Sus abrazos

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Al inicio de todo no hubo ningún abrazo entre nosotros, para ser sincero.

No que los esperara. El Kacchan que conozco no suele mostrar afecto por nadie, ni siquiera por su propia madre.

Sin embargo, luego de que Kaminari, Uraraka, Tsuyu y yo volviéramos de la misión de rescatar a Eri y muchos de mis compañeros (hombres y mujeres) me abrazaran en señal de felicidad por mi regreso a salvo, las cosas cambiaron drásticamente.

Esa noche, después de tomar un baño, Kacchan me dijo (ordenó) que fuera a su habitación.

Él me esperaba en el sillón con un secador de cabello en mano.

- Siéntate, Deku – Me ordenó señalando el espacio entre sus piernas.

Nervioso, obedecí y me quedé quieto mientras secaba mi cabello en silencio.

Una vez terminó, apagó el aparato y lo dejó de lado para, después, apoyar su rostro en mi hombro y rodearme con sus brazos.

- ¿K-Kacchan? – Le llamé, confundido intentando alejarme un poco a lo que respondió apretando su agarre alrededor de mi y posando su nariz en mi cuello para inhalar profundamente como intentando memorizar mi olor.

Nos quedamos así unos minutos en los que no podía dejar de estremecerme cada vez que sentía el aliento cálido de Kacchan golpear mi piel.

- ¿Te incomoda estar así? – Preguntó después de un rato.

- ¡No es eso! – Contesté rápidamente – Es solo que...es extraño estar así con Kacchan.

- Los demás también lo hicieron.

- ¿Eh?

- Los demás también te abrazaron, esos bastardos – Me explicó apretando aún más el abrazo

- Ah...pero eso fue porque estaban felices de verme bien – Intenté explicarle.

- ¿Crees que yo no estoy feliz de verte? – Me preguntó algo molesto – Ninguno de esos extras podría estar más feliz que yo de tenerte de vuelta completo.

- Kacchan – dije, sorprendido por su declaración. Como pude, me di la vuelta dentro del abrazo para poder estar cara a cara – Gracias por preocuparte.

- ¿Quién se preocupa? Idiota – Contestó desviando la mirada con un ligero sonrojo. Solté una pequeña risa y pasé mis brazos alrededor de su cuello para terminar recostados en el sillón donde terminamos durmiendo esa noche.

Después de años acostumbrado a un Kacchan frío y distante, que ponga sus brazos alrededor de mi cuerpo cada que tiene oportunidad es algo a lo que no me acostumbro.



Disculpen si hay errores de ortografía y/o redacción pero estoy publicando a las 3am mientras tengo a la maldita inspiración agarrada de las bolas y estoy a nada de que se me reviente una úlcera por culpa de mi Internet que va mas lento que metabolismo de persona obesa.

No me acostumbro (KatsuDeku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora