tan cerca a mi. Parece algo sobrenatural. Quise decir algo, pronunciar un sonido o gesticular tan siquiera, sin lograr nada, petrificado por el terrible nudo que me sofocaba, en el peor momento.

—No tienes que decir nada, lo importante es que estamos vivos.

Taeyong me besó.

Solo un mínimo roce, pero la encrucijada de la vida se diluye, se termina aquí.

No pudo evitar llorar, porque sí, soy capaz de sentir, no estoy perdido.

Ya no más.



Somos solo números, cálculos que a veces salen mal pero que pueden ser borrados y empezados de cero. Fórmulas planteadas de las cuales pueden salir mil y un valores, incógnitas y resultados.

Instagram// NCT~ YuTaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora