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Una hermosa mañana veraniega con una cálida brisa. El saint de Cáncer había sido llamado a la sala del patriarca, estaba un tanto confundido sobre el motivo de dicho llamado, pero no se pondría a adivinar el ¿porque? de tan repentino llamado. Al llegar dio unos cuantos empujones a la solemne puerta que daba paso a la cámara. Ni muy lento ni muy perezoso se encamino hasta el interior de esta y al llegar a dicho lugar. Se arrodilló en señal de respeto ante el Sacerdote.

- Manigoldo de Cáncer... Para servirle Patriarca.

Fue la única oración que forjo para anunciarle su llegada al aludido, este sin alguna objeción prosiguió a explicarle el motivo del llamado en aquella hermosa mañana.

- Necesito que te encargues de Yōuma... Hermano menor de Chronos, se le ha visto rondar por el pueblo de rodorio... Los habitantes de dicho pueblo han reportado una sombra brincando sobre los techos de los hogares... Risas extrañas a media noche como si un psicópata rondara a altar horas.

Procedió a aseverar el mayor como si estuviera dictando una sentencia o alguna penitencia. Con voz fuerte y sin titubeos, Manigoldo era un revoltijo de dudas e incógnitas, ¿Yōuma? Había oído hablar de el en ocasiones pero nunca le interesó el saber de el.

- Manigoldo...

Fue el único comentario que dio el sacerdote al aludido. El cual se encontraba todavía en trance, le daba cierta alegría y a la vez pavor, tener que hacer frente al supuesto hermano de Chronos. Había oído hablar de el, mas nunca imaginó que algún día le hiciera frente en campo de batalla. La felicidad radiaba en sus orbes zafiros, al igual que en su rostro, una media sonrisa daba a entender mas que alegría y euforia. Mas sin embargo el llamado que le hizo el sumo sacerdote fue bastante para sacarlo de su ensoñación. Fijando su vista nuevamente en el trono donde este residía.

- ¿Podras encargarte de Yōuma?

Fue la única cuestión que hizo, pues creyó que aquel santo iba a necesitar ayuda. El susodicho tenia fama de ser bastante fuerte y eso ocasionaba que el Patriarca dudará de su propio caballero de cáncer. Al cual conocía hace mas de veinticinco años. Edad que tenia el italiano. Pero, el ser precavido no estaba de sobra... ¿O si?

- ¿Me esta llamando débil?

Contesto el peliazul dando a entender su inconformidad ante aquella incógnita. El patriarca negó con la cabeza mas de dos veces. No quería ofender y mucho menos llamarle débil. Solo intentaba procurar su bienestar, Athena tenia bastante con la muerte de dos caballeros. No deseaba cargar con la muerte de otro mas.

- No era esa mi intención... - Respondió con neutralidad no deseaba hacer una tormenta en un vaso de agua. - Solo deseo evitar que mue...

Ahí fue cuando Manigoldo estallo en risas, interrumpiendo en media oración al sumo sacerdote. ¿Morir? ¿El? Que mas daba, es mas ¿desde cuando el patriarca se preocupaba por su orden dorada? Patrañas. Si debía morir que por lo menos fuera con honor y que su nombre no fuera manchado con la frase "Fue ayudado por tal caballero" No. No quería ser tachado de débil por requerir ayuda para exterminar a una pequeña e insignificante plaga.

- Silencio.

Vocifero el mayor ocasionando no solo un pequeño temblor en el cuerpo del italiano, también llevándose consigo el silencio del menor.

- ¿Entonces...? No me has dado tu respuesta... ¿Requeriras ayuda?

Manigoldo; por su parte negó con la cabeza repetidas veces. No se cansaría de decirlo, pero no necesitaba ayuda. El patriarca dio un suspiro cansino para así; dictar el veredicto final.

- Bien... Si así lo deseas... Así sera...

Fue lo único que dijo antes de que el italiano se incorporará en su lugar, dispuesto a irse y comenzar a organizar todo para su partida que si bien seria mañana antes del cantar de los gallos.

- Con su permiso... Me retiro.

Fue lo único que menciono antes de que el sacerdote le diera permiso para retirarse, giro sobre su propio eje dirigiéndose a la salida. Al salir de la cámara del patriarca, fue como si le hubieran dado la mejor noticia. Comenzó a gritar y a saltar tal como un niño pequeño. Sin desperdiciar un minuto o segundo mas, partió hacia el templo de Cáncer, quería tener todo listo para el día siguiente. Su partida.

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