3. Rakhi

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Rakhi: una cuerda o hilo que alguien le pone a otra persona querida, pidiendo protección eterna.


-Ugh Alba, no puedo más -llevábamos dos horas seguidas estudiando para el examen de la semana que viene y a mí no me entraba ni una sola palabra más en el cerebro.

Minutos después, las dos estábamos tiradas en su cama mirando al techo y hablando de tonterías. Sentía que con ella podía hablar de cualquier cosa, que no me iba a juzgar y me iba a dar su punto de vista, y eso era de las cosas que más apreciaba de las personas. Alba era una persona muy inteligente, aunque a veces no se la daban bien los estudios pero intentaba con todas sus fuerzas obtener buenas calificaciones. Nos habíamos estado ayudando mutuamente a varias asignaturas y en esas quedadas nos habíamos estado conociendo mejor, dándonos cuenta de que teníamos muchas cosas en común pero en otras éramos muy diferentes.

Solíamos quedar a estudiar en la biblioteca pero en esta ocasión, ella me había invitado a su casa ya que ni su madre ni su hermana estaban y ahí estaríamos tranquilas. Decidimos ver una peli y mientras ella hacía las palomitas yo observaba el catálogo de Netflix. Cuando la elegí me acerqué sigilosamente a la cocina donde Alba estaba de espaldas. Aguantándome la risa y caminando de puntillas la clave suavemente mis dedos en la cintura causando que diese un salto.

-¡Nat eres gilipollas, que puto susto! -mientras ella se ponía la mano en el pecho yo me reía a carcajadas de la reacción de la rubia y salí corriendo cuando vi que venía a pegarme.

Me tiró en la cama y se puso encima de mí pegándome sin hacerme daño y yo, con un ágil movimiento, cambié la posición y me puse encima de ella haciéndola cosquillas. Ella no paraba de reír gritando que parase pero es que su risa me daba la vida. Cuando paré me cogió de las manos alejándolas de su cuerpo causando que mi cara quedase muy cerca de la suya, tanto que respiraba su aliento. Nuestros ojos estaban en una gran lucha y yo fui la que rompió el contacto bajando mi mirada a sus labios que quedaron entreabiertos. Cuando me di cuenta regresé la mirada a sus ojos y ella estaba mirando mis labios también. Me aparté porque empecé a ponerme nerviosa y me tensé ante mis pensamientos de querer besarla.

Después de eso, la tensión desapareció y empezamos a ver la peli de la cuál no me enteré de nada porque tenía a Alba apoyada en mi costado mientras me acariciaba el brazo y yo a ella el pelo. Sabía que la relajaba mucho que la tocasen el pelo y noté que casi se dormía hasta que su móvil sonó. Era su novio. Alba dio un suspiro cansado pidiéndome permiso con la mirada, yo asentí. Sabía que siempre estaban discutiendo. Ella se fue a la cocina y yo me levanté para irme. Oí la puerta y vi a Rafi, su madre y a su hermana Marina entrar.

-Hola pequeña, ¿que tal ha ido la tarde de estudio?

-Bien pero estamos un poco cansadas -Marina me saludó y fue a buscar a su hermana.

-¿Dónde está Alba? -justo cuando hizo esa pregunta, ella apareció por la puerta de la cocina con cara de enfado por la llamada anterior, pero se suavizó al abrazar a su hermana.

-¿Ya te vas? -me preguntó ella y yo asentí.

-Natalia quédate a cenar. -añadió su madre y Marina la apoyó asintiendo.

-Lo siento, tengo que ir a ver a mi abuela pero otro día me quedo. -ellas asintieron y me dejaron sola con Alba. Me acompañó a la puerta y añadió:

-Nos vemos mañana. -besó mi mejilla por un largo rato y me separé sonriendo y dándola las gracias.

Me encaminé hacia la casa de mi abuela pensando en la suerte que tenía de haber encontrado a Alba, que se había convertido en mi mejor amiga y su madre y su hermana me trataban como una más de la familia, haciendo que me sintiese cómoda en todo momento, cosa que en mi casa no pasaba.

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⏰ Última actualización: Feb 26, 2019 ⏰

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