¡Hola, gatitas!
Un saludo indecente para un shot indecente. Bueno, indecente en la medida con la que se tome. Sí siguen leyendo aun siendo menores, está bien, pero no me hago responsable.
La verdad yo había renunciado a escribir este tipo de contenido pero supongo que como ambos son mayores de edad y están casados, no hay problema. Solo espero que haya salido bien, hace mucho no escribo este tipo de cosas.
Honestamente, fue muy divertido hacerlo, me reí mucho. Es que el lemon, a diferencia del smut, no debería ser tomado tan enserio. Es para divertirse, como todo.
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Midorikawa sacó la última foto enmarcada de la caja para poder colgarla en el recibidor del hogar, junto a otras fotos familiares que memoraban hermosos recuerdos del orfanato. La que acababa de colgar era de cuando él y su marido fueron seleccionados para el equipo nacional. Para ellos era de las más importantes, pues fue cuando se empezaron a conocer a profundidad.
. —Bueno, esa era la última caja que faltaba desempacar, ¡Oficialmente termina la mudanza!
Hiroto bajó la escalera con las demás cajas ya aplanadas y atadas listas para ser recogidas el miércoles. Midorikawa unió a los cartones la caja, que ahora estaba vacía, procurando sacar las burbujas de plástico de adentro. El pelirrojo dio una gran bocanada de aire, y miró todo lo que le rodeaba con satisfacción.
. —Nuestra propia casa...
Fue a por Ryuuji para abrazarlo de la cintura y plantarle un beso casto porque la felicidad se le escapaba con el aliento. Su esposo pasó los brazos por su cuello a medida que iban profundizando el contacto. Pero de la nada se separó, brusco, y Hiroto lo miro sin entender. Le iba a preguntar cómicamente si no le había gustado el beso.
. —Tuve esta idea desde que decidimos vivir juntos...
Rápido y sin prisa, bajó a la parte baja del recibidor no sin antes sacarse el calzado de hogar. El pelirrojo no entendía porque Ryuuji salió de la casa solo para volver a entrar al poco rato fingiendo un gran cansancio. Se estiró y cuando encontró su mirada, el sonrió.
. —Cariño ~, estoy en casa.
Cuando le cayeron las fichas, se le formó una expresión de ternura para ir a la punta del recibidor sin bajar al piso de piedra donde estaban todos los demás pares de zapatos para salir. —Bienvenido, cielo—. Recibió lleno de paz el abrazo pese a que no podía devolverlo, ya de por si Ryuuji era más bajo que él, y con la diferencia en los pisos del recibidor no podían abrazarse de forma decente. Se conformaba con acariciar los cabellos atados en un enredado rodete.
En eso sintió como Midorikawa de la nada pasó sus manos de su espalda a su trasero, apretándoselo con las dos palmas, travieso. Quedó hecho piedra por lo rápido de ese accionar.
. —El trasero de mi esposa es el mejor. Tan firme y lindo.
Ahora, que ninguno de los dos era inocente de cuerpo y alma, pero Hiroto veía como Midorikawa era más "profesional" en su relación en público que siempre le descolocaba lo descarado que podía ser en privado. Además el comentario estuvo de más. —Hay un error en tu cálculo, Ryuuji. Sí alguien será la esposa serás tú, eres más bajito.
. —Yo fui el alto durante mucho tiempo, que tu cuerpo haya decidido joderme de esa forma no es mi problema.
. —Bueno, no te enojes. Prometo que mi cuerpo te joderá con más suavidad de ahora en más.
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10 ocasiones contigo
FanfictionYa sea en el pasado, presente o el futuro. Cuando cae la noche o surge la mañana. En dimensiones paralelas o en un recuento de los hechos, ellos fueron creados para estar el uno junto al otro, y estas son diez ocasiones de muchas que aun no se cuent...