No pido mas || Albalia.

Capítulo 1

En busca de otras oportunidades, mi familia y yo decidimos mudarnos a España, las cosas en Argentina ya no iban nada bien, mi padre quedó desempleado, mi madre murió hace dos años y mis dos hermanitos siguen devastados al igual que yo desde ese entonces.

Mi tía, hermana de mi padre, nació en Pamplona, España y siempre tuvimos afinidad a pesar de la distancia así que al vernos en aquella situación no dudó en darnos un espacio en su hogar. Estoy ansiosa pero a la vez un poco vacía, me duele dejar mi vida y mi gran amor atrás.

CARTA AL AMOR DE MI VIDA

Ya sabes que no soy de ponerme cursi, pero se que la situación se presta para esto. Me hubiese gustado que nuestra despedida sea de otra forma y no tan repentina como esta, voy a extrañarte con todas mis fuerzas y me costará encontrar una persona tan allegada a mi como vos, amor.

Espero que siempre me recuerdes de la mejor forma a pesar de las idas y vueltas que tuvimos este ultimo tiempo, te llamaré en cuanto pueda.

No olvides que te amo.

LUEGO DEL VUELO HACIA ESPAÑA.

-Bienvenidos pasajeros- exclamó la azafata.

Me corre una tristeza enorme por mi cuerpo, siento que no tengo fuerzas para empezar una vida nueva en un lugar diferente. Veo junto a mi a mis pequeños hermanos con una gran sonrisa, sonrío falsamente por ello; del otro lado se encuentra mi padre, mi compañero de sueños; lo miro con mis ojos de llanto por lo que no tardó en acercarse a mi y tomarme de la mano, mi cuerpo recae en su hombro en busca de contención. Todos juntos caminamos rumbo al taxi que nos dejará en mi hogar pasajero ya que mañana me pasará a buscar el colectivo que me llevará a Madrid donde comenzaré mis estudios en la Facultad de Bellas Artes.

La tía Noemí nos estaba esperando con los brazos abiertos y con la mesa servida. Conversamos de nuestro vuelo y de la vida que llevaremos en España, mi padre entrará a trabajar en un Banco y mis hermanos irán al mismo colegio, mientras que yo buscaré mi futuro en otra ciudad.

Al dia siguiente.

Me despertó la bocina del colectivo, apurada tomé mis cosas, salí rápido y sin despedirme de mi familia. La alarma de mi infeliz celular no se había activado correctamente.

Subí las escaleras atropelladamente y me senté en el primer asiento que vi libre junto a una chica rubia y con los ojos mas lindos de toda España, me quedé mirándola asombrada de su belleza pero creo que no fui disimulada ya que me deshipnotizó con su risa un poco en desacorde con su físico ya que parecía sacada de una película malévola por lo que nos terminamos riendo juntas.

No creía en las casualidades hasta que me encontré con esta mujer, llamada Alba que durante todo el viaje estuvimos conversando de nuestras vidas en las cuales encontramos miles de similitudes; ambas empezaremos dentro de tres días las clases en la Facultad de Bellas Artes lo que me mantuvo con ganas de seguir adelante. Nos bajamos juntas del colectivo y no nos podíamos despedir, habíamos entablado un lazo que me hubiese gustado que sea para toda la vida.

Me encuentro sola en mi habitación llena de ruidos ya que no viviré completamente sola sino que tengo cuatro compañeros de piso con los cuales ya cruzamos varias palabras no muy buenas, no veo la hora de comenzar las clases y poder ver a Alba acompañándome en esta nueva travesía.