La Reina Celestial

Capítulo 12: Nuevos comienzos

Hola Familia!!!! Siento mucho él atraso de un nuevo capítulo pero aquí esta. Espero que os guste mucho, es algo corto pero era para no dejaros más días sin una actualización.
A partir de este capítulo Isabella ya empieza su aventura y su deber.
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—Os quiere la loca de los libros ❤️❤️

Había pasado una hora desde que envié mi mensaje a la aldea de Chacnite, Freya ya estaba sin paciencia y Brynda empezaba a frustrarse por la demora de una respuesta.
La última vez que venimos no había tardado ni diez minutos para que nos vinieran a buscar pero como ya les he dicho unas cinquenta veces a las dos, las cosas en el bosque han cambiado, hay algo diferente y eso trae cambios.
—Bella lo siento pero no pretendo esperar más.— sentía frustración en la voz de Freya, sabía que se estaba volviéndose loca al tener que esperar alguien que talvez  ni vaya aparecer.
—Freya puedo sentir tu frustración y no me ayuda en nada. Siéntate en el coche y relájate, una hora ella aparecerá.— iba a reprochar pero me adelante.— Freya no ha sido un pedido, siéntate ahora y deja de dar vueltas, me estás poniendo de los malditos nervios.— ya estaba perdiendo la paciencia y realmente no queria.
Sim decir nada Freya se sento en el suelo al lado del coche y estuvo en silencio durante varios minutos, una gran victoria para mi cabeza.

Me levante de mi lugar y caminé cerca de unos grandes árboles, sabía que nos estaban vigilando y no sabía si era Chacnite. Corrí hacia el coche y cogí mi lanza.
—¡Levantaros y coger vuestras espadas ahora!— ellas se levantaron en dos segundos y sé posicionaron.
—¡Te dije que esperar era una maldita mala ideia!— as veces mi paciencia era la mínima con Freya. !Dios, me saca de quicio!
—¡Cállete Freya!— gracias Brynda, me faltaba poco cerrarle la boca.

Mi atención estuvo totalmente puesta en el bosque, podía sentir que quienes me miraban no era Chacnite, eran personas diferentes.
—¡Chacnite si eres tu soy Isabella, necesito tu ayuda!—hubo un silencio extremo hasta que escuche los árboles moverse para dejar un gran camino en el medio del bosque.
Había gente caminando hacía nosotras y en el medio pude ver aquella melena que tanto recordaba. —Bajar vuestras espadas, es Chacnite.—

—Me alegra volver a verte vieja amiga.— estaba igual que la última vez que la vi, con esa sonrisa que te hacía sentir que estabas en casa.
—A mi también me alegra volver a verte, esperaba que fueran en otras circunstancias pero infelizmente no es una de las mejores.— le di un abrazo fuerte y luego después la mire a los ojos, en ellos veía muchas vivencias duras para una muchacha de su edad.
—Se que algo pasó, pude sentir tu poder en el fuego y principalmente en la tierra.—
—Si, bueno algunas cosas han pasado estas ultimas semanas.— le sonreí y le di espacio para que pudiera saludar a Brynda.— Por cierto, ella es Freya, una amiga que me ha ayudado mucho.—
—Oí hablar de ti, eres la bruja gris, la que todo ve.— la mirada de Chacnite no salía de Freya.
—Si bueno, eso dicen pero no creas todo lo que te dicen sobre mí.— Freya incómoda se alejó un poco y dejó su espada de vuelta en el coche.
—Bueno vayamos a la aldea, muchas cosas han cambiado aquí.— me miró y sonrió.— podéis llevar el coche, el bosque abrirá camino.
—Freya tú conduces, por favor.— mueve la cabeza en afirmativa y se mete en el coche. Podía ver su ceño fruncido a kilómetros. Brynda también se metió en el coche y me dejo para caminar a solas con Chacnite.

—Esta no es tu gente, puedo sentir que son diferentes.—
—Si, como te dije muchas cosas han cambiado en los ultimos años. Después de que mi marido desapareciera empezaron a llegar personas de varias razas indígenas a nuestros bosques, no podía dejarlos a su suerte con lo difícil que estaba protegerse contra esos malditos que vienen intentando matarnos.—
—¿Cuantas razas han venido hacía tu aldea?—
—Unas diez o más, pero desde que senti tu poder hace un par de dias han llegado más personas. Estamos haciendo de todo para dar lugar a todos pero el bosque está quedándose pequeño para tantas razas.—
—¿Hay alguno de la amazonas?— ella sabía donde quería llegar. Mi abuelo tenía amigos en esa zona, fue a partir de esa cultura que él me enseño casi todo lo que sé hoy en dia.
—Hay unos pocos yanomanis si es lo que quieres saber. Han llegado hace un par de días y uno de ellos está muy enfermo, no he conseguido ayudarlo.—
—Esta bien, llévame hasta él y veré lo que puedo hacer.—
—Estas muy débil, cuando te recuperes te llevaré hasta los yanomanis.—
No la reproché porque realmente me sentia muy débil y la última gota de energía que tenía la gasté al tentar enviar un mensaje a Chacnite.

El bosque había cambiado mucho, ya no eran solo los mayas los que se encontraban allí, había otras razas y estaban conviviendo juntos en armonía.

Media hora después habíamos llegado a nuestro destino. La aldea estaba mucho mayor desde la última vez qué venimos aquí.
Escuche como Freya paraba el coche y de el bajaban las chicas junto con Calíope.
—¿Preciosa te encuentras bien?—
"Estoy bien, no te preocupes más por mi, necesitas dormir y descansar."
—Lo haré, te lo prometo.—
—¿Con quién demonios estas hablando Isabella?— sabía que si intentara explicara le costaría creerlo.
—Estoy hablando con Calíope.— su cara de no entender nada me pedía una explicación. Apunté hacia mi eterna compañera.—Ella es Calíope, es mi protectora y yo la suya. Es un dragón broncioneo.—
—Pensaba que se habían extinguido.—
—Todavía no, hay unos cuantos por el mundo y Calíope es una de los últimos.— le sonreí y esperé a que lo entendiera.
—Está bien. Vamos, os llevaré a una de las cabañas para que podáis descansar, luego hablaremos y te llevaré a los yanomanis.—

En total silencio nos fuimos a la cabaña, estábamos agotadas después de días viajando sin casi poder dormir. Necesitábamos recargar las energías para empezar a armar nuestra estratégia de combate contra los obscuros.