El Soñador

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Soy es Aaron Baker ¿o era? eso realmente ya no importa por ahora, aunque generalmente prefiero que me llamen por nombres falsos o alternativos. El que tengo suena demasiado rudo para alguien como yo, pero te lo que te diré continuación serán relatos que siempre vivo, todas las noches son iguales. No dejo de pensar en si realmente mi cabeza es un nuevo universo donde puedo reproducir todas las cosas que me emocionan, traen temor o me encantaría hacer, todo es tan real... Todo es tan hermoso. Rebobinaremos hasta donde todo comenzó.

Realmente no recuerdo la primera vez que había recordado un sueño con tanto detalle, recuerdo haber sentido el dolor, los gritos y angustia, de seguro fui un niño que apenas podía realizar sus operaciones matemáticas, que ansiaba jugar con sus juguetes pero, esa tarde sentí que mi mente era un magnifico lugar jamas explorador.

-Ma, tengo ganas de irme a dormir -Le dije a ella mientras frotaba mis ojos con mis suaves y delicadas manos, realmente tenia un sueño realmente intenso, mi cuerpo solo me pedía sentir aquel esponjoso colchón.

Ella me levanto con una intensa alegría en su rostro, como toda madre carga a su pequeño niño. Con un gran orgullo encima de reconocer tener el mejor ser de su vida, estaba vestida en una bata de colores, realmente era una tela que nunca olvidare, pues era de la abuela.

-Duermete -me dijo ella mientras me cantaba unas hermosas melodías para causar sueño, pero debía ser decepcionante si le hubiese comentando que lo que me daba sueño no era el ritmo de las melodías sino lo harto de escuchar su voz, aun así era lo mejor.

Seguía escuchando el sonido de su voz recitar aquellas palabras que entraban en mi subconsciente obligándome a entrar en un estado de relajamiento, sentía como cada uno de mis músculos se estiraba para estar libres de tanta acción, mi mente se nublaba de tantos pensamientos los pequeños deberes escolares que me esperaban al día siguiente, mi mente se puso en blanco y volví a abrir los ojos. Pero no era mi mundo

Cuando desperté vi que no era mi cuerpo, no era yo, era una persona diferente, todo era tan lucido, tan colorido y real, pero no era la vida que tenia. Se suponía que los sueños no eran tan reales pero estos lo eran, incluso comenze a sentirme bien con mi nuevo yo, hasta el maldito momento en el que me mire en un espejo. Mis ojos eran marrones, tenia el cabello demasiado corto acompañado de un palicante rojo que estaba en mi cuerpo, los brazos tatuados y una ligera camisilla que dejaba ver mis pectorales, algo que se suponía que aun no tenia. Pude deducir que era como un pandillero, de un momento a otro todo volvió un poco nublado, era como si alguien pusiera un filtro de Instagram en mis ojos, no era muy divertido pero todo volvió a la normalidad. Por un momento creí estar en aquel videojuego que a todos le encantaba, GTA San Andreas, si no estoy equivocado. Vi a un sujeto que jamas había visto en mi vida, pero me acerque a el y salude.

-Hola -dije con un poco de nerviosismo en mis labios, no sabia que esperar de aquel desconocido.

-Hey, Mark, ¿Como estas hermano? -aquel desconocido me saludo con una confianza que jamas vi en mi vida, incluso me tomo mi mano y me dio un abrazo.

-Bien, ¿Como esta todo por aqui? -le conteste como si no hubiera tenido jamas timidez, realmente era reconfortante saber que en aquel momento no era el Nathan tímido y "mimado" de siempre, era al parecer alguien que todos querían, bueno no todos.

-Todo bien hermano, pero ya sabes, la pasma nos ha estado siguiendo un rato el paso, ya sabes lo que tienes que hacer -Me dijo casi en tono de susurro se notaba un poco nervioso.

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⏰ Última actualización: Mar 06, 2019 ⏰

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