Capítulo 2

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Eran la una de la mañana y Antonella debía aprovechar esa oportunidad para escaparse.Su hermano la había orillado al hacerla  elegir entre el hombre que amaba y su familia.No  tuvo más opción que elegir a Manuel. Por primera vez  en sus dieciocho años de vida,era feliz con alguien, y no permitiría que que su hermano arruinara algo tan bello y dulce, como el amor que se profesaban Manuel y ella.Su amor sí era puro y real.No como el de él y su esposa. Evangelina Torres de León aborrecía  a su esposo.No existía el amor entre ellos.Lo único que tenían en común era el dinero. 

Eva era una mujer  buena  pero siempre estaba triste.Evidentemente  no amaba a su hermano.Según  lo que ella había escuchado, por los chismes de la gente del pueblo, Evangelina antes de casarse con su hermano, estuvo prometida con un comandante del ejército  Argentino,pero  el hombre había muerto en batalla ,dejándola  devastada. Como  su cuñada  había caído en un cuadro de depresión profundo,por la muerte de su amado,sus padres organizaron  rápidamente su boda con Roberto Alcazar.

Antonella bajó por las escaleras,sigilosamente,para evitar despertar a alguien en la casa , y que  la descubrieran. Llevaba una sábana sobre él hombro,  donde había envuelto todas sus pertenencias.Se sacó los zapatos  y caminó por la galería de la casa, procurando no hacer ruido.

Cuando llegó a la puerta de entrada, la abrió suavemente, y salió corriendo hacia las caballerizas , antes que la viera alguno de los soplones de su hermano.

Estaba preparando un caballo para escaparse cuando una voz la detuvo en seco.

-¿Dónde va señorita a estas horas de la madrugada?-preguntaron a sus espaldas.

Antonella se volvió rápidamente para encontrar al nuevo capataz  apoyado sobre el marco de la puerta , con los brazos cruzados esperando una respuesta.

-¡Y a usted que le importa!-contestó vulgarmente-No es de su incumbencia.¡Vaya a descansar  que mañana le espera un día difícil!-le ordenó dándole la espalda nuevamente.

-Se equivoca, señorita .Claro que me importa lo que haga.En realidad todo lo que suceda en este rancho es de mi incumbencia.Es más , no puedo permitir que una joven como usted ande  a estas horas de la madrugada ,con los peligros que hay allá afuera.

-Sé cuidarme sola ,perfectamente-manifestó Antonella enojada-No necesito  que nadie me cuide.

-No quiero tener que ser  insistente, pero puedo permitir que usted salga de la casa sin el permiso del señor Alcazar.

-Le recuerdo que yo soy una Alcazar, y debe obedecer mis ordenes también-declaró  

-Señorita, tengo órdenes estrictas de no dejarla salir -respondió el capataz ingresando al establo hasta quedar a pocos metros de Antonella.

-Debí suponer que no es más que otro perro faldero de mi hermano-dijo déspota cruzándose de brazos.

-Creo que debería medir sus palabras.No estoy acostumbrado a recibir humillaciones de nadie-le advirtió.

-¡Entonces  debería ocuparse de su vida y dejar de meterse en lo que no le importa!-le dijo con altanería.

-Sabe señorita, tiene una lengua demasiado filosa-dijo hastiado por la conducta de Antonella-Debería pensar antes de hablar.Por lo que veo  está acostumbrada a hacer lo que se le antoja con la gente.Conmigo se equivocó.Desde que nos han  presentado no ha dejado de comportarse  como una niña caprichosa.No estoy dispuesto a soportar una más sus majaderías.

-¿Me está amenazando?-inquirió molesta enfrentándolo.

-No, señorita.Solamente  intento sugerirle  que piense antes de actuar.

-¡Es usted muy impertinente para ser un criado!-manifestó -¿No sea igualado, quiere?.Soy una Alcázar, y no permitiré que un simple empleado me diga como debo actuar.Me subiré a mi caballo, y usted, no me lo impedirá, porque si se atreve a tan solo intentar detenerme, ¡haré que se arrepienta!

Benjamín  cansado de los caprichos de la joven, se arrimó rápidamente a la  joven , y  la tomó por la cintura hasta acercarla  a él .Le daría una lección a esa muchachita consentida.No podía andar por la vida atropellando a la gente como se le venía en gana.

-¿Qué hace?¡Cómo se atreve a ponerme sus manos encima!-chilló Antonella -¡Le exijo que me suelte!-intentó zafarse  de las  duras manos que la aprisionaban, sin éxito.

Antonella sentía el cálido aliento de ese hombre cerca de su rostro.La mirada de él era dura.Por primera vez en su vida tuvo miedo.

-¡Deje de luchar!-masculló acercándola más a él-No está en condición de exigir en este momento, señorita.

-¡Gritaré si no me suelta!-lo amenazó desesperada.

-Grite, así se despierta su hermano y se entera, de una vez por todas , sobre sus planes  para  escapar.

-¡Maldito desgraciado,hijo de....!

Antes de que pudiera continuar insultándolo,Benjamín se apropió de sus labios carnosos para acallarla, pero también buscaba castigarle.Fue un beso duro ,cruel,cargado de despecho.

La joven sin pensarlo mordió su labio para terminar con ese violento  beso.

Benjamín se separó con la misma rapidez con la que la aprisionó.Se tocó el labio y  observó la sangre.En un acto reflejo Antonella intentó escapar , pero Benjamín la detuvo por el brazo al instante.Pudo percibir que la joven temblaba.

-Nunca más se atreva a insultarme-le dijo amenazante-Ahora vuelva a su habitación-le ordenó

Antonella se soltó bruscamente, y sin decir más nada, salió corriendo. 

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